De Narváez, Tinelli, Macri y Faena, como Los Beatles cruzando Abbey Road en la tapa del famoso disco. Atravesar los 50 con decisión.
Pertenecer al grupo masculino que promedia los 50 años ya no es sinónimo de estar fuera del cuadro de la vitalidad, el desarrollo y la modernidad. Por el contrario, más allá de los avances de la industria biotecnológica que amplió las fronteras de la salud y la longevidad, esa edad significa un tiempo de autoafirmación, relevancia social y mayor alegría.
Por Gabriel Pandolfo
Diario Perfil
La prueba más definitiva a la que un hombre se enfrenta, es cumplir 50 años. Luces de neón en la penumbra encantada de un suave atardecer. Brillo y bruma estabilizados en una nueva vida. Propósitos que han sido resueltos ya no son la motivación central. Se ponen en marcha otras inquietudes. Ya se tuvo hijos, ya se los crió, ya se divorció, y en el mejor de los casos, se acomoda sin prisa en un naciente estado de conciencia, que no es otra cosa que la necesidad de estados anteriores. Todavía se conservan rasgos del tiempo pasado, pero ya no obran los mismos motivos; tampoco producen el mismo efecto. Sólo bromas entre amigos, algún que otro día.
Después de inclinarse hacia delante y ver qué hay más allá, se vuelve a la posición anterior, y se define lo que vale la pena. Carlos Melconian, economista, 51, casado con una mujer de 46 años, lo hace de esta manera: “Es la mejor etapa de la vida. Me siento bien con lo que hago en lo profesional y en lo personal. Se me despertó el bichito de la vocación pública y el plan es colaborar con el país, construir la posibilidad de ser ministro de Economía y presidente. Esas son cosas que puedo lograr, ser el número 10 de Racing ya no”.
Es el momento del resplandor deslumbrante, como decir ahora, es hora de mi verdadero yo. ¿Por qué no ocurrió hace cinco o diez años? Porque durante esos años uno estuvo ocupado en otras cosas y porque muchas veces se necesita algo que nos despierte; y cumplir 50, despierta. Eso es seguro. El publicista José María Oribe, 51, casado con una mujer de 49, asegura que tiene una mirada distinta, “es la mirada de la madurez, las cosas se ven con otra perspectiva. Es como si hubiera dado vuelta a la esquina. Se valoran de otra forma las situaciones y el trabajo. En esta etapa quiero hacer las cosas que me gustan y estar con mi familia, recuperar lo que se perdió, disponer más de mi tiempo, tomarme las cosas con más tranquilidad y no hacerme problema por lo que no es importante”.
Así como la profundidad del sueño se puede reconocer por el ritmo de la respiración, la edad de un hombre se puede descifrar por la transparencia de sus deseos. Sentirse a gusto y saber lo que se está haciendo. Al diseñador Benito Fernández, 48, divorciado, con la edad le llegaron las ganas de disfrutar. “Quiero hacer sólo lo que me gusta, tanto en la vida personal como laboral, cosas que tenía postergadas. Voy a abrir un local y me tomo más tiempo para estar en mi casa sin hacer nada, placenteramente, antes lo vivía con culpa. Estoy contento, eso me da buena energía y me pone bien. Sonreírle a la vida tiene su recompensa”.
No es el caso de Michael Jackson, que el 29 de agosto cumplió los 50, decadente, ridículo y agotado; adicto a los quirófanos, bailando dentro de una pesadilla. La leyenda personal del “rey pop” que no resucitó. Hay que tenerlo presente: a los fugitivos se los descubre, inexorablemente.
Historia por hacer. Aristóteles, y nadie sabe por qué razón, sostuvo que la edad cenital del hombre eran los 51 años. Así de afirmativo, sin más explicaciones, sin ninguna señal que colaborase en desentrañar algún argumento escondido. Lo consideró suficiente, obvio, como sucede al leer Silicon Valley y pensar en alta tecnología. Lo que puede llamar la atención es que en tiempos de Aristóteles, no había quien no necesitara un tratamiento periodontal en el caso de que le quedasen dientes, y aún no habían inventado el Viagra. Tal vez fue una epifanía; los filósofos helenos tenían fama de magos. Sin ir demasiado lejos de Aristóteles, Sócrates invocaba al espíritu familiar para que le revelara el futuro. Tal vez el argumento aristotélico se perdió como se perdieron la mayor parte de sus textos; de 170 contabilizados, sobrevivieron sólo 30. Aristóteles murió a los 62 años, Sócrates tomó la cicuta a los 71, quince años antes de que naciera el primero. Seguramente, su afirmación, haya sido el resultado de la experiencia personal. Una etapa de energía productiva, un renacimiento, el momento cenital donde emerge la síntesis. Finalmente, además, se es realista.
Personal también es la experiencia de Francisco de Narváez, de 55, empresario y político, casado por segunda vez con una mujer de 34, quien considera que esta etapa de su vida es “difícil, pero posible”, en la cual su plan “es trabajar”, con la aspiración de consolidar su liderazgo político “para transformar positivamente la realidad de la gente”. ¿Su secreto para sentirse bien?: “Abrazar a alguno de mis hijos”. También correr, nadar e ir al gimnasio. Cuidadoso del bienestar físico y la mentalización correcta para sus fines competitivos.
A los 50, si es que no se ha vivido inmerso en el mundo de los sueños y las apariencias, la premisa socrática, “Conócete a ti mismo”, es un hecho. Eso es lo que define y hace la diferencia. ¿Será por eso también que los hombres de 50 son los más requeridos en los sitios de relaciones de Internet? Lo cierto es que en la red de la ilusión, los más buscados son quienes ya, por edad, tienen una estructura psíquica más estable.
Nacer, morir, renacer. El hombre nace a otra forma de vivir, porque llega a un cénit de madurez, de comprensión. Ya abandonó pretensiones y fantasías juveniles, para sentirse en su centro y experimentarlo. Selecciona sus prioridades con otra sensibilidad. Atrás quedaron todo tipo de excesos; su visión sobre el mundo se aclara. La imaginación empieza a ser aplicada a las verdaderas necesidades de cada uno.
Para Daniel Colombo, comunicador institucional, de 47 años, con novia de 31, “la vida es una experiencia espiritual de aprendizaje y expansión de los dones y habilidades”. Así es que va “hacia nuevos campos de interés alrededor del mundo”, proyecta tres nuevos libros y medita diariamente: “Trabajo internamente para seguir aprendiendo y ver las oportunidades para mejorar. Viajo al mar para desestresarme y recargar energías, y comparto experiencias con estudiantes y colegas. Me enriquezco muchísimo en este proceso”.
El actor Juan Palomino, 47, casado con una mujer de 32, ve que “estamos inmersos en momentos complicados con respecto a los valores, todo está muy degradado y creo que hay que hacerse cargo de estas situaciones. Hay gente que se muere de hambre, las diferencias sociales se acentúan y creo que no hay que encapsularse. También veo que los referentes se perdieron. Para mí será una etapa muy plena. Quiero llegar a mis hijos, generar proyectos y ser solidario con los que más lo necesitan. Siento alegría porque fui consecuente. Y no hay secretos para sentirse bien, sólo hay que ser coherente y no traicionarse”.
Muchas contradicciones alcanzaron su punto de equilibrio. Ya no miramos con tanta atención lo que están haciendo otros. Interesados por todo tipo de cuestiones sociales, apenas si se ha tenido la costumbre de observarse directamente a sí mismos. En la mayoría de los casos, uno se había acostumbrado a percibirse a través del mundo exterior, asimilando arbitrariamente lo que nos devuelve una imagen aparente, ideal, de lo que pensamos tenemos que ser. Pero promediando los 40 años, Carl Jung vislumbró lo que llamó “la noche oscura del alma”, un viaje que, huelga decirlo, para algunos significa la transformación en un ser más íntegro, para otros sólo una crisis que es mejor sobrevivir a base de Prozac o de consumo y entretenimiento garantizado que ayude a tapar el vacío. De acuerdo a cómo se haya atravesado esa noche, se llegará al nuevo día. No hay más suerte que esa.
El director de cine Marcelo Piñeyro, soltero, 53, se siente bien consigo mismo. “El concepto de felicidad cambia, me dan felicidad cosas que antes no.” Federico Andahazi, 45, escritor, quien vive con una mujer de 35, piensa que “a medida que avanzo en la existencia, tengo una visión más escéptica. Esa mirada cambia sólo cuando pienso en mis hijos”.El desconcierto y la insensatez con la que se mueve el mundo, le puede revolver el estómago a cualquiera, pero la situación se aligera cuando miramos nuestro mundo privado, y a pesar de las inevitables influencias exteriores, nos sentimos satisfechos con lo que hemos construido y con el orden interno.
Horacio Cavia, 54, es broker inmobiliario, tiene tres hijos y está de novio con una mujer de 46. “Llegué a los 50 con una visión de la vida más relajada y la encaro con optimismo y entusiasmo. Siento que todavía tengo un montón de cosas por descubrir y vivir, hago realmente lo que tengo ganas y dejo de hacer lo que no me divierte. La felicidad para mí es cíclica, y el que no lo entiende está complicado.”
Somos el resultado de nuestros antecedentes, con causas y efectos e intervenciones decisivas de nuestra voluntad a modo de golpes de Estado. Pero el resultado no se puede explicar de manera lineal, porque contiene variables sutiles, casi invisibles. ¿Fulano es un perdedor? ¿Mengano es un ganador? ¿En qué sentido?
Piñeyro tiene una visión de la vida parecida a la de otras épocas, pero “más experiencias, estoy más seguro de mí. Quiero hacer lo que quiero y estoy más tranquilo, pero me siento con la misma pasión”. Oribe considera que la clave es la selectividad. Ya sabe lo que no quiere. Cavia agrega que también aprendió a “manejar con sencillez las cosas de la vida cotidiana, y trato de amar mejor a las personas con cuales la comparto”. Palomino se siente más vivo que nunca. “He logrado equilibrar el amor, la profesión y construir una familia.” Marcelo Tinelli, 48. casado por segunda vez con una mujer de 41, se siente pleno. Su plan para el tiempo que vendrá es “seguir trabajando”. Su secreto es “ser familiero. Estoy muy presente con mis hijos. Tengo una familia muy consolidada”.
Así como la brisa mece las espigas, un ademán de aceptación refleja la naturaleza de nuestros sentimientos. Embriagados de recuerdos, algo se despierta de un modo profundo. Eso que nos dice otra vez que es ahora, que es la hora de ser uno mismo.
El escritor norteamericano Paul Auster, reflexionó en una entrevista que “cuando uno llega a los cincuenta años, ha perdido a parte de las personas que ha querido y lo han querido. Hay más tiempo por detrás que por delante. Uno camina con fantasmas por dentro. Yo tengo tantas conversaciones con los muertos como con los vivos. Por una parte, siento una gran alegría por el hecho de estar vivo y, por otra, un miedo atroz a perder a la gente que amo”. Sí, cumplir 50 no es fácil, pero recuperados del impacto, el hombre celebra el día. Lo que se marchitó fue barrido por el viento. Amores perdidos, amigos que se fueron, euforia y frenesí, y esa llamada que nunca llegó, ya no marcan el paso. Es el presente lo que importa. La manera de amar también es diferente. El ímpetu juvenil se transforma en mesura vital, impregnada de experiencia y sensatez.
Henry James, a los treinta y cinco años escribió “Diario de un hombre de cincuenta años” y cuando cumplió los 50, se sorprendió de haber predicho en esa novela su propio futuro. Acertó, incluso, en pequeños detalles. Veinte años después se estaba haciendo las mismas preguntas que se había hecho el joven escritor: “¿Me equivoqué? ¿Fue un error? ¿Fui demasiado prudente, demasiado suspicaz, demasiado lógico?”
Piñeyro se interrogó un momento, y concluye: “No cambian las preguntas, lo que cambia son las respuestas”.
Tips para cancheros de 50
*Hacer deporte / mantenerse entrenado: correr y entrenar. Para quienes disponen de poco tiempo y quieren tonicidad de sus músculos, está Power Plate, la última tecnología en entrenamiento por vibraciones. Una sesión de 15 minutos equivale a más de una hora y media de gimnasio!!! (disponible en el Hotel Four Seasons, en Nordelta y en Spa Rouge de Galerías Pacífico).
*Viajar: sigue siendo un must para mantenerse joven. París y Barcelona dos destinos clásicos, necesarios y vanguardistas al mismo tiempo.
Argentina guarda muchos rincones como Colomé, una Estancia boutique de lujo en los Valles Calchaquíes de Salta.
*Aprender a disfrutar el arte: recomiendo el nuevo circuito de galerías de arte de San Telmo, con Zavaleta Lab a la cabeza, o las ferias y exposiciones, entre ellas, Límite Sud (23 y 24 de octubre en el Centro de Exposiciones de la Ciudad).
*Renovar el guardarropa: la primavera trae una excelente “excusa” para renovar el guardarropa. Para los clásicos, Rochas, Hermes y Lacoste. El toque autóctono de Airedelsur es el mejor complemento en accesorios como cinturones. Para quienes buscan algo de vanguardia, AY not Dead y Felix son una excelente opción.
*Compartir con amigos: una comida en Casa Cruz, allí cada noche es diferente. Para los fines de semana y los amantes del golf, Reserva Los Cardales, un exclusivo Resort Country Club.
*Saber regalar: compartir y regalar son también motivos de felicidad personal. Para quedar bien con una mujer exigente, Trosman, María Cher, Vitamina, Infinit aportan originalidad, calidad y buen gusto.
*Respirar: tuve la oportunidad de hacer el curso de “El arte de vivir” y es muy recomendable. Aprender a respirar y tener mayor conciencia de la mente y el cuerpo.
*Cuidar el rostro: tratamientos no invasivos y discretos como la radiofrecuencia, que regenera el colágeno natural y elimina arrugas. Un pionero es BACE Spa de Estética y Belleza. Las cremas más tops para la piel están las de Kiehl´s.
*“Rejuvenecer”: para aquellos que se animan a más, tratamientos anti-envejecimiento basados en la nivelación y optimización hormonal como el que ofrece Jakter Anti Aging.
http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0299/articulo.php?art=10092&ed=0299
NOTA: Hemos reproducido la nota tal cual ha isdo publicdad, pero las recomendaciones de marcas o tratamientos efectuadas en la misma no cuentan por nuestro aval