Palabras del Dr. Rene Knopoff
Queridos amigos:
Cerramos un año más de actividades. Es hora de hacer un balance. ¿Qué hice, qué sentí, qué quise?
¿Qué no hice? ¿Por qué?
¿A que no me animé? Si se me presenta nuevamente la oportunidad ¿qué haré? ¿cuál será mi conducta?
¿Qué di a los demás? ¿Qué retaceé de lo que podía dar?
¿Qué pedí a los demás? ¿Qué me dieron?
Repasemos honestamente el hilo de nuestra vida, día a día, mes a mes.
¿Qué pude hacer y no lo terminé?
También qué logré
¿Qué compañeros, qué amigos incorporé a mi vida?, ¿ninguno? Entonces, algo no hice bien, algo no funcionó en mi. Me encerré demasiado en mi mismo. Debo abrirme, debo compartir con otros, dar a otros, algo de lo que se o tengo. Ni el saber ni los recursos me fueron dados para ocultarlos o guardarlos.
Pero anoto también qué pude hacer, a quién di o me brindé. Quien mejoró algo por mi intermedio.
Me siento bien al hacer el repaso. No para vanagloriarme pero necesito esta caricia para el alma.
Saber que puedo y debo seguir en esta conducta. Con esta mirada. Hacia mi adentro y hacia los demás. Doblo la página y pienso: ¿ahora qué?, ¿qué es lo que viene?, ¿qué proyectos?. La vida es una mirada abierta, una flecha lanzada al infinito.
En la medida que sienta inquietudes por lo que no empecé o dejé de hacer significa que estoy vivo.
En la medida que abrigo proyectos, siento un calor que me reconforta, una corriente eléctrica que me recorre.
El año que termina es también el año que empieza. El punto de llegada marca una etapa, un momento de descanso y recogimiento para recuperar fuerzas, para aclarar mi visión del camino. Lo recorrido sólo me sirve para ver mejor lo que podré recorrer.
Recordemos el proverbio hindú que otras veces les mencioné. Hagamos como el bambú, que cuando el viento lo empuja para atrás, le sirve para proyectarse con más fuerza hacia adelante.
¿Que tengo menos fuerza que hace un año?. Aún me sobra para lo que quiero. ¿Que oigo menos y veo menos?. Me sirve para pensar más.
Tenemos disminuciones, pero también tenemos compensaciones. Así es la vida. En cada una de sus etapas. Esta no es la excepción. No interesa tanto lo que nos pasa, sino lo que hacemos con lo que nos pasa.
Si esto lo tenemos claro, vivamos con toda la alegría y entusiasmo el momento presente. Hay tanto para hacer aún, para ver, para querer, para vivir. Vivamos la edad que tenemos, con todas las ganas. En plenitud. Gritemos a los cuatro vientos, tengo 10; 30; 60 ó 90 años. Vivo y siento, tengo familia, amigos, ganas. ¿Qué más puedo pedir?.
Ayudemos a construir nuestro futuro con este presente. Ayudemos a construir el futuro de los distintos unos que nos requieran