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El masters de la juventud eterna

La pintoresca historia de la Lurie World Cup, único torneo de tenis para mayores de 90 años, organizado por un millonario de EE.UU., donde participa el argentino Pico Barboza

Por Sebastián Torok
LA NACION
Martes 20 de julio de 2010

Bill Lurie tuvo mucha fortuna en su vida. La frescura y la salud, largamente, lo acompañaron; como empresario relacionado con los pozos de petróleo y de gas en California fue tan lúcido que logró ser millonario. Siempre adoró el deporte, sobre todo el tenis. No llegó a ser profesional, aunque su interesante nivel como aficionado lo llevó a viajar, conocer diversos países y gente muy distinta de él. La tercera edad no lo desanimó, todo lo contrario; impulsado por su vitalidad y cimentado por sus sólidos recursos financieros, este estadounidense organizó y solventó, en 2005, el único certamen de tenis en el mundo para mayores de 90 años: la Lurie World Cup. Al principio observaron el torneo con desconfianza, pero en abril pasado se hizo la quinta temporada (en 2009 no se disputó) y, además, obtuvo el reconocimiento de la USTA, la federación norteamericana de tenis, que aportó más "seriedad" al encuentro.
El certamen, claro, tiene sus condimentos. Por empezar, Lurie, que en la actualidad tiene 96 años, les paga los gastos más significativos a los 16 participantes (ocho de EE.UU. y ocho del resto del mundo), a quienes elige por amistad y mejor ranking de veteranos. El argentino Federico Barboza, de 94, un símbolo del Buenos Aires Lawn Tennis Club y habitual concurrente de la Copa, cuenta a La Nacion: "Nos paga el pasaje y el alojamiento; cuando llegamos, nos pregunta cuánto gastamos de avión y nos da el efectivo. Lo único que no nos paga es la comida y es lógico, porque cada uno come en el momento que quiere. Tenemos todas las comodidades, nos alojan en un resort grande como una manzana y las canchas están enfrente del hotel". Y añade: "Bill cree que los jugadores veteranos en EE.UU. son superiores a los del resto del mundo y yo no lo comparto. Entonces, invita a americanos y a gente de China, Japón, Australia, Nueva Zelanda, México, Alemania, Canadá, Italia...".
El certamen, sobre cemento, dura dos días; los sábados se juegan los singles y los domingos, los dobles, y si bien en la pizarra del sorteo Lurie divide a los jugadores en dos grupos, se miden todos contra todos. Los encuentros son al mejor de tres sets, "pero en caso de igualar en uno", dice Pico Barboza, "se define con un tie break a diez puntos". Como agradecimiento por haber llegado hasta allí, Lurie inscribe a quienes deseen en el Campeonato Nacional de Mayores de 90 años de los Estados Unidos, que comienza inmediatamente después de la Lurie World Cup, en la misma ciudad.
Las primeras cuatro series se disputaron en Palm Springs, un oasis en medio del desierto y las montañas del sur californiano, con un clima agradable, especial para las actividades deportivas al aire libre; la última, en San Diego.
"La temperatura es ideal, hay calorcito... Se hace en esa época, en abril, porque es la mejor. No nos podemos quejar, tenemos todas las comodidades. Todo un equipo de profesionales se pone a disposición de nosotros, los invitados. Además, hay personal médico constantemente en las canchas, con todos los instrumentos necesarios. Porque están tratando con gente mayor de 90 años y asumen ello con mucha seguridad", agrega Barboza, que en su momento fue quien invitó a Guillermo Vilas a jugar en la primera división del Baltc y por estos días sigue jugando casi dos horas diarias. En abril pasado, otro argentino acompañó a Barboza a EE.UU.: fue Carlos Chon Urien, del Club Náutico San Isidro.
El deporte en la tercera edad tiene funciones magníficas: mejora la aptitud corporal, une las relaciones sociales y agiliza la mente, matices que no tienen precio... "Poder competir a esta edad llena el alma. Vivimos momentos agradables, estamos todos juntos. Nacen amistades. El tenis es un deporte hermoso, me fascina y, visto así, estimula el ánimo, es un incentivo para seguir viviendo", agradece Barboza, una de las figuras del Masters de la juventud eterna...
Aquel viejo encuentro en Brasil
¿Cómo se conocieron Bill Lurie y Federico Barboza? El propio Pico, nacido en Santa Fe el 22 de abril de 1916, lo cuenta: "Lo conocí en un campeonato que jugué en Brasil, le gané muy fácil, 6-1 y 6-1, en 1991. Él, después, se acordó de mí y cuando armó la Copa, llamó a la Asociación Argentina de Tenis y pidió comunicarse conmigo... Es una persona muy solidaria".entud eterna...

http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1286513

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