Si bien el olvido es uno de los signos más importantes, un profesional consultado por Infobae.com dijo que "hay muchos signos de alerta" y destacó la importancia de la detección precoz
Por Valeria Chavez (Infobae.com)
Lunes 04 de Agosto de 2008
El Mal de Alzheimer "es una demencia, pero lo que el público no debe hacer es confundirlo con locura". La definición la dio el doctor Carlos Mangone, médico neurólogo, especialista en Neurología de la Cognición.
El profesional explicó a Infobae.com que el Alzheimer "es un empeoramiento global y progresivo de las actividades cognitivas, que sume al paciente en la dependencia".
"Es una enfermedad indigna del ser humano", consideró Mangone, quien –consultado acerca de las causas del mal- explicó: "Hay una forma familiar autosómica dominante, que está ligada a determinados genes y cromosomas y constituye entre el 10 y el 15% de los casos; sin embargo, la más frecuente es la esporádica, que si bien no tiene una herencia, aquellos que tuvieron entre sus antepasados algún enfermo tienen más predisposición".
Asimismo, el profesional destacó que si bien "no están dadas las pautas de prevención, sí se puede hacer una detección precoz". Y detalló signos de alerta: "No debe prestarse atención sólo a los olvidos, sino a la falta de posibilidad de adaptación a cambios de consignas o estrategias; repetir las cosas, culpar a los otros de sus errores, olvidarse palabras al hablar, problemas de conducta" son algunos de los que habría que tener en cuenta.
"Si bien el olvido es uno de los signos más importantes, la memoria es una característica cognitiva que tiene una normal decadencia con la edad", remarcó Mangone, y explicó que "hay parámetros para determinar niveles de memoria compatibles con la edad, pero eso lo debe determinar un profesional".
Consultado acerca de cuál es el beneficio de diagnosticar la enfermedad a tiempo, dijo que "se le puede ofrecer al paciente mejor calidad de vida e independencia funcional".
"¿Sabés qué feo que es para un sujeto no poder asearse, alimentarse?", preguntó retóricamente el profesional, quien definió al Mal de Alzheimer por lo que insistió: "Cuánto más precozmente se la tome, más armas terapéuticas tendrá el paciente para luchar contra el enemigo".
El tratamiento
"Todo lo que tenemos son drogas sintomáticas...pueden mejorar la memoria, las funciones cognitivas; o sea, actúan sobre el síntoma pero no son antipatogénicas", informó Mangone y agregó que "hay muchas investigaciones en fase 1 o 2 que tratan de generar drogas anti el mal propiamente dicho".
El rol de la familia
"A veces la familia es la víctima oculta; siempre hay uno que es el que se encarga del enfermo, que convive con el paciente las 24 horas", comentó Mangone, quien remarcó que "es importante el adiestramiento de la familia para conllevar a la enfermedad".
Por su parte, Victoria Rivas es la presidente de la Asociación de Lucha Contra el Mal de Alzheimer (ALMA). Ella se acercó a la entidad a partir de la enfermedad de su esposo y dijo a Infobae.com que el Alzheimer "es una enfermedad que enferma al grupo familiar, por eso decimos que debemos aprender a cuidarnos para cuidar al enfermo".
Pese a que no hay cifras oficiales acerca de la enfermedad en la Argentina, Rivas dijo que la OMS determinó que el 1% de la población del país tiene esta demencia y destacó el hecho de que "esas personas necesitan a alguien al lado las 24 horas, los 365 días del año". De ahí la importancia de grupos de apoyo para familiares.
"Para aprender a cuidarse hay que saber qué es la enfermedad", destacó la mujer, quien contó: "En la vida diaria nunca sabés cómo va a ser mañana. En principio hay que modificar del hogar algunas cosas previendo males mayores, por ejemplo que el enfermo encienda el gas y se olvide de poner el fósforo".
Otra de las situaciones que Victoria aprendió es que al paciente "no se lo puede confrontar, no se debe usar la lógica". Lo dijo en función de situaciones como que –estando en su casa- el enfermo "quiera irse a su casa". "En esos casos, le ponía un abrigo, dábamos una vuelta manzana y volvíamos", detalló.
Y subrayó el hecho de que se trate de "una enfermedad que tiene que ver con la memoria reciente", por lo que "más allá de que la persona llegue a un punto en que desconoce a las personas, registran la memoria afectiva".
"A mayor conocimiento de la enfermedad mayor capacidad vamos a tener para convivir con este ser querido", remarcó.
En otro orden, la presidente de ALMA criticó la "falta de políticas públicas que alivianen a las familias", como centros de día capacitados para atender a estos pacientes.
También, remarcó que existe una ley (la 24.901) que obliga a las pre pagas y obras sociales a cubrir todo lo que el profesional médico recete: medicamentos, pañales, terapia ocupacional, etc.
ALMA brinda asesoramiento en Lacarra 78, los lunes, miércoles y viernes, de 16 a 19.
Un encuentro para vencer al Alzheimer
Entre el 6 y el 8 de agosto próximo se realizará en el Hotel Panamericano de la Ciudad de Buenos Aires la II Conferencia de Alzheimer Iberoamérica, la XI Reunión Regional Latinoamericana y del Caribe (ADI) y la VI Reunión Iberoamericana de Asociaciones y Fundaciones de Alzheimer (AIB), encuentros dirigidos a profesionales y familiares de pacientes con esta problemática en donde se analizarán los últimos avances en el estudio del Alzheimer y otras enfermedades afines.
Las estimaciones médicas señalan que hay alrededor de 300 mil enfermos de Alzheimer en Argentina. La enfermedad se produce con una frecuencia del 2 por ciento a los 60 años y aumenta al 30 a 40 por ciento a los 80 años, es decir que tiene un aumento exponencial a partir de los 70 años y afecta a más mujeres que hombres. Los especialistas aseguran que se puede dar en gente mas joven pero la frecuencia baja muchísimo.
Según el doctor Ricardo Allegri, presidente del Comité Científico de la Conferencia Internacional e investigador del Conicet, “el diagnóstico en nuestro país es tardío. Los médicos de cabecera en general minimizan muchos de los síntomas iniciales de Alzheimer. Por ejemplo, que alguien se pierda o desoriente en la calle no es normal a ninguna edad, por más que esa persona tenga 90 años”.
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