Un estudio que analiza el impacto de las altas temperaturas sobre la mortalidad diaria en la ciudad de Madrid revela que es a partir de los 36,5 grados centígrados cuando se dispara el número de muertes por calor en la población adulta. Por primera vez, una investigación ha querido comprobar si las olas de calor afectan de forma distinta en función de la edad y ha llegado a la conclusión de que el riesgo no es muy distinto en una persona mayor de 18 años que en otra que supere los 65.

A pesar de que la mortalidad en personas mayores de 75 años aumenta un 20,1% por cada grado en que la temperatura máxima diaria supera los 36,5 grados, en la franja de los 18 a los 44 años cada grado de más provoca un aumento nada desdeñable del 13,1%. La cifra se reduce al 11,5% en personas de entre 45 y 64 años, mientras que la franja de edad de los 65 a los 74 años ve aumentada su mortalidad por calor un 18,3%.

De esta forma, los grupos de riesgo susceptibles a las altas temperaturas no se circunscriben únicamente a los mayores de 65 años. El denominado "golpe de calor", por ejemplo, suele afectar a personas que están realizando un importante esfuerzo físico a temperaturas elevadas, y esto suele ocurrir entre los más jóvenes. De la misma manera, las enfermedades circulatorias, el alcoholismo o la obesidad, afecciones muy vinculadas con la mortalidad por calor, no son exclusivas de la tercera edad.

Aunque es indudable que el factor edad influye en la relación entre mortalidad y temperatura (el impacto es prácticamente el doble en el grupo de mayores de 75 años que en el de 45 a 64 años), la implementación de las medidas de prevención ante las altas temperaturas no deben dirigirse exclusivamente a la tercera edad, ya que casi la totalidad de la población puede verse afectada por una ola de calor.

El trabajo, realizado por Julio Díaz y Cristina Linares, del Instituto de Salud Carlos III de Madrid y publicado en "Gaceta Sanitaria", ha tenido en cuenta los datos de mortalidad diaria por todas las causas, menos accidentes, en Madrid durante el período de 1986 a 1997. Los grupos de edad analizados han sido: 0-10, 18-44, 45-64, 65-74 y mayores de 75 años. El estudio también ha tomado como variables las temperaturas máximas diarias, la humedad relativa y las concentraciones medias diarias de los contaminantes atmosféricos. Dado que estos datos son exclusivos para la mortalidad por calor en la ciudad de Madrid, sería conveniente repetir la investigación en otras ciudades para ver si se comportan de forma similar.

Gaceta Sanitaria 2008;22:115-119
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