En otras épocas, el llamado a las familias italianas era a adoptar niños vietnamitas, africanos, sobrevivientes de Chernobyl. Ahora, fiel reflejo de un país envejecido y en el que la "famiglia" no es más lo que era, el llamado es a adoptar un "nonno", es decir, un abuelo.
Escribe Elisabetta Piqué
La Nación
Domingo 11 de abril de 2010
Sucede en Milán, donde se estima que el 24 por ciento de la población tiene más de 65 años y un anciano de cada tres vive en condiciones de soledad. Adoptar un abuelo no significa llevárselo a vivir a casa, sino comprometerse a brindarle unas horas de tiempo y afecto de manera constante. Invitarlo a comer en familia, cocinarle, llevarlo a la peluquería, al parque, al cine o al teatro.
La iniciativa de adoptar un abuelo puesta en marcha por la comuna de Milán existe desde hace diez años en forma experimental y ha involucrado a unos treinta octogenarios que fueron "adoptados" por familias voluntarias. El resultado del experimento indica que el anciano vive más, porque un abuelo que no es internado en un hospicio tiene una expectativa de vida más larga. Por eso la comuna apuesta ahora a relanzar su idea de adopción de un abuelo, prometiendo a cambio un "bonus" de unos 200 euros mensuales a las familias voluntarias.
El llamado a adoptar un abuelo es síntoma del drama que sufre Italia: un país viejo, cada vez más lleno de ancianos, en muchos casos abandonados, sin esa red de protección familiar que antes era una marca registrada del país.
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1252918&origen=NLEnfo