Gerontología - Universidad Maimónides

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No me trates como a una niña!

"¿Cómo nos encontramos hoy?", "¡Buena chica!", "¿Dónde te crees que vas?"... Hablar a los mayores como a bebés no les ayuda. Más bien, es todo lo contrario.

Los expertos hace tiempo que lo saben. Hablar a los más mayores cambiando el tono de voz, de forma cantarina —como hacen muchas enfermeras de las residencias para la tercera edad— sólo sirve para que se irriten. Pero la novedad ha sido comprobar que ocurre lo mismo en las personas con demencia.

Unos investigadores se han dedicado a grabar las interacciones entre enfermeras y pacientes con Alzheimer. Vieron que hablarles como a niños o bebés provocaba, en el mejor de los casos, una reacción de incomodidad o rechazo. «Las personas con Alzheimer están tratando de mantener su concepto de ser una persona. Y si su idea de ser persona es la de ser un individuo capaz; puede ser muy angustiante para ellos ser tratados como a bebés», dijo la investigadora Kristine Williams, profesora asociada en la Escuela de Enfermería de la Universidad de Kansas.

Los hallazgos se presentaron en el encuentro de la Asociación Internacional de Alzheimer, celebrado el verano pasado en Chicago.

Las personas que se ocupan de personas mayores, frecuentemente tienden al tono infantil. Esta forma de hablar implica un tono de voz controlador, con frases cortas, repeticiones, y el uso de expresiones de cariño inadecuadas ("cariño", "corazón",...) y una tendencia a tratar a la persona como si fuese un niño pequeño.

«También tienden a alterar los pronombres, y a decir cosas como "¿Estamos listos ya para el baño?" que realmente dan el mensaje de que la persona es incapaz de actuar de forma independiente, en lugar de decirles: "¿Estás preparado para que te ayude en el baño?"», explicó Williams.

Según esta investigadora, la gente joven se ha formado estereotipos de las personas mayores como personas menos capaces de comunicarse, y menos competentes en muchas áreas.

En el estudio, al oír ese tono infantil de las enfermeras, los pacientes reaccionaban de distintas formas: marchándose, agarrándose a objetos o personas, diciendo 'No' o llorando, golpeando, dando patadas,...

Williams cree que estas personas necesitan simplemente que se les trate «como una persona adulta, que merece un respeto».

http://www.kindsein.com/es/29/2/665/