Gerontología - Universidad Maimónides

« Abusar de la sal es apuntarle al corazón | Página Principal | En busca de las raíces, a través de Internet »

Maltrato a los mayores, un flagelo a erradicar

Apropiarse de la jubilación, sacarle créditos sin permiso, adueñarse de los bienes, menospreciarlos, tratarlos como niños, ignorarlos, gritarles, empujarlos y hasta golpearlos y abandonarlos son algunas de las situaciones de maltrato que sufren muchos adultos mayores de parte de la propia familia y de las instituciones, y callan por vergüenza o miedo.
“La problemática del maltrato hacia los mayores es mucho más frecuente de lo que se piensa”, señaló a DIARIO POPULAR el psicólogo David Mazzitelli, y agregó que “muchas veces este tema queda solapado porque las personas mayores no suelen denunciar, hacer ruido, ya sea por vergüenza, porque piensan que no les van a creer, por temor a que los metan en un geriátrico, por lealtad familiar, porque tienen miedo de destapar una olla peor, y callan o se encierran”, acrecentando así más el dolor, naturalizando los malos tratos, y desconociendo que hay instituciones a las cuales recurrir.

Por Natalia Muñiz

La propia familia

Respecto a los victimarios, el profesional señaló que “lamentablemente, la mayoría de las veces suelen ser los propios familiares: pareja, hijos, nietos, sobrinos”, por abuso, violencia familiar o por el denominado síndrome de estrés del cuidador -estrés físico y emocional que puede sufrir el cuidador informal o familiar, por agotamiento y que termina siendo dañino tanto para él como para la persona cuidada-.
Entre los principales tipos de maltratos que suelen aparecer, el profesional señaló: la explotación económica -sacarles dinero, quedarse con bienes y adueñarse de la propiedad-; el maltrato psicológico -insultos, humillaciones, tratarlos como niños, faltarles el respeto, ignorarlos-; y físico -golpes, empujones, pellizcones-.
Mazzitelli es coordinador Académico de la Organización No Gubernamental (ONG) Salud Activa y expondrá sobre el tema “Abuso contra ancianos”, en el II Congreso Internacional Violencia, Maltrato y Abuso que la ONG realizará el 12, 13, 14 y 15 de noviembre en distintas sedes: la Facultad de Psicología y Psicopedagogía de la Universidad del Salvador (Marcelo T. de Alvear 1314, primer piso, Ciudad de Buenos Aires); el Teatro Nacional Cervantes (avenida Córdoba y Libertad, Ciudad de Buenos Aires); Cultural Buen Ayre (Sarmiento 1272, Ciudad de Buenos Aires). Informes al 4372-5798 o en la página de Internet www.congresoviolencia.com.

“Crece año a año”

También expondrá la psicogerontóloga Laura Bottini sobre “Maltrato y abuso, familiar y cultural en los adultos mayores”. La profesional estuvo varios años a cargo del programa “Proteger” -programa de asistencia psicológica, jurídica y social a los mayores que sufren situaciones de maltrato familiar o social- de la Subsecretaría de la Tercera Edad porteña, y actualmente se desempeña en el Centro de Estudio y Fortalecimiento Institucional (CEFI), área destinada a la prevención de la discriminación y la violencia, de la Defensoría del Pueblo.
En declaraciones a este diario, Bottini destacó que “la violencia contra los adultos mayores es uno de los flagelos más grandes que está afectando a toda la humanidad, pero el problema está poco concientizado y tomado en cuenta, por lo que los índices de violencia, en general, y de violencia doméstica e institucional, en particular, crecen año a año”.
Respecto a este incremento, la especialista sostuvo que “forma parte de la invisibilidad” (hacer invisible, no querer ver a un grupo etario, no escucharlo ni considerarlo como sujeto de derechos) que la sociedad hace con los adultos mayores.
Sin embargo, indicó que las personas mayores y allegados (por ejemplo, porteros de edificios, vecinos) se animan a denunciar más que en años anteriores y a pedir ayuda.
Respecto a cuáles serían algunas de las medidas a fortalecer para prevenir hechos de violencia, Bottini aseguró: “Capacitando fundamentalmente a los cuidadores familiares e informales -es decir, no profesionales-, quienes muchas veces desconocen que por el propio estrés pueden hacer que se detonen situaciones de violencia, en forma inconsciente; también generando ámbitos de escucha, por ejemplo grupos de familiares con personas a cargo; detectando tempranamente la violencia doméstica e institucional”, entre otros puntos.
­
Recuadro: "Tan vulnerable como cualquier otra persona"
­
La jefa del departamento de Violencia Familiar de PAMI, Norma Pereyra, sostuvo que "el tema de la violencia y abuso está en niños, en mujeres, y los adultos mayores no escapan a ello, son tan vulnerables como cualquier otra persona (sin distinción de edad ni género) que depende de otra, cuando no puede abastecerse, cuando tiene cierto grado de dependencia económica, social, afectiva, pero cualquiera de nosotros puede estar en esa condición".
­ En declaraciones a este diario, la profesional manifestó que "es la misma violencia que se expresa en la casa, en las instituciones, en el trabajo, en la escuela, en la sociedad".
Asimismo comentó que muchas veces se reciben denuncias de violencia familiar pero al investigar se descubre que el origen de esa agresión "es la adicción a las drogas de un nieto, o una patología psiquiátrica de parte del victimario y que ante una descompensación o al tocar el 'tema gatillo' se descompensa y puede golpear". En estos casos también se termina brindando asistencia al victimario.

De parte de los nietos

De igual forma senaló que "la violencia suele ser ejercida por un conviviente, porque se da donde hay un vínculo de confianza, y puede ser de parte de un hijo, una hija, sobrino, esposa, y en los últimos años se vieron muchos casos de nietos con adicciones".
Respecto al punto de los menores, Pereyra comentó que en la obra social hay muchos casos de abuelos con nietos a cargo y en los últimos años se vieron "casos de nietos que sufren de adicciones y ejercen violencia económica -les quitan la jubilación, por ejemplo- y física".
Por otra parte, contó que tras la crisis del 2001 "muchas parejas jóvenes, con hijos, tuvieron que regresar a la casa de los viejos porque se vieron imposibilitados de pagar alquiler, expensas, servicios. Al principio, para la persona mayor era una compañía; pero después la convivencia se hizo difícil".
"Así como no era fácil para los hijos, quienes venían de pasar tragos amargos; tampoco lo era para la persona mayor, quien sentía que le invadían la casa, y si bien ama a su familia, tiene otros tiempos, tiene su espacio, muebles, sus pertenencias", explicó.
­ También se dan algunas situaciones de malos tratos en las residencias para la tercera y cuarta edad. "Se suelen dar de parte del personal, que se queja de la persona mayor porque es muy demandante y puede haber empujones, tironeos de pelo, obligarlo a comer porque la persona terminó su turno y no entender que los mayores tienen su tiempo. Pero suele frenarse fácilmente esa situación con la presencia" del PAMI, señaló.

Recuadro: Los tipos

La Red Internacional para la Prevención del Abuso y Maltrato en la Vejez (INPEA, por sus siglas en inglés, y donde entre sus fundadores se destacan reconocidos profesionales argentinos) junto a la Organización Mundial de la Salud definieron al maltrato de un adulto mayor como “un acto único o reiterado, u omisión, que causa daño o aflicción a una persona mayor y que se produce en cualquier relación donde exista una expectativa de confianza”.
* Maltrato físico: Uso de fuerza física que pueda producir una injuria, herida, dolor o discapacidad a una persona mayor. Se manifiesta mediante pellizcones, golpes, quemaduras u otras lesiones, capaces de provocar dolor y/o discapacidad temporal o permanente y, en casos extremos, llegar a provocar la muerte.
* Abuso psicológico: Acción de infligir pena, dolor o angustia a través de acciones verbales o no verbales. Puede manifestarse mediante insultos, amenazas, humillaciones, infantilización -tratar a un adulto mayor como si fuera un niño-, indiferencia a sus sentimientos, falta de respeto a sus creencias, rechazo a sus deseos, silencio peyorativo, falta de respuesta a sus consultas en forma intencional.
* Maltrato financiero (patrimonial, económico): Explotación, aprovechamiento o despojo de los fondos y/o patrimonio por acción de terceros. Implica daño, pérdida, transformación, sustracción, destrucción, retención o falsificación de objetos, instrumentos de trabajo, documentos personales, bienes, valores, derechos o recursos económicos destinados a satisfacer las necesidades de las personas mayores. Ejemplos comunes son la utilización de la jubilación o pensión y/o la apropiación de bienes e inmuebles mediante fraude, engaño o amenazas.
* Abandono y negligencia: Deserción o fracaso, intencional -activo- o no intencional -pasivo-, de un individuo que ha asumido la responsabilidad de proveer custodia física o cuidado de una persona mayor. Esta forma de maltrato se ha referido históricamente a la negligencia o abandono de personas mayores en situación de dependencia. Sin embargo, existen expresiones de este tipo de maltrato que afectan también a personas mayores autovalentes.
* Autoabandono: Conducta de una persona mayor que amenaza su propia salud o seguridad debido a un rechazo o fracaso de proveerse a sí mismo un cuidado adecuado.
* Abuso sexual: Contacto sexual, de cualquier tipo, no consentido con una persona mayor, el que puede manifestarse en forma abierta o encubierta mediante gestos, palabras, insinuaciones, caricias, manoseos, exhibiciones de genitales o hasta la violación.
* Maltrato estructural: Falta de políticas sociales y de salud adecuadas, el mal ejercicio e incumplimiento de las leyes y la presencia de normas sociales o culturales que resultan en perjuicio de la persona mayor.

Recuadro (al final del email está el recuadro original completo): El doble que en otros países
En el trabajo “Impacto de la diversidad en el envejecimiento”, de las investigadoras María Julieta Oddone y Mónica Aguirre, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), se reveló que en las zonas urbanas del país “se duplican” los porcentajes de violencia familiar que el indicado en estudios realizados en otros países.
“Nuestra medición nos llevó a saber que en las zonas urbanas estamos duplicando los porcentajes de violencia familiar informados en la literatura internacional, que son de alrededor de un 4 por ciento, ya que el 8.5 por ciento de nuestros entrevistados ha padecido alguna forma de violencia por parte de sus familias”.
Al respecto, Oddone explicó que esta diferencia radica en que las personas entrevistadas contestaban con confianza porque sabían que no iban a ser identificados.

Recuadro: ¿A dónde recurrir?

* Defensoría del Pueblo de la Nación: Suipacha 365, Ciudad de Buenos Aires, Tel. 0810-333-3762. Página de Internet: www.defensor.gov.ar, correo electrónico defensor@defensor.gov.ar
* Defensoría del Pueblo de la Ciudad: Area de Tercera Edad, Venezuela 842, Tel. 0810-333-3676. Página de Internet: www.defensoria.org.ar, correo electrónico tedad@defensoria.org.ar
* Subsecretaría de Tercera Edad de la Ciudad de Buenos Aires: Avenida de Mayo 591, segundo piso, Ciudad de Buenos Aires, línea gratuita 0800-222-4567, correo electrónico ssted@buenosaires.gob.ar
* Consejo Provincial de la Familia y Desarrollo Humano bonaerense: Línea gratuita 0800-666-5065.
* Tribunales de Familia

Recuadro original: En Argentina se duplican los índices internacionales

En el trabajo "Impacto de la diversidad en el envejecimiento", de las investigadoras María Julieta Oddone y Mónica Aguirre, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), se reveló que en las zonas urbanas del país "se duplican" los porcentajes de violencia familiar que el indicado en estudios realizados en otros países.
"Nuestra medición nos llevó a saber que en las zonas urbanas estamos duplicando los porcentajes de violencia familiar informados en la literatura internacional, que son de alrededor de un 4 por ciento, ya que el 8.5 por ciento de nuestros entrevistados ha padecido alguna forma de violencia por parte de sus familias".
Al respecto, Oddone explicó que esta diferencia radica en que las personas entrevistadas contestaban con confianza porque sabían que no iban a ser identificados.
Asimismo se indicó que "a mayor nivel socioeconómico (se detectaron) menos situaciones de violencia y, por lo tanto, es en los niveles más bajos donde encontramos un mayor porcentaje de hechos de maltrato familiar".
También, en el trabajo las profesionales destacaron que "aquellos que sufrieron este tipo de situaciones, manifiestan en primer lugar haber padecido agresiones verbales y físicas"; mientras que "la apropiación de dinero es padecida con mayor frecuencia por los viejos de mejor situación económica".
­ En tanto, respecto al género los hombres manifestaron sufrir más agresiones verbales, y las mujeres, mayor violencia física.

http://www.popularonline.com.ar/nota.php?Nota=421294

Powered by
Movable Type 3.33