Según un estudio, tres de cada cuatro argentinos se automedican; especialistas explican las razones y los riesgos
Miércoles 27 de octubre de 2010
Por Verónica Dema
De la Redacción de lanacion.com
Tiene 33 años y está a punto de perder los pies: estaba medicada contra un virus y se tomó un analgésico para calmar un fuerte dolor de cabeza, lo que le generó un cuadro de ergotismo, esto es, una obstrucción de las arterias en los miembros inferiores. No hay otra alternativa más que la amputación.
Con reservas del nombre de la paciente, el jefe de la dirección de Toxicología del Hospital Fernández, Carlos Damin, cita el caso para dimensionar los efectos de la automedicación, un fenómeno que -observa- se intensifica año a año.
Según un estudio de la Universidad Maimónides y el Instituto Argentino de Atención Farmacéutico citado en el libro La Argentina ansiolítica, de la periodista Valeria Shapira, tres de cada cuatro argentinos se automedican.
Damin, jefe de la cátedra de Toxicología de la UBA, define la automedicación como la administración por elección de una misma persona, sin recomendación médica; esto, tanto para medicamentos de venta libre como con los recetados. Para dimensionarlo, el toxicólogo señala: "La automedicación es uno de los pilares de consumo inadecuado de remedios; es una forma de adicción y genera fuerte dependencia, como las drogas ilegales".
Esta situación, combinada con visita a profesionales que tienden a medicar enseguida, muchas veces deriva en hipermedicación. "Esta realidad se vuelve cada vez más común y toxicológicamente las consecuencias en el organismo pueden ser fatales", apunta el especialista. Prefiere no hablar de cifras porque los estudios que se difundieron últimamente le resultan alarmantes.
El médico psiquiatra y psicoanalista Hugo Lerner habla de los mecanismos mentales que se activan en personas que creen necesitar medicamentos y, muchas veces, se los autoadministran. También se refiere a las consecuencias: la dependencia psicológica que generan. "Si tiene efecto placebo, pero el paciente se sintió mejor cuando lo tomó, cada vez que sienta un síntoma parecido va a acudir a la medicación", dice.
Y luego se explaya en uno de los medicamentos testigo para hablar del tema: el ansiolítico. "Un gran porcentaje de la población lo lleva en el bolsillo. Se instaló en el psiquismo que ese medicamento lo va a ayudar frente a una situación de crisis, entonces se crea una dependencia que no es simple de cortar: hay que trabajar terapéuticamente y también para cortar la dependencia física", explica Lerner.
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