Gerontología - Universidad Maimónides

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Advierten sobre el uso continuo de aspirina e ibuprofeno en ancianos

Un panel de expertos estadounidenses en geriatría evaluó que su consumo es "riesgoso" en personas de más de 75 años y que sufren dolores crónicos, al dificultar la absorción de otros medicamentos.

Clarín 07-05-2009

Un panel de especialistas de la Sociedad de Geriatría estadounidense advirtió sobre el uso de aspirina e ibuprofeno en personas de más de 75 años de edad que sufran de dolores crónicos. En esta línea, eliminó a casi todas las drogas antiinflamatorias no esteroides de la lista de medicamentos recomendados hasta el momento.

Según dio a conocer el diario New York Times –a través de su blog especializado "The new old age"-, los expertos advirtieron sobre el uso continuo de aspirina, ibuprofeno y naproxeno –drogas baratas y de venta libre, la última desde 1994 en Estados Unidos- en ancianos, ya que "en altas dosis es riesgoso.

"El uso de estas drogas en alta dosis es tan peligroso que los ancianos que no puedan encontrar alivio de su dolor con otros fármacos alternativos, como el acetaminofeno (paracetamol) deberían recurrir a opiáceos como la codeína e incluso la morfina", expresó Bruce Ferrell, uno de los representantes del panel de expertos y profesor de Geriatría en la Universidad de California, en Los Angeles.

Este grupo de drogas, bajo el nombre de NSAIDs (non-steroidal anti-inflammatory drugs o drogas antiinflamatorias no esteroides) fue quitado del listado de recomendaciones, a pesar de su reconocida efectividad a la hora de calmar el dolor de cabeza (cefalea), dolores dentales, en músculos y fiebres leves, entre otras.

Según expresaron los especialistas, los riesgos del uso crónico de NSAIDs son muchos. Pueden causar úlceras gastrointestinales, algo que ocurre con más frecuencia y más fuerza a medida que el ser humano envejece. Algunas de estas drogas pueden aumentar, explican, fallas cardíacas y además no funcionan bien con otras drogas específicas para el corazón. Por último, detallaron la posibilidad de tensión alta y deterioros en las funciones de los riñones.

"Los cambios fisiológicos que llegan en la tercera edad cambian radicalmente la forma en la que las drogas son absorbidas y secretadas, y cómo el cuerpo responda a su consumo", afirmó la especialista Keela Herr.

De acuerdo a las nuevas pautas de la Sociedad de Geriatría, las NSAIDs se deben considerar en forma excepcional para la población de adultos mayores y, en caso de ser usadas, hacerlo con "precaución extrema".

http://www.clarin.com/diario/2009/05/07/um/m-01913385.htm

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