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La grasa Trans, la peor para el corazón

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La ingesta diaria de 5 gramos de grasas trans contribuye a aumentar un 25% el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Saludable

Las Grasas Trans son ácidos grasos insaturados de origen vegetal que sufren un proceso de Hidrogenación que permite transformar una grasa en estado líquido a uno semisólido, más resistentes a la oxidación y al “enranciamiento”, y donde los alimentos adquieren una textura y una cremosidad especial. A su vez resultan más económicas que otros aceites. El problema de la hidrogenación no es sólo que convierte las grasas insaturadas en saturadas, sino que afecta a su estructura, dando lugar a una estructura artificial ajena al organismo humano; su acumulación interferiría en distintas reacciones metabólicas.
Un estudio publicado en la revista de medicina The New England Journal of Medicine, nos revela que estas grasas generan un aumento del colesterol malo (LDL) y descenso del bueno (HDL), situación que favorece la formación de placas de colesterol en las arterias, produce un aumento de la inflamación en todo el organismo y altera el endotelio (capa interna de las arterias) determinantes de la enfermedad cardiovascular. Sus efectos son peores que los derivados de la grasa saturada o del colesterol de la dieta.
Según los datos de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, realizada en Argentina en el 2005, el 28% de la población entre 18 y 64 años tiene colesterol elevado (valor superior a 200 mg/dl). Existe una fuerte asociación entre consumo de grasas trans e hipercolesterolemia. Asimismo, los datos nos revelan que el 46% es sedentario, el 34% presenta hipertensión arterial y el 50% tiene sobrepeso/obesidad. Por eso, es vital la modificación de hábitos alimentarios y de actividad física para modificar estos factores de riesgo que se asocian con el desarrollo de eventos cardiovasculares.
¿Cómo identificar las grasas Trans en los productos?
Las grasas Trans se encuentran en algunas galletitas, snacks salados y dulces, pastelería industrial (algunas masas de empanadas y tartas, pastas rellenas preparadas), ciertos panes, productos precocinados, mezclas para preparar tortas, diversas golosinas, baño de repostería, algunos cereales de desayuno. Es importante saber que, en pos de mejorar la calidad nutricional de sus productos y evitar el uso de grasas que aumentan el riesgo cardiovascular y generan otras alteraciones metabólicas como la diabetes, distintas empresas alimenticias están modificando la composición nutricional, reemplazando el aceite parcialmente hidrogenado por Aceite de Girasol de Alto oleico, una variante del aceite de girasol, rico en omega 9 (grasa monoinsaturada), que permite mejorar el perfil de grasas sin alterar el sabor y la textura de los alimentos.
La recomendación del American Heart Association (AHA) y de las Sociedades Argentina de Cardiología y Nutrición es limitar el consumo de grasa trans a menos del 1% de las calorías diarias totales, es decir, si una dieta tiene 2000 calorías, el consumo debe ser inferior a 2 g de grasa trans por día.
Es importante leer las etiquetas donde figura la composición nutricional del producto, y la leyenda “aceite parcialmente hidrogenado” debe alertarnos de su presencia. Desde 2007, en el Rótulo Nutricional, debe figurar la cantidad de grasa Trans presente en el producto si contiene más de 0,5 gramos.
Conociendo esta información, la posibilidad de decidir cuales alimentos consumir está en nuestras manos.
Dra. Paola Harwicz (M.N. 84.182)
Médica Especialista en Cardiología y Nutrición.
www.nutricionenlared.com

http://saludable.infobae.com/la-grasa-trans-la-peor-para-el-corazon/

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