Gerontologia - Universidad Maimónides

Mayo 15, 2005

Familias numerosas, cada vez más raras

familia.jpgLa ONU proclamó el 15 de mayo como el Día Internacional de la Familia.
Pese a que en Alemania el núcleo familiar es protegido, se desvanece
como institución tradicional para dar paso a una sociedad individualista.

Deutsche Welle
15.05.2005

En la mayoría de los países industrializados occidentales, los viejos
cada vez menos son cuidados por sus familiares. En Alemania se dice que
hay una crisis de atención a la vejez. La movilidad que se exige a la
fuerza de trabajo ha desbaratado el núcleo familiar. Mientras que antes
era evidente que cuando envejecieran los padres serían cuidados por los
hijos, hoy en día los hijos ya no viven donde nacieron, o donde viven
los padres. Los hijos están repartidos por todo el país y en el
extranjero. Los viejos pasan a ser responsabilidad de asilos y centros
de atención, lo que antes era competencia de la familia.


Se ve poco que la atención a los enfermos y a los viejos tenga lugar en
el núcleo familiar.

Pese a que la sociedad alemana tiene suficientes recursos, los niños son
escasos. Debido a una creciente flexibilidad en la planeación familiar y
mayores posibilidades de educación y de trabajo, las mujeres cada vez
tienen menos hijos. Mientras que antes era algo común que las familias
tuvieran 8 o más hijos, el número de vástagos ha caído dramáticamente
durante las últimas cuatro generaciones. El número de niños parece
proporcionalmente inverso a la riqueza de la sociedad. Entre más rica
es, menos hijos tiene.

Los hijos, un regalo que no todos pueden recibir.

*Pocos niños, muchos viejos*

Según el Instituto alemán de Investigación Poblacional, con sede en
Wiesbaden, cada alemana en edad reproductiva tiene un promedio de 1,3
hijos. Esta cifra representa la tasa de natalidad más baja de Europa y
del mundo. El modelo tradicional de la familia, según el cual la mujer
se queda en casa atendiendo a los suyos, está condenado a la extinción.
Muchas madres quieren y tienen que trabajar y no siempre logran hacer
compatibles la familia y el empleo. Eso se debe al particular problema
en Alemania de que no es fácil encontrar a alguien que cuide de los
niños, especialmente de los más pequeños.

No es bien vista una madre que deja a su bebé en custodia ajena, quien
lo hace, es llamada Ravenmutter, sinónimo de mala madre. El término
alude a la madre cuervo, pues estas aves expulsan muy rápido a sus crías
del nido.

*Círculo vicioso*

Como si fuera un círculo vicioso, hay pocas posibilidades de apoyo para
las madres y por ende, pocos hijos. Las llamadas 'Kitas', jardines de
niños para bebés, son aún más escasas que los niños y tan sólo pueden
dar cabida a un 3% de los niños menores de 3 años. En uno de estos
lugares en Bonn, se atiende a 45 niños pequeños, desde los 4 meses de
edad hasta menores de 3 años. La demanda es mucho mayor, según su
directora, Ursula Somborn, la lista de espera es de 30 niños.

Es evidente que la baja natalidad tiene sus causas. Desde principios de
año el gobierno alemán despachó una iniciativa para hacer frente a la
gran demanda de atención para los niños. Según la ministra para la
Familia, Renate Schimdt, hacia el 2010 habrá 230.000 lugares de atención
para niños pequeños. Con ello, uno de cada cinco niños tendría un lugar
asegurado. Pero también es necesaria una mayor flexibilidad en el
empleo. Tener hijos en Alemania es considerado un riesgo de pobreza.
Cuestan dinero, hay que cuidarlos y renunciar a un empleo remunerado y
para las madres solteras eso significa vivir de la asistencia social con
un presupuesto muy bajo.

Eso explica la individualización de la sociedad, un fenómeno cada vez
más claro en los países industrializados que va desplazando al núcleo
familiar, una estructura que sobrevivió durante siglos.

*

Megaciudades del futuro*

También en muchos países en desarrollo el modelo familiar tradicional se
va perdiendo. La gente emigra al extranjero o a las grandes ciudades.
Según la ONU en unos 25 años unas dos terceras partes de la población
mundial vivirá en las ciudades. El resultado ya puede verse hoy en día:
pueblos enteros abandonados. A veces son familias completas las que
emigran a las ciudades, en otros casos son los hombres los que se van en
busca de un trabajo y un mejor futuro.

La creciente industrialización y globalización representa un desafío
para las estructuras familiares y sobre todo para las mujeres. En ello
la preparación es fundamental para poder sobrevivir en las grandes
metrópolis.

Las sociedades industrializadas enfrentan otra problemática, ahí la
población joven tiene que financiar el cuidado y la atención a los
viejos. Asumir con responsabilidad el futuro es tarea no del grupo
familiar, sino de la sociedad en su conjunto.

Eva Usi

Publicado por Licenciatura en Gerontología el día: Mayo 15, 2005 08:57 AM