Un 30% más de personas se atreve a buscar ayuda. Las acusaciones que llegan a la Cámara Civil porteña ya son casi el 10% del total de denuncias por violencia doméstica. Las mujeres mayores de 60 años son las más afectadas. Los psicólogos aseguran que por lo general, los hijos que maltratan a sus propios padres vivieron situaciones de agresividad.
Por Silvina Herrera
Peerfil
13.9.2009
EL INFIERNO EN CASA. Cada vez más personas agredidas por sus hijos se animan a buscar ayuda.
Hay padres que tiemblan de sólo pensar en tener a sus hijos cerca, viven un infierno cotidiano puertas adentro, que la mayoría oculta por miedo y vergüenza. Sufren insultos, empujones y golpes, y ya no saben qué hacer para detener la violencia que ellos mismos engendraron. Se trata de niños, adolescentes y adultos que maltratan a sus padres, y son las personas mayores de 60 años las que más sufren la violencia física de sus hijos mayores.
Las pocas estadísticas que existen muestran un crecimiento en la cantidad de personas que se animan a denunciar el maltrato por parte de sus propios hijos. Según datos del Programa Lazos de la Dirección de la Mujer del Gobierno porteño, en 2008 creció el 20% el número de personas que se acerca a pedir ayuda, y durante el primer semestre de 2009 el alza ya alcanza el 10%. La directora general de la Mujer, Guadalupe Tagliaferri, asegura: “Hay un desprestigio de la figura materna, se la denigra y maltrata. No son situaciones concretas, los hijos les pegan porque creen que son más que ellas. Son conductas aprehendidas”. El Programa ofrece un espacio para trabajar en grupos de personas con el mismo problema y se está intentando realizar encuentros multifamilias para que los hijos vayan a las reuniones. Tagliaferri aclara que el maltrato a los padres se sufre en todos los estratos sociales, pero en estos casos las que más piden ayuda son personas de clase media. “Las situaciones de violencia están estigmatizadas pero se viven en todos los sectores. En las estadísticas se ve que son gente ocupada, con dos o tres hijos.”
En la Cámara Civil porteña recién se está empezando a contabilizar las denuncias de los padres. Los primeros datos, relevados entre septiembre de 2008 y comienzos del mismo mes de 2009, indican que de los 5.737 casos de violencia familiar, 465 son por una relación padre/hijo o madre/hijo. Analía Monferrer, secretaría letrada a cargo de la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de la Nación, indica: “Hay un aumento de casos y también más posibilidades de denunciar, porque la línea de atención se amplió a 24 horas. La gente se está empenzado a animar a denunciar y sabe que tiene derechos”. Monferrer explica que la Justicia tiene distintas opciones según la denuncia del padre: se puede pedir una medida cautelar, prohibir acercarse o echar al agresor del hogar. Si el victimario es menor de edad, interviene el defensor de menores. La secretaria letrada sostiene que la mayoría de las veces las personas denunciantes son mayores de 60 años y el denunciado más habitual es el que ocupa la franja de los 30 a los 39 años. Aseguran que los padres sólo denuncian en situaciones límite, cuando se sienten superados por las agresiones. Muchas personas no se atreven a denunciar a sus hijos, porque creen que de esa forma se está revelando su fracaso como padres.
En carne propia. Teresa tiene 63 años y vive con miedo. De sólo escuchar la puerta de entrada que indica la llegada de una de sus tres hijas, de 26, 29 y 32 años, siente un estremecimiento que le cuesta describir. “Soy rehén de mis hijas, que no dejan de maltratarme. Las quiero mucho, pero estoy cansada y no las puedo enfrentar porque temo que no me dejen ver más a mis nietos. Todo lo que les digo lo toman mal y se ponen agresivas”, afirma. Ella es una de las tantas madres que temen acercarse a los grupos por una mezcla de vergüenza, temor y desconocimiento, pero sabe que algo tiene que cambiar para poder vivr en paz.
“Es algo muy indignante soportar la tiranía de tu propia hija y vivir amenazada. Me divorcié hace 20 años y tuve que criar sola a mis dos hijas. La de 27 me pega y no puedo ponerle límites”, asegura Marta, que realizó sin éxito una presentación en la Justicia para pedir que la joven se vaya a vivir con el padre. A Graciela le pasa algo similiar: “Cualquier conversación con mi hijo de 35, sobre el tema más trivial, puede terminar en una situación violenta con maltrato físico y psicológico. Me siento denigrada como persona y fracasada como madre”.
Desde la psicología se indica que las actitudes violentas se repiten y se heredan. El psicoanalista y psiquiatra epecializado en psicogerontología Leopoldo Salvarezza, sostiene: “Los hijos llegan a pegarles a los padres porque recibieron maltrato, se acostumbraron a vivir en la violencia. Por lo general, los padres en algún momento anterior les pegaron a sus hijos. Es una situación engendrada”. El especialista dice que las denuncias están creciendo, pero que todavía están muy lejos de los casos de hijos maltratados. “El 90% de los padres es o fue agresivo con sus hijos, mientras que sólo el 5% de los padres sufre maltratos”, detalla y agrega: “Siempre es positivo que realicen la denuncia. El maltrato que sufren en psíquico, físco, privándolos de sus derechos y muchas veces internándolos sin razón justificada”. Salvarezza plantea una posible solución: “Lo mejor es poner en claro cómo son las cosas. Tomar conciencia. Deberían poder hablar entre ellos, aunque los hijos se niegan a participar, tendrían que ir también a los grupos de apoyo”.
La situación en España
La violencia doméstica creció tanto en los últimos años en España que ya es una cuestión de Estado. Durante el años 2008, las fiscalías de Menores abrieron en el país ibérico más de 4.200 expedientes por agresiones de hijos a padres, frente a los 2.683 iniciados en 2007.
Según los datos, aumentó considerablemente la cantidad de mujeres que les pegan a sus madres y ya están casi a la par de los hombres, cuando años atrás se trataba de un delito mayormente masculino.
España es uno de los países que más sufre la violencia de género en todo el mundo. Las denuncias presentadas por violencia de género a lo largo del año pasado alcanzaron las 142.125, frente a las cerca de 126.300 de 2007, lo que supone un crecimiento del 12,5 por ciento. El número de mujeres asesinadas por sus maridos o concubinos se eleva a 37 en lo que va del año. Desde el Ministerio de Igualdad se impulsó un Observatorio contra la Violencia de Género para diseñar políticas que combatan las agresiones en el hogar.
La situación en España
La violencia doméstica creció tanto en los últimos años en España que ya es una cuestión de Estado. Durante el años 2008, las fiscalías de Menores abrieron en el país ibérico más de 4.200 expedientes por agresiones de hijos a padres, frente a los 2.683 iniciados en 2007.
Según los datos, aumentó considerablemente la cantidad de mujeres que les pegan a sus madres y ya están casi a la par de los hombres, cuando años atrás se trataba de un delito mayormente masculino.
España es uno de los países que más sufre la violencia de género en todo el mundo. Las denuncias presentadas por violencia de género a lo largo del año pasado alcanzaron las 142.125, frente a las cerca de 126.300 de 2007, lo que supone un crecimiento del 12,5 por ciento. El número de mujeres asesinadas por sus maridos o concubinos se eleva a 37 en lo que va del año. Desde el Ministerio de Igualdad se impulsó un Observatorio contra la Violencia de Género para diseñar políticas que combatan las agresiones en el hogar.
http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0400/articulo.php?art=16853&ed=0400