Se espera que en 2010 haya en España más de 7.700 centenarios y más de 56.000 a mediados del siglo XXI, según un estudio geodemográfico realizado por Pedro Reques Velasco, del Departamento de Geografía de la Universidad de Cantabria, y publicado en el último número de la "Revista Española de Geriatría y Gerontología", editada por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG). Parece que la población de más de 100 años aumenta de forma exponencial en nuestro país, como indican estas previsiones de futuro y el hecho de que este grupo de población haya pasado de las aproximadamente 3.000 personas a las 6.000 que se calcula existen en la actualidad.

Ávila, Salamanca, Guadalajara, Almería, Soria, Segovia, Zamora, León, Valencia, Orense, Alicante, Pontevedra y Toledo tienen las tasas más altas de centenarios, con más de 600 por cada 100.000 personas mayores de 85 años. Por el contrario, las provincias con menos representantes de este grupo de población son Granada, Gerona, Lérida, Ceuta y Guipúzcoa. "Cabe interpretar este crecimiento casi exponencial", explica el autor del estudio, "como un indicador de bienestar social, desarrollo económico y nivel de vida. El volumen de centenarios ha crecido de forma paralela a la tasa de supervivencia de todas las edades, como lo demuestra el hecho de las mujeres españolas ocupen el segundo lugar del mundo en relación a la esperanza de vida. De hecho, el 75% de las personas con más de 100 años son mujeres".

Pero una de las conclusiones más importantes del estudio es que la genética no es la única para entrar el grupo de los centenarios. "Los factores genéticos no son suficientes -Pedro Reques-. También hay condicionantes socioeconómicos, territoriales y ambientales".

En las células humanas hay genes que condicionan la longevidad. En el contexto del 50º Congreso Nacional de la SEGG se ha presentado un estudio realizado conjuntamente por el Departamento de Fisiología de la Universidad de Valencia y el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), con ratones transgénicos que sobreexpresan los genes supresores de tumores p53 y Arf. Los resultados determinan que tienen en torno a un 50% menos de tumores y presentan un 15% más de supervivencia.

"Se ha observado – la Dra. Consuelo Borras, de la Universidad de Valencia- que los ratones con estos dos genes supresores de tumores sobreexpresados tienen menos estrés oxidativo, es decir menos radicales libres, por lo que aumenta la longevidad".

Este grupo de investigación valenciano, que dirige el Prof. José Viña, trata de identificar nuevos genes asociados a la longevidad y, al mismo tiempo, lograr activar estos genes de forma fisiológica, ya sea mediante el ejercicio físico o por la aportación de nutrientes concretos.

"Sabemos -comenta el Prof. Viña- que los genes antioxidantes están asociados a la longevidad, ya que protegen del estrés oxidativo. En modelos animales hemos comprobado que las hembras expresan más genes antioxidantes que los machos y por esta razón tienen una mayor longevidad. Y ahora empezamos a comprobar que podemos modificarlos de forma exógena. Una manera es mediante el ejercicio físico especialmente dirigido a mantener o aumentar la masa muscular. La nutrición también puede lograr activar los agentes antioxidantes, como es el caso de los fitoestrógenos o el vino".

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