Según un estudio de la Universidad de Chicago, los estadounidenses son más felices a medida que envejecen. La investigación parece ser una e las más serias jamás realizadas sobre el tema felicidad.
Revista Mercado
LUN 09 MAR 2009 |
Según la directora de la investigación, la socióloga de origen chino Yang Yang, la clave está en que a medida que maduramos asumimos mejor las circunstancias de la vida.
Otras conclusiones: los baby boomers (la generación de la post guerra, nacidos después de 1945) están menos satisfechos que generaciones anteriores; los afroamericanos son menos felices que los blancos, los hombres, menos que las mujeres.
“Entender la felicidad es importante para entender la calidad de vida. La medida de la felicidad es una guía para ver hasta qué punto la sociedad logra satisfacer las necesidades de la gente”, explica Yang Yang, Profesor de sociología de la Universidad de Chicago y autor del artículo “Social Inequalities in happiness in the United States, 1972-2004: an Age-Period_Cohort Analysis”.publicado por el American Sociological Review de la American Sociological Association.
La investigación descansa en datos que los cientistas sociales consideran el estándar de oro para la investigación en felicidad: respuestas a preguntas sobre satisfacción con la vida en general reunida en la encuesta social general del Centro Nacional de Investigación de Opiniones.
Desde 1972, los investigadores repiten la misma pregunta a estadounidenses de todo tipo: “tomadas las cosas en general, ¿usted diría que es muy feliz, bastante feliz o no demasiado feliz? La pregunta es formulada en entrevistas presenciales a muestras de población.
Yang clasificó la felicidad por edad y grupos raciales y descubrió que en personas de 18 años, las mujeres blancas son las más felices (33% de probabilidad de ser muy felices); luego siguen hombres blancos (28%), mujeres negras (18 %) y hombres negros (15 %).
Pero esas diferencias se van borrando con el tiempo, a medida que aumenta la felicidad. El aumento0 de la felicidad con los años es consistente con el concepto de madurez, explica Yang. Con la edad vienen rasgos psicosociales positivos, como integración y autoestima; esos rasgos de madurez podrían contribuir a una mayor sensación de bienestar general; En segundo término, las diferencias grupales en felicidad disminuyen con la edad debido a la igualización de recursos que contribuyen a la felicidad, como acceso a la salud.
Otra de las conclusiones: la felicidad no es estática. Aumenta en períodos en que el país florece económicamente.
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