Comenzó el otoño y se acerca una nueva temporada de la enfermedad
Los especialistas insisten; los grupos de riesgo incluyen a cardíacos, diabéticos, embarazadas y mayores
* La vacunación antigripal es gratuita en todo el país para los que están en riesgo
* En el caso de los chicos, no recomiendan vacunarlos si están sanos
La Nación
Martes 22 de marzo de 2005
Comenzó el otoño y llegó el momento de vacunarse contra el virus de la influenza. En especial, chicos mayores de seis meses y adultos con alguna condición o enfermedad que los incluya dentro de los grupos de riesgo.
Así, embarazadas en el segundo o tercer trimestre de gestación, personas con problemas cardíacos o renales, diabéticos, asmáticos o quienes padecen enfermedades que bajan las defensas deben vacunarse antes de que comience la temporada gripal en el país, que se estima en mayo a partir de la actividad viral en los últimos dos años, según la recomendación de la Organización Mundial de la Salud.
"La primera semana de abril es un buen momento para empezar a vacunarse, en especial quienes poseen algún factor de riesgo, que tienen indicación de inmunizarse", dijo ayer a LA NACION el doctor Horacio López, director de la carrera de Especialistas en Infectología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.
¿Por qué en abril? Porque después de recibir la vacuna, el cuerpo necesita de 10 a 14 días para desarrollar los anticuerpos necesarios contra los virus que están "dormidos". Son esos anticuerpos los que nos protegerán contra la infección.
"Con la vacuna, la prevención es del 70 al 90% entre los menores de 65 años sanos -explicó-. En los mayores que no residen en geriátricos previene de un 30 a un 70% las hospitalizaciones, pero en los que viven en esas instituciones previene de un 50 a 60% las neumonías y un 80% la muerte por influenza."
Gripe v. resfrío
A diferencia de un resfrío, la gripe es una enfermedad infecciosa que afecta a todo el organismo y exige cinco días de cama. El resfrío, en cambio, "es una afección del cuello para arriba, localizada en la cabeza, producido por más de 100 virus diferentes -explicó el infectólogo-. Además, el resfrío no se transforma en gripe y la vacuna no produce ninguno de los dos".
Entre las complicaciones de la influenza están las que provoca el virus (neumonitis, miocarditis, miositis, bronquitis), la desestabilización de la enfermedad de base y la sobreinfección bacteriana (neumonía, otitis, sinusitis), que ocurre a los 10 días de comenzar el cuadro gripal.
Entre las personas sanas, el personal de salud y quienes están en contacto con menores de seis meses deben vacunarse para reducir el riesgo de contagio. También, los adultos mayores que residen en geriátricos o centros de cuidados a largo plazo.
"Todas las vacunas aprobadas por la OMS y los organismos regulatorios de cada país son igualmente eficaces", afirmó López, que recomendó concurrir a los sitios donde las administran de manera gratuita. Son el PAMI, para los adultos mayores, y los hospitales públicos, para todas las edades. Sólo es necesario la receta médica. Las obras sociales y las empresas de medicina prepaga también cubren la vacunación de manera preventiva a sus afiliados dentro de los grupos de riesgo.
"No es posible ni serio predecir hoy cuándo empezará a circular el virus, ni su posible intensidad -afirmó López-. Pero según lo que históricamente ocurre en la Argentina, todos los años hay actividad del virus. Por eso, hay que vacunar a los grupos de riesgo para evitar complicaciones."
En los chicos
El único criterio diferente es en los chicos, pero sólo a partir de los seis meses de vida. Antes, la vacuna es innecesaria debido a que no produce inmunidad alguna. "Los padres deben saber que deben vacunar a los chicos que integren alguno de los grupos de riesgo, ya que en la práctica diaria se suele ver que los chicos internados por influenza tienen alguna condición de riesgo y no están vacunados contra la gripe", señaló ayer a LA NACION el doctor Alejandro Ellis, secretario del Comité Nacional de Infectología de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).
Pero la recomendación de la SAP no se agota en los chicos más vulnerables, sino que alcanza a los familiares que conviven con él, aunque estén sanos. Esto incluye a los hermanos mayores de seis meses.
Las mismas guías para la vacunación pediátrica contra la gripe, lanzada en 2004 por la SAP y confirmadas para este año por el propio Ellis, incluyen a los chicos que durante el año previo hayan sido hospitalizados por alguna enfermedad metabólica.
"La recomendación de vacunar a los chicos de 6 a 23 meses se basa en un estudio realizado en los Estados Unidos sobre las internaciones por influenza que, en la temporada viral anterior, registró un mayor índice de hospitalizaciones infantiles -explicó-. Pero lo que vimos en la Argentina en 2004 y 2003 es que ese virus en los chicos es uno de los menos frecuentes."
En orden, la mayor prevalencia pediátrica en nuestro país le corresponde al virus sincicial respiratorio, que representa el 70% de los casos y es la principal causa de infecciones respiratorias agudas bajas en los lactantes. Esto lo convierte en el agente responsable de afecciones como la neumonía, la bronquiolitis y la traqueobronquitis.
Luego le sigue el adenovirus y, tercero, se ubica el virus de la gripe. Por eso, "aunque empiece la guardería, el jardín de infantes o la escuela no indicamos la vacuna antigripal debido a la prevalencia de los gérmenes que circulan, entre los que este virus no muestra hasta ahora una actividad que requiera hospitalización", concluyó Ellis.
Por Fabiola Czubaj
De la Redacción de LA NACION
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