En 1925, la Convención Anual de la Asociación de Leones de los Estados Unidos contó con la presencia de la señora Hellen Keller, no vidente, quien explicó a los presentes las dificultades que debía afrontar a diario a causa de su ceguera. Cinco años más tarde el presidente del Club de Leones de Illinois George Benham, estudioso de ese problema, propuso para uso de los discapacitados visuales un bastón blanco con extremo inferior rojo, que serviría para que se les otorgara prioridad de paso. La propuesta fue aceptada y en poco tiempo el uso de dicho bastón se hizo universal. A su vez Richard Hoover, oftalmólogo que trabajaba con los veteranos de guerra, observó que los ex soldados ciegos se desplazaban torpemente con gruesos bastones de madera. Investigó entonces su marcha, postura, equilibrio y ritmo y en 1946 diseñó un bastón prototipo, que es el que se utiliza hasta hoy. La celebración del Día Mundial del Bastón Blanco representa una contribución a la integración de las personas discapacitadas visuales.