De acuerdo a un documento elaborado por el Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE) en el 2008, con el título de “Transformaciones demográficas y su influencia en el desarrollo en América Latina y en el Caribe, podemos extraer una serie de datos muy útiles para nuestros país.
Este documento incursiona en los cambios demográficos ocurridos en cada país de América Latina y el Caribe y su correlación con las áreas de educación, pensiones y jubilaciones y salud.
Argentina
Educación
Con respecto a este área la tasa de dependencia de la educación, es decir, el cociente entre el número efectivo de estudiantes y el número de productores (trabajadores en general que son productores de bienes y servicios), va disminuyendo en nuestro país, desde un máximo de 0,08 en 1970 hasta un 0,05 en 2008 y seguirá bajando hasta un 0,035 en 2050.
¿Qué significa esto?
Que si en 1970, de acuerdo a la estructura poblacional por edades que teníamos en ese entonces, debíamos destinar el 8% de los ingresos laborales para cubrir los gastos que demandaba la educación en nuestro país, hoy debido al menor porcentaje de población en edad de estudiar con respecto a la población en edad de trabajar, le tenemos que dedicar un 5% de los ingresos laborales globales para cubrir los gastos que demanda la educación a los mismos estudiantes. O sea, con la misma cantidad de esfuerzo económico global el país puede mejorar el nivel educativo y ampliar el número de estudiantes en un 50% de los que tenía hace 40 años.
La utilidad de conocer el bono demográfico es conocer cuanto se puede ampliar la cobertura de educación o mejorar su calidad sin incrementar la carga fiscal y prepararse para cuando esta deba ser incrementada en función de los cambios demográficos.
Jubilaciones y pensiones
La tasa de dependencia de las jubilaciones y pensiones mide la relación enrtre el número de pensionados y el número de productores (personas ocupadas que producen bienes y servicios).
En 1950 el pago de las jubilaciones y pensiones representaba el 7% aproximadamente de todos los ingresos laborales o, lo que es lo mismo, sería necesario un impuesto equivalente al 7% de los ingresos de la población laboralmente activa, para el pago de las jubilaciones y pensiones. En 2008 este monto se incrementa a poco más del 13%.
La prospectiva demográfica nos indica que en el 2030 este monto se incrementará al 17,5% para mantener el mismo nivel de prestaciones, debido a los cambios demográficos por estructura de edades.
Gasto en salud
El gasto en la atención de la salud suele concentrarse en los niños y en las personas mayores.
Cuando baja la proporción de niños, disminuyen los gastos en los sistemas de salud por varias décadas.
Pero cuando la población envejece y la proporción de mayores se incrementa, aumentan los gastos en el sistema de salud, aún manteniendo el mismo nivel de prestaciones y porcentaje de cobertura.
La tasa de dependencia de la atención de la salud, mide la relación entre el número de consumidores de atención de salud y el número de productores totales en la economía, quienes se supone financian la atención de la salud.
La tasa de dependencia de la atención de la salud en la República Argentina, en 1950 fue de 0,13, lo que significa que el costo del mantenimiento del sistema de salud fue el 13% de los ingresos laborales de los productores de bienes y servicios, estimándose para el 2008 un ligero aumento, el 14,5% en función del aumento de la población de mayores, levemente superior a la disminución de la población infantil.
Para el 2030 se estima que mantener similar nivel de prestaciones y de cobertura requerirá un monto equivalente al 16,5% aproximadamente de los ingresos de los productores de bienes y servicios.
El porcentaje de los recursos de salud destinados a las personas mayores en 1970 en Argentina fue el 14% del total de los recursos de salud.
En razón de los cambios demográficos prospectivos, este porcentaje será del 28% aproximadamente en el 2030.
Esto implica redireccionar la formación de recursos humanos, redireccionar los recursos destinados a la salud, rediseñar las políticas de salud haciendo mucho más énfasis que ahora en la promoción de salud y en la prevención.
Dr. René Knopoff
Director
Escuela de Gerontología
UNIVERSIDAD MAIMONIDES