La gente vive más y tiene menos hijos, mientras los sistemas de jubilación están en crisis en casi todo el mundo. Se impone prolongar la vida activa.
Por FELIPE GONZÁLEZ EX JEFE DE GOBIERNO DE ESPAÑA
Clarín
2/11/10
Viendo el rechazo a las reformas del sistema de pensiones que ocurre en la Unión Europea, tenemos que reconocer que el éxito mayor de la sociedad del bienestar se refleja en el incremento de la esperanza de vida . Pero la buena noticia de que vivimos más tiempo y con más calidad, viene acompañada de una no tan buena que es la baja natalidad.
O sea, nos estamos convirtiendo en una sociedad de gente mayor, con una pirámide demográfica que se estrechará cada vez más en la base. Esta deriva nos llevará en el año 2050, si faltara inmigración y se mantuviera constante la participación en el mercado de trabajo, a tener, en España, 68 millones menos de trabajadores.
Esto nos situaría en un coeficiente de población activa / población inactiva de cuatro trabajadores contribuyentes por cada tres jubilados .
La actual edad media de jubilación en Europa es de 62 años para los hombres y de poco más de 60 para las mujeres. Si no se toman medidas en varios frentes, llegaremos a la situación descrita en 40 años, es decir, en el momento en que se jubilarán los jóvenes estudiantes que protestan en Francia. Como todas las proyecciones que encaran el futuro, esta tampoco es inexorable.
Se puede y se debe actuar para evitar este escenario con todas sus implicaciones económicas, sociales y políticas .
La paradoja es que los que creemos en un sistema público de pensiones, cuyo fundamento está en la solidaridad , tenemos dificultad para que se acepten las reformas necesarias para mantenerlo y que los que se oponen manipulan la realidad.
Compensar la caída a medio plazo de la población en edad de trabajar, frente al incremento de la población de más de 60 o 65 años, nos obliga a plantear una mezcla de políticas, de la que la reforma del sistema de pensiones y de la edad de jubilación es una parte imprescindible, pero sólo una parte . Por eso, hay que prolongar la vida activa de la población actual y futura , con estímulos para hacerlo, que podemos diseñar y acordar; considerando la jubilación como un derecho, no como una obligación ; reconsiderando los períodos de carencia y calculando la pensión por los salarios o rentas percibidos a lo largo de toda la vida laboral.
Pero además, tenemos que hacer políticas que incrementen la participación de la mujer en la población activa ocupada, con medidas de apoyo para que esto sea compatible con el incremento de la natalidad que necesitamos. El papel de la mujer en esta sociedad del conocimiento, en esta economía abierta, es de vital importancia, incluso más allá de la lucha por la igualdad, porque se plantea como una necesidad insustituible para ganar competitividad en la sociedad del conocimiento aumentando la población activa y corrigiendo la pirámide demográfica.
También tenemos que cambiar nuestra óptica sobre la in migración , que estamos percibiendo como un grave problema, cuando es una parte sustancial e inevitable de la solución a medio y a largo plazo.
Claro que hay que regular los flujos, ajustándolos a las necesidades y capacidad de integración. Claro que hay que combatir el tráfico de seres humanos y la explotación de los irregulares, pero no podemos galopar en una demagogia antiinmigración que se volverá contra los valores y los intereses de Europa.
http://www.clarin.com/opinion/Buenas-malas-noticias-duracion-vida_0_364763581.html