Lo ganaron los científicos estadounidenses Elizabeth Blackburn, Carol Greider y Jack Szostakm. Descubrieron el mecanismo de protección de los cromosomas, un avance que tendrá implicancias en la lucha contra el cáncer y el envejecimiento.
Clarín
Lunes 05, Octubre 2009
Tres científicos estadounidenses fueron distinguidos hoy con el premio Nobel de Medicina 2009 por sus hallazgos de los telómeros y la enzima telomerasa, cuyas implicaciones afectan tanto al proceso del envejecimiento como del cáncer.
El Instituto Karolinska de Suecia informó que los ganadores son Elizabeth Blackburn, Carol Greider y Jack Szostak. Los investigadores resolvieron un problema fundamental de la biología acerca de "cómo los cromosomas pueden ser copiados de manera completa y cómo están protegidos contra la degradación".
"Sus descubrimientos son importantes para comprender el cáncer, el envejecimiento y las enfermedades genéticas hereditarias", dijo Hans Jornvall, del Comité seleccionador, difundió la agencia de noticias DPA.
El profesor Nils-G"ran Larsson, miembro del Instituto Karolinska de Estocolmo, sostuvo que "el descubrimiento tendrá muchísimas consecuencias para la medicina", aunque admitió que "cuándo" es algo que no se puede decir.
Los científicos eran considerados favoritos desde hace tiempo y en 2006 habían recibido el prestigioso premio Lasker, conocido también como el "Nobel estadounidense".
"Algunos colegas rumoreaban desde hace años que iba a llegar el momento. Pese a ello, ahora casi no lo puedo creer", dijo al conocer la noticia el biólogo Jack W. Szostak.
Para Greider, éste "es el reconocimiento de la investigación impulsada por la curiosidad. Estoy contentísima", dijo la mujer, una de las diez científicas que a lo largo de los cien años recibió el Nobel.
Los tres investigadores -Blackburn de 60 años de la Universidad de California en San Francisco; Greider de 48 de la Escuela Universitaria de Medicina Johns Hopkins de Baltimore y Szostak de 56 del Hospital General de Massachusetts en Boston- se dedicaron a investigar los extremos de los cromosomas, denominados telómeros.
En el ser humano, el genoma no forma una única fibra larga sino que está distribuido en 46 partes, llamados cromosomas. Cada una de estas moléculas posee dos extremos -lo telómeros-, que tienen no sólo una función protectora sino que se ocupan de que durante la división celular, cada cromosoma se duplique en su totalidad.
Ambas tareas son vitales: si los telómeros se acortan, las células envejecen, y si el cromosoma carece de la capa protectora, el genoma no puede llevar a cabo una duplicación exacta y completa, por lo que la célula muere. En ciertos casos, puede descontrolarse y desencadenar un cáncer.
Blackburn y Szostak descubrieron cómo una única secuencia de ADN en los telómeros protege a los cromosomas del envejecimiento, mientras que Greider y Blackburn descubrieron una enzima nueva e inusual, a la que llamaron telomerasa.
Esta proteína puede prolongar telómeros y preservarlos, lo que es indispensable, porque en cada división celular los telómeros se acortan un poco. Los telómeros defectuosos son las causa de varias enfermedades hereditarias.
"Los descubrimientos de Blackburn, Greider y Szostak dieron una nueva dimensión a nuestro entendimiento de la célula", consideró el comité seleccionador. Organismos inferiores como las bacterias no poseen telómeros, porque en general tienen un único cromosoma circular, que por lo tanto no tiene extremos.
Szostak observó, entre otros, que el material genético que carece de la protección de los telómeros es degradado rápidamente en la célula. En cambio, si se les agregaba artificialmente una protección, los minicromosomas con los que trabajó permanecían intactos.
http://www.clarin.com/diario/2009/10/05/um/m-02012629.htm