Gerontología - Universidad Maimónides

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Rehabilitación cardíaca posinfarto

Después de un infarto de miocardio, es fundamental controlar los factores de riesgo para prevenir un segundo ataque cardíaco

Obesidad, hábito tabáquico, sedentarismo, hipertensión y niveles altos de colesterol. Todos son factores conocidos y modificables de riesgo cardiovascular. Cuando se ha sufrido un infarto de miocardio, su control es básico para prevenir un segundo ataque cardíaco. Sin embargo, menos del 5% de las personas con riesgo elevado se someten a rehabilitación.

* Por MONTSE ARBOIX
* 22 de enero de 2010

Los programas de rehabilitación cardíaca después de sufrir un infarto se plantean para aumentar la capacidad física del paciente, a quien se propone una terapia de ejercicio y se educa sobre los diferentes factores de riesgo que puede modificar con un cambio en su estilo de vida. La rehabilitación no sustituye ninguna opción terapéutica, al contrario, debe formar parte de un programa global con tratamiento farmacológico o cirugía cardiaca (como una angioplastia), entre otros.

Los especialistas insisten en que el paciente debe ser parte activa en el cuidado de su salud para tener mayor calidad de vida y evitar, en lo posible, otro evento cardiovascular. Mantener los factores de riesgo controlados y seguir un programa de ejercicio físico son las claves.
La importancia de la prevención

Los factores más importantes en la prevención secundaria del infarto de miocardio son tres: la hipertensión arterial, las dislipemias y el tabaquismo. En los pacientes que han sufrido un infarto o padecen angina inestable, el riesgo de volver a sufrir un ataque cardíaco o morir por cardiopatía aumenta un 5%. Por este motivo, es primordial evitar los factores de riesgo que incrementarían este porcentaje. Según rezan las guías de práctica clínica, la reducción de la hipertensión en prevención secundaria debe alcanzar cifras por debajo de 140/90, y si el individuo, además, es diabético, no debería sobrepasar los 130/80.

Mantener los factores de riesgo controlados y seguir un programa de ejercicio físico son las claves para evitar un segundo ataque cardíaco

En cuanto a las dislipemias, diversos ensayos clínicos han demostrado de forma fehaciente que la disminución de los niveles de colesterol en individuos con antecedentes de infarto reduce las cifras de morbilidad cardiovascular de forma significativa, con independencia del tratamiento utilizado. Otro de los pilares de la prevención secundaria se basa en el abandono del hábito tabáquico. Diversos estudios aseguran que, tras dejar de fumar, se reduce en un 36% la mortalidad en los pacientes con patología coronaria.

El ejercicio físico, según los especialistas, es un pilar fundamental en rehabilitación cardíaca. Además de ayudar en la recuperación del deterioro después del infarto, protege de nuevos ataques cardíacos, como se desprende de una revisión bibliográfica realizada por la Fundación Cochrane. Por este motivo, es fundamental para todas las personas que han sufrido uno.

DEPRESIÓN Y RIESGO DE INFARTO, UNA RELACIÓN ESTRECHA

- Imagen: Wikimedia -

Hace tiempo que la evidencia científica apuntaba que la depresión es un factor que multiplica por cuatro la mortalidad en los pacientes que han sufrido con anterioridad un infarto de miocardio. También se relacionaba el hecho de sufrir esta enfermedad mental con un riesgo mayor de eventos cardiovasculares. Sin embargo, la razón no estaba demasiado clara. Ahora, investigadores del departamento de Hemoterapia y Hemostasia del Hospital Clínico de Barcelona y del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (Idibaps) han descrito la razón de este vínculo.

Parece que la serotonina, uno de los neurotransmisores cerebrales indispensable para el buen funcionamiento de este órgano, favorece la coagulación y la generación de coágulos, ambos mecanismos están relacionados con el riesgo de padecer accidentes cardiovasculares. El trabajo, publicado en la revista 'Journal of Thrombosis and Haemostasis', apunta a que el tratamiento de la depresión podría ayudar a prevenir la formación de trombos.

http://www.consumer.es/web/es/salud/prevencion/2010/01/22/190611.php