Un estudio de la North Carolina State University, en Estados Unidos, ha revelado que tener la tensión sanguínea elevada, en el caso de las personas mayores, está directamente relacionado con la disminución de las funciones cognitivas.
Este descubrimiento sugiere que en situaciones de estrés, los ancianos que tengan la presión arterial alta encontrarán mayores dificultades para pensar con claridad.
Por el contrario, la investigación reveló que las personas cuya tensión sanguínea es habitualmente baja o normal no sufren deterioro en sus habilidades cognitivas, ni siquiera cuando dicha tensión aumenta en cualquier situación puntual.
La capacidad cognitiva más afectada por el exceso de tensión es la del razonamiento inductivo, que permite afrontar de manera flexible cuestiones nuevas para encontrar soluciones.
http://news.ncsu.edu/news/2008/12/wmsallairebp.php
http://www.tendencias21.net/index.php?action=breve&id_article=1149010