Compañeros virtuales, un novedoso recurso para los que viven solos
El mercado ofrece desde sofisticados robots hasta inventos simples e ingeniosos
* En las sociedades que envejecen aceleradamente, la tecnología cubre ciertas necesidades de los mayores
* También los más jóvenes encuentran soluciones insólitas
La Nación
Lunes 4 de julio de 2005
Ifbot, un robot casi tan alto como un perro, está vestido con un traje de astronauta, tiene una sonrisa radiante -una de sus 40 expresiones faciales- y está programado para jugar, cantar y sostener conversaciones del nivel de un niño de cinco años.
Pero el simpático muñeco no es un juguete para chicos. Todo lo contrario: fue diseñado para hacer compañía a los ancianos en Japón, donde el rápido envejecimiento de la sociedad incentiva a empresas como el Instituto Business-Design (IBD) -creadores de Ifbot- a invertir en nuevas tecnologías para mitigar la soledad.
"Hablar es muy importante para evitar la senilidad. Con este robot, la gente mayor, que a menudo está sola, puede estimular su cerebro y sentirse como si estuviera hablando con sus nietos", señaló Tsunenori Kato, ejecutivo del IBD.
Claro que nietos es lo que más escasea por estos días en Japón, donde el índice de natalidad cayó a tal punto que se teme que, de aquí a pocos años, no habrá nadie para cuidar de los ancianos. Y en una sociedad que se niega a contratar a enfermeros extranjeros y que, además, se enorgullece de su larga tradición en desarrollo tecnológico, recurrir a robots como acompañantes no parece una idea tan descabellada.
El negocio, además, no es nada despreciable: según la Asociación Japonesa de Robots, la venta de estos humanoides para fines domésticos se disparará de los 4000 millones de dólares actuales a 14.000 millones en 2010 y 40.000 millones en 2025.
Aunque algunos pasos detrás de Japón, Estados Unidos también se está volcando a la tecnología para cuidar a sus ancianos, con empresas como General Electric abocadas a desarrollar y adaptar complejos sistemas electrónicos a las necesidades de la gente mayor.
Así, por ejemplo, un conjunto de sensores inalámbricos -que a su vez alimentan una computadora central- puede detectar si una persona no pisó la cocina en un determinado lapso de tiempo. Entonces, envía un e-mail a algún familiar, alertándole que esa persona se salteó una comida.
En Nueva York, la compañía Xanboo diseñó, por su parte, una compleja red de cámaras y sensores que automáticamente puede conectar el sistema de calefacción central, apagar la TV o cerrar alguna canilla que quedó abierta, olvidos típicos de los ancianos que viven solos.
Pero aunque el envejecimiento de la población amenaza a la mayoría de los países desarrollados, la soledad no es un sentimiento excluyente de los más viejos. Bien lo saben firmas como la japonesa Kameo, que en diciembre pasado lanzó al mercado la "Almohada con brazo de novio".
Se trata de un torso sin cabeza y un brazo musculoso relleno de gomaespuma, un peculiar modelo que promete convertirse, por tan sólo 80 dólares, en la compañía perfecta de miles de japonesas solitarias.
Para mujeres divorciadas como Suzuki, la almohada tiene varias ventajas: "Además de abrazarme durante toda la noche, no se retuerce ni patea, y siempre estará allí a la mañana siguiente", afirma.
El éxito del "brazo de novio" empujó a Kameo a diseñar la contraparte femenina: una almohada para hombres que tiene la forma del regazo de una mujer. Y que ya vendió más de 3000 unidades en un mes.
Más sofisticada
Mucho más sofisticada es la acompañante que creó en Estados Unidos Eberhard Schöneburg, director ejecutivo del fabricante de software Artficial Life, de Hong Kong. Se trata de Vivienne, una novia virtual cuya imagen tridimensional aparece en los celulares de hombres cansados del tiempo, las complicaciones y los gastos que supone tener una novia real. Vivienne, que es el producto de mensajes de texto, videos y voz computarizada, es capaz de traducir seis idiomas, soplar besos desde la pantalla y conversar sobre 35.000 temas, desde cine hasta filosofía.
Y aunque pueda sonar como el último recurso de los perdedores, Artficial Life confía en que le aportará excelentes dividendos (estará disponible por 6 dólares mensuales, sin incluir el precio de las flores o chocolates virtuales que se le pueden enviar a Vivienne) y que, además, será un gran atractivo para los nuevos celulares de tercera generación.
Los inventos insólitos para hacer de la soledad una experiencia más llevadera también cruzaron las fronteras de Alemania, donde dos diseñadoras de interiores idearon un original decorado para jóvenes que viven solos y quieren sentirse acompañados al regresar a sus casas.
La solución, en opinión de las treintañeras Susanne Schmidt y Andrea Baum, está en un empapelado que reproduce, en tamaño real, la foto de un amigo, un novio o un compañero imaginario. Que está allí, siempre sonriente, en el rincón preferido de la casa: comiendo en la cocina, tirado sobre el sofá del living o mirando televisión en la habitación.
La ventaja de tener a la otra persona impresa en el papel, según las autoras de este invento que bate récords de ventas en Alemania, es que, a diferencia de las de carne y hueso, "ésta no ensucia, no ronca, no discute y puede ver «Cuando Harry conoció a Sally» con uno por enésima vez ".
Lo curioso es que Schmidt y Baum se inspiraron escuchando uno de los CD que hay en el mercado para gente sola, y que reproduce grabaciones de ruidos -puertas que se abren, un café que hierve, el ronroneo de un secador de pelo- para crear la ilusión de que uno no está solo...
Por Teresa Bausili
De la Redacción de LA NACION
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