A diario, un nuevo estudio reporta que la cafeína, el aceite de pescado o las amistades reducen el riesgo de padecer Alzheimer.
Muchas son asociaciones que pueden tener o no alguna relación de causa y efecto. Todavía hay mucho que no se sabe respecto de las placas que van atrofiando el cerebro de las víctimas de Alzheimer.
June 6, 2008
The Wall Street Journal
Por Melinda Beck
Pero lo que los científicos saben ahora es que las personas generan nuevas células cerebrales y nuevas conexiones entre ellas durante sus vidas. Es decir que entre más reservas mentales pueda alguien acumular, mejor podrá evitar el declive cognoscitivo relacionado con la edad.
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La estimulación mental es clave para acumular dichas reservas. Mientras más desafíe a su cerebro, más caminos neuronales formará. Una minindustria de rompecabezas, crucigramas y juegos de computadoras ha surgido para ayudar a quienes están preocupados de hacer eso. Pero puede darle a su cerebro un buen ejercicio con pocas modificaciones en su vida diaria.
Algunos de los más ingeniosos son los "neuróbicos", término popularizado por el fallecido neurobiólogo Lawrence Katz en referencia a actividades cotidianas que implican el uso de varias partes del cerebro. Intente cepillar sus dientes o marcar el teléfono con su mano no dominante o bañarse y comer con los ojos cerrados. En teoría, eso puede fortalecer los caminos neuronales en el lado opuesto de su cerebro.
También ayudan actividades que desafíen su cerebro en muchos niveles, como el aprendizaje de un nuevo instrumento musical o aprender nuevos idiomas. Lo juegos como el ajedrez, que requieren el desarrollo de una estrategia e interacción social, son un buen estimulante mental.
El estrés tiene el efecto contrario. El cortisol, hormona del estrés, deprime el crecimiento de las células nerviosas y las conexiones entre ellas. El yoga, la meditación, el ejercicio y la interacción social pueden ayudar a aliviarlo. Casi siempre, lo que es bueno para su corazón, es bueno para su cabeza y viceversa. Las afecciones cardíacas, la presión arterial alta, la diabetes y la obesidad incrementan el riesgo de un declive cognoscitivo al envejecer, lo mismo que el cigarro y el exceso de alcohol.
La triste verdad es que uno puede hacer todo bien y, de todos modos, desarrollar Alzheimer. Como muchas enfermedades, el envejecimiento cerebral al parecer es una mezcla de factores genéticos y ambientales. Mientras tanto, las estrategias esbozadas arriba son buenas para su salud general y pueden apuntalar sus defensas contra todo tipo de declive cognoscitivo.
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