Es que atender la salud de las personas mayores implica destinar hasta cinco veces más
recursos que para el resto de la población.

La Argentina se encamina a ser el país latinoamericano más 'envejecido' y ya se habla de la aparición del fenómeno de la "cuarta edad", donde los mayores de 80 años deben ser atendidos en muchos casos, por sus hijos, integrantes de la "tercera edad", que tiene alrededor de 60 años.

Según datos de la CEPAL, para el 2050 el 25 por ciento de la población tendrá más de 60 años y por ellos los principales referentes del sistema se reunieron para debatir un "modelo de atención médica sustentable para la Tercera Edad", en el marco del XII Congreso Argentino de Salud, con la participación de funcionarios nacionales y provinciales.

Uno de los temas de debate fue cómo financiar las mayores erogaciones que demanda la salud de los adultos mayores, y sobre todo si se debe mantener el esquema actual, donde tras la jubilación la población pasa directamente a ser atendida por el PAMI.

La representante de la obra social de los jubilados, María Teresita Iturburu, expuso en el panel y defendió el esquema actual de atención, que brinda cobertura a 4,2 millones de personas, entre jubilados y pensionados, de los cuales 3.380.000 personas (82%) están bajo algún tipo de tratamiento o prestación médica a través del PAMI.

Acotó, ademas, que desde el 2005, a través de la Resolución 337, la obra social de los jubilados se está haciendo cargo de parte del gasto de bolsillo que deben afrontar los sectores de menores recursos para la adquisición de medicamentos.

Por su parte, el titular de Confeclisa, Gustavo Mammoni, y el presidente de la Confederación Médica Argentina (COMRA), Jorge Jañez, propusieron estudiar un sistema por el cual la gente pueda optar por continuar atendiéndose en su obra social o prepaga, pese a dejar su actividad.

La idea de esta propuesta sería buscar fuentes de financiamiento para que la gente pueda elegir esta opción, y evitar así atenderse en forma compulsiva en el PAMI una vez que le llega la edad de jubilarse.

La propuesta fue cuestionada por Iturburu, quien defendió el modelo actual de gestión de la obra social de los jubilados y señaló que el Gobierno nacional no tiene en agenda iniciativas como las propuestas por los referentes de las clínicas y sanatorios, y las cámaras que nuclean a los profesionales de la salud.

El envejecimiento de la población argentina, donde más del 10 por ciento de los habitantes ya supera los 65 años, representa un desafío para el sistema sanitario.

Atender la salud de las personas mayores demanda hasta cinco veces más recursos que el resto de la población.

El costo requerido para la atención médica de un hombre mayor de 75 años es 4,5 veces el que demanda quien tiene hasta 20 años. En el caso de la mujer, esa relación es de 4 veces.

La expectativa de vida al nacer ya alcanza en el país los 73,1 años en promedio, (69,7 años para los hombres y 76,8 para las mujeres), e incide en forma directa en el incremento gradual del gasto actual en salud, estimado en 80.000 millones de pesos para este año.

Este crecimiento poblacional llevó a los especialistas a hablar de la denominada "cuarta edad", integrada por individuos mayores de 80 años, mientras se mantiene la clásica Tercera edad, que encuadra el sector que va de los 65 a los 80 años.

Las estadísticas del sector privado señalan que los afiliados de más de 60 años representan el 25,7 por ciento de su nómina, pero a ellos se destina el 63 por ciento de los medicamentos.

El Congreso de Ushuaia, donde participan más de 350 especialistas y referentes del sistema sanitario argentino, es organizado por la Asociación Civil de Actividades Médicas integradas (ACAMI), que nuclea, entre otras instituciones sin fines de lucro, a los hospitales Alemán, Austral, Británico, Italiano, CEMIC, FLENI, OSDE, sanatorios Mater Dei y San José.

El costo per cápita en salud para personas mayores de 65 años es entre tres a cinco veces mayor que el que requiere el resto de la población.

Incluso, se considera que un afiliado mayor de 80 años consume, en promedio, 16 veces más medicamentos ambulatorios que un afiliado promedio de hasta 30 años, explicó Marcelo Mastrángelo, titular de ACAMI, al presentar este panel.

Estos mayores costos presionan sobre los sistemas de salud, tanto públicos como privados, que requieren una reingeniería para evitar que colapsen.

Para cubrir ese déficit, se aplican tarifas diferenciales en los sistemas prepagos a los mayores de 65 años, aunque los prestadores prefieren articular recursos públicos y privados para afrontar esa demanda.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) relevó que, mientras en 1950 las personas mayores de 60 años representaban el 8 por ciento de la población mundial (unos 600 millones), en 2025 llegarán al 14 por ciento (unos 1.200 millones) y en 2050 habrá unos 2 mil millones de personas mayores (22%).

En la Argentina, la tendencia es similar, con el 10 por ciento de la población que supera ya los 65 años.

Entre 1950 y el 2000 el crecimiento de la expectativa de vida de la mujer fue del 18 por ciento (pasó de 65 a 77 años) y la proyección en los hombres se incrementó un 17 por ciento y pasó de 60 a 70 años.

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