Gerontología - Universidad Maimónides

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Tres generaciones en una misma casa

Como convivir con personas mayores. La desvalorización de los
adultos mayores se acentúa cuando aparece la marginación en el
seno de la familia.

La Gaceta - Tucumán
21 de agosto de 2008
Publicado por Mayores en Movimiento

Para los abuelos, convivir con sus hijos y hasta con los nietos no es tarea fácil.
Deben armarse de paciencia para soportar la música de los adolescentes y los
gritos de los más pequeños. Con alguna frecuencia, también deben ocuparse de
cocinar o de cuidar al bebé, pese a los dolores de espalda. Un grupo de adultos
mayores coincide en que el diálogo, la tolerancia y la buena educación de los chicos
son claves para mejorar la calidad de vida puertas adentro.

No tener paciencia con los abuelos es otra forma de discriminarlos
La marginación de los adultos mayores es un problema enquistado en la sociedad.
En el mercado laboral, por ejemplo, un individuo puede ser considerado viejo a los
45 años. Hay una fuerte desvalorización de la persona mayor que se acentúa cuando
aparece la marginación familiar.
Una forma de discriminación social de los ancianos es la falta de paciencia y
comprensión en el trato personal. La realidad demuestra que existen casos graves
en los que se intenta expulsar al adulto mayor del seno familiar. En Tucumán,
el Departamento de Prevención y Asistencia de la Violencia Familiar recibe denuncias
por casos de manipulación (uso de los fondos de la jubilación) o de intentos de
desalojo de ancianos. “Vemos que detrás de estos actos violentos hay una historia
de violencia que precede, quizá fue un papá autoritario o una mamá con características
abandónicas”, explicó la jefa del área, Rosa Alastuey.
Por mes, hay un promedio de 60 denuncias por violencia familiar, de las cuales un 4%
corresponde a casos que involucran a los adultos mayores como víctimas.
La funcionaria explicó que el organismo estatal se ocupa de la contención sicológica,
aunque también en los casos extremos se puede solicitar la intervención judicial.
La repartición atiende en Las Piedras 530 3º Piso, de esta ciudad, y en la línea
telefónica 430 8726.

Cada vez hay más personas grandes en el mundo
En Argentina, al igual que en Europa, el progresivo envejecimiento de la población
(en 1900 la esperanza de vida era todavía de 34 años), unido a los profundos cambios
demográficos, ha contribuido a que el sector de la tercera edad sea muy numeroso,
asegura el doctor Luis Presti. El especialista señala que las generaciones femeninas
nacidas en 1970-1974 tienen un 45% de probabilidades de que su primer hijo nazca
teniendo bisabuela/o bisabuelo, y tales probabilidades no van a hacer más que aumentar
en las generaciones posteriores. “Estos datos son muy importantes y nos deben poner
en alerta. Es necesario prepararnos para esta realidad”, advirtió. Presti asegura que en
Argentina los ancianos son marginados laboralmente después de la jubilación. “En la familia
también son abandonados. Socialmente se les llama sexagenarios después de los 60, o
miembros de la tercera edad, y sufren una triste realidad”, afirma. Las nuevas generaciones
deben enfrentarse a la generalizada convicción de que la vejez implica degradación.
“Vemos a la vejez como algo ‘del otro’, perdiendo la perspectiva de nuestro ciclo vital;
todos los días cada uno de nosotros está envejeciendo, ‘vamos hacia allí, hacia el otro’.
La repulsión a lo viejo es paliada por el ‘uso del viejo’, quien muchas veces reemplaza las
necesidades económicas o sociales del otro. Ese otro más joven, que lo ve desde allí al
‘viejo’”, remarca.

“Los ancianos requieren que les tratemos con dulzura”
¿Qué cosas hay que tener en cuenta a la hora de vivir con un anciano, a fin de que la
relación con los demás miembros de la casa sea armónica?. La respuesta la dio
Elisabeth Kubler-Ross, médica psiquiatra, autora del libro “Sobre la muerte y los
moribundos”, publicado en 1969. La especialista destaca la importancia del respeto hacia
el adulto mayor. “Los que somos algo mayorcitos, tenemos el recuerdo del ‘viejo’ buenazo,
protector, el que estaba en la cabecera de la mesa los domingos, el que nos daba unos pesos
para ir al cine o para comprar algunas cosas que nuestros padres no nos dejaban. Esos ‘viejos’,
que son nuestros espejos del mañana. Cuando comprendamos que ‘ese otro’, ‘es mi otro del
mañana’, recuperarán el respeto que han perdido, y con ello nuestro cariño, amor y necesidad
de cuidarlos y protegerlos”, señala.
La autora de origen sueco se ganó el reconocimiento mundial por sus 20 libros sobre el tema.
Sus textos han sido traducidos en más de 25 idiomas y ha recibido más de 20 doctorados
honoríficos. Kubler-Ross advierte que las personas mayores, al final de sus vidas, necesitan
un contacto físico. “Requieren que los toquemos, los alimentemos, que los mimemos, los visitemos,
y principalmente, que los tratemos con dulzura”, sostiene.
El desafío es afrontar los cambios con madurez
La actividades cotidianas de los integrantes de la familia se modifican con la incorporación
de los adultos mayores. Por ejemplo, el tiempo dedicado al descanso puede ser un
problema en un hogar donde además hay nietos. “Para mi padre la siesta es sagrada,
pero a esa hora vienen los amigos de mi hijo con la intención de jugar en los videos de
la computadora. Después de muchos enojos, logramos ponernos de acuerdo entre
todos para respetar el descanso de cada uno”, admitió Teresa Villagra. La mujer, que
es docente del nivel EGB 3, resaltó que en sus clases trata de incorporar el debate
Sobre los ancianos. “Es mejor concientizar a los jóvenes que también serán mayores,
como lo son hoy sus abuelos”, dijo. Algunos padres recurren a los adultos mayores
para que se ocupen de los niños, mientras ellos pueden dedicar tiempo al trabajo y,
muchas veces, también a la diversión. En estos casos, los padres admiten que reciben
quejas de los ancianos por lo que consideran un abuso. “Antes no lo veía de ese modo,
pensaba que sólo era un momento -generalmente de noche-, pero después he tomado
conciencia de que, en realidad, era una sobrecarga para mi madre”, admite Graciela,
aunque prefiere no dar a conocer su apellido. Permitir y valorar las opiniones de los
ancianos es un desafío para muchos adultos; sobre todo cuando se trata de los
comportamientos de los adolescentes. “Mi hijo solía responderle mal a la abuela.
Mi esposa no podía contenerlo, hasta que yo le puse punto final”, explicó el profesor
de Educación Física Mario Ocampo.

Fuente: http://www.lagaceta.com.ar/

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