Desde siempre pareciera que los hombres miran desorbitados los planteos existenciales de las mujeres. La ciencia, el arte, la música y todo tipo de publicación de auto ayuda se relaciona con la mujer y sus “problemas”. Sin embargo, en estas últimas décadas, la ciencia ha dejado a un lado algunos prejuicios que impedían el conocimiento y el abordaje de temas relacionados con los cambios existenciales de los hombres. La andropausia es el cambio a nivel hormonal que se produce en el organismo y que genera modificaciones alrededor de la genitalidad masculina. Esto conlleva a una elaboración psíquica y emocional un tanto conflictiva. BahiaDigital.com consultó a la Dra. Graciela Zarebski, Dra. en Psicología y directora de la Especialización y Maestría en Psicogerontología de la Universidad Maimónides de la ciudad de Buenos Aires.
Gretel Olivares, de la Redacción de BahiaDigital
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¿Qué es la andropausia?
La andropausia tiene que ver con el proceso de envejecimiento que afecta a los hombres mayores de 45 años. La andropausia es el cambio a nivel hormonal que se produce en el organismo y que genera cambios alrededor de la genitalidad no tiene por qué interferir en la sexualidad. Son dos aspectos diferenciados.
¿En qué se diferencia la menopausia de la andropausia?
La diferencia está dada fundamentalmente en que la andropausia no se produce abruptamente como la menopausia femenina. En la mujer se produce un hecho concreto de cambio que es la retirada del período, en cambio en el hombre no se produce un hecho tan destacado, sí hay cambios a nivel hormonal que van a determinar cambios en la genitalidad, cambios psicológicos y anímicos, pero son cambios graduales, paulatinos.
¿Cuáles son los principales miedos que surgen en los hombres?
Hay que reconocer que los cambios que produce el paso del tiempo son los que producen miedo. En el caso de los hombres surgen las primeras preguntas: voy a dejar de ser el mismo?, voy a dejar de tener el mismo desempeño?. Para algunos hombres esto no es algo traumático, ni difícil de sobrellevar porque son personas flexibles que aceptan el paso del tiempo, aceptan los cambios y se van adaptando. En cambio aquellas personas que son más rígidas y que depositan todas sus expectativas en la sexualidad, y fundamentalmente en el desempeño genital, son las personas que más sufren o niegan este paso del tiempo y son las que más riesgo corren, porque cuando sucede inevitablemente ese pasar de los años, se derrumban. Se perturban tanto en relación a su identidad que dejan de ser sexuales directamente y tienden a replegarse o deprimirse.
¿Cuáles son las actitudes que evidencian una negación a vivir saludablemente el paso del tiempo?
Además de la depresión existen también ciertas actitudes que corresponden a una salida que podemos denominar como maníaca, que es la de “sobre compensar” lo que se va lentificando, entonces se observan actitudes en donde se trata de demostrar a raja tabla que uno sigue siendo joven y que tiene el mismo desempeño que tenía antes. Por ejemplo se intenta incentivar al máximo las actividades deportivas, porque se especula con que exigiéndose e imponiéndose un alto grado de desempeño corporal se va a lograr mantener la potencia que se tenía antes en otros órdenes. Todo esto está hablando de un hombre que puso su masculinidad durante toda su vida en la potencia viril. Esto tiene que ver con falsas creencias culturales.
“El sentirse viejo se pude sentir a cualquier edad, y sentirse viejo tiene que ver con dejar de lado las expectativas de cambio, con renunciar a seguir en la búsqueda y el descubrir de las cosas. Sentirse viejo es dejar de tener un psiquismo activo. Entonces una persona puede ser mayor pero internamente y psíquicamente ser joven, por eso estos dos últimos aspectos, el emocional y el psíquico, van a ser determinantes de la calidad de vida que tengamos en nuestra vejez. El factor subjetivo es fundamental hoy por hoy”, destaca Zarebski autora de varios libros como “Hacia un buen envejecer” y “El curso de la vida: Diseño para armar”.
¿Cuáles son aquellos hábitos antienvejecimiento?
Tenemos que ir preparándonos desde jóvenes para le envejecimiento, es decir, ir realizando una elaboración gradual: desde la primera cana, la primera arruga, desde que nuestros hijos crecen, o desde el momento en el que nos podemos jubilar, todo eso va a ser importante para que estos acontecimientos no nos derrumben. Todo lo que tiene que ver con el autocuidado desde la buena alimentación hasta la riqueza de los vínculos se constituye como fundamental. Es importante cómo uno va armando esos vínculos para no quedar solo en la vejez, cuidar y diversificar los vínculos y las redes de apoyo, no depender sólo de que los hijos, cuando uno es mayor, nos presten atención, sino tener otras redes, otros vínculos, otros grupos. También cuidar el cuerpo y tener en cuenta los límites.
“Las mujeres tienen mayor longevidad por su capacidad de adaptación y su sociabilidad. Ellas aceptan mayormente la posibilidad de hablar de sus cosas. Hoy en día como novedad en la Universidad Maimónides estamos formando grupos de hombres para poder compartir las diversas experiencias. Pero es importante recalcar que el trabajo preventivo se realiza en la mediana edad”, cuenta la Dra..
¿Cómo convive una pareja en la cuál la mujer vive la menopausia y el hombre la andropausia?
Depende de cómo se haya vinculado esa pareja. Un buen vínculo afectivo es fundamental para comprenderse y apoyarse en estas etapas de cambios. El vínculo de amor es fundamental, y si esto existe, se vive en un ámbito de tolerancia y ayuda. Si esto no sucede algo en la pareja está fallando. No hay motivos que realmente justifiquen una frustración en la pareja en este tramo de la vida. El cambio de los hombres puede ser incluso beneficioso para las mujeres. Esos cambios invitan a la recreación de los escenarios en una pareja y no a la declinación de la sexualidad.
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