El que es habitué de la sucursal bancaria habrá notado que es cada vez menos frecuente la imagen de un jubilado haciendo cola para cobrar su haber mensual. Y es que, poco a poco, los hombres y mujeres en la tercera edad están empezando a superar las barreras tecnológicas y a utilizar, créase o no, la tan temida tarjeta de débito.

“Nuestros clientes jubilados realizan un promedio de 500 mil transacciones mensuales en cajeros automáticos. El número es significativo y va creciendo mes a mes. Los pagos de impuestos y servicios por Internet son menos importantes en cantidad, pero también crecen a un ritmo llamativo. Las personas que se están pasando a retiro en los últimos años son los principales usuarios y también los más exigentes”, apunta Diego Corzón, gerente de Marketing de Banco Supervielle.

En los bancos coinciden en que las diversas promociones que se establecieron tanto para el uso de tarjeta de débito como de crédito fueron grandes alicientes para que los jubilados empezaran a utilizar los medios electrónicos. De hecho, fue a partir de la segunda mitad del año pasado, mientras se profundizaba la crisis y las entidades bancarias incrementaron sus descuentos y promociones para no perder su volumen de negocios, que en las entidades especializadas en el nicho de jubilados vieron un fuerte incremento de la bancarización. Está a la vista, contar con importantes descuentos en farmacias, en supermercados o en indumentaria puede generar un gran impacto en la economía de una persona y más, de la tercera edad, que suele tener fuentes de ingresos más acotadas.

“Más del 20% de los consumos en tarjetas de crédito de clientes jubilados corresponden a compras en hiper y supermercados, seguido de un 14% en indumentaria. Los clientes hoy se muestran permeables al uso de la tecnología y los medios electrónicos. Reconocen los beneficios del dinero virtual, ya que además de acceder a los descuentos, a las promociones y al reintegro del IVA, es una alternativa muy eficiente en cuanto a seguridad y administración de la economía personal”, señala Corzón.

En los bancos se ofrecen promociones y descuentos en sintonía con los rubros de mayor interés. Así, alimentos, indumentaria, turismo, farmacias y perfumerías lideran las ofertas.

En el Banco Ciudad se atienden actualmente 155.715 jubilados, de los cuales 2.437 tienen una caja de ahorro y cobran con tarjeta sin anticipo de haberes y otros 81.863 tienen caja de ahorro con anticipo de haberes. Existen, no obstante, 71.400 jubilados que no están bancarizados y cobran sus haberes de la manera más tradicional: por caja.

“Estamos trabajando bastante fuerte para tentarlos a que se bancaricen y eviten las colas. El año pasado, se trabajó mucho para ir sumando cada vez más gente al uso del cajero automático. Pero cuesta”, apuntaron desde el Ciudad. El banco lleva adelante, por ejemplo, ciclos de cine entre sus clientes de mayor edad, en los cuales aprovecha para ofrecerles tarjetas de débito.

Ya que durante los encuentros realiza importantes sorteos de los cuales participan exclusivamente todos aquellos clientes bancarizados. También tiene entre sus planes establecer una suerte de “cajero automático escuela”, para que las personas mayores puedan aprender a realizar transacciones electrónicas.

Pero más allá de las herramientas de marketing, en los bancos especializados no dejan de reconocer que existe un factor biológico que está ayudándolos en la titánica tarea de bancarizar a sus clientes. Ocurre que hoy hombres y mujeres viven más años y, además, alcanzan la edad de jubilación en mejores condiciones.

Son muchos de estos “nuevos jubilados” los que están mejorando las estadísticas de los bancos, con un mayor uso de las tarjetas de débito y de crédito. En particular, apuntaron desde uno de los bancos consultados, las mujeres son las que más están contribuyendo a esta tendencia, gracias a que también viven más tiempo que los hombres.

http://www.cronista.com/notas/180832-los-abuelos-se-amigan-la-tecnologia-y-estan-cada-vez-mas-tarjetizados