U24 se propuso realizar un informe especial que tiene por fin prevenir la pérdida de la memoria. Especialistas hablaron con Urgente sobre este tema. Porque envejecer no es sinónimo de pérdida de las facultades intelectuales. La capacidad mental puede incluso ser brillante a pesar del aumento de la edad, y aunque disminuya el rendimiento físico del individuo. Así la rapidez para aprender y captar nuevos contenidos es propia del cerebro joven, la obra llevada a cabo por ancianos eminentes como Tiziano o Goethe, demuestra que el cerebro es capaz incluso de hacer maravillas cuando el cuerpo ya no responde como en la juventud.
Urgente24.info
04 y 05/08/2005
El progresivo envejecimiento de la población que ha alcanzado proporciones jamás pensadas.
A principios del siglo XX la esperanza de de vida al nacer era de aproximadamente 34 años, y sólo un siglo después ese parámetro se elevó a casi 80 años en los países industrializados.
Como consecuencia de este envejecimiento poblacional, se ha incrementado la incidencia de enfermedades que causan invalidez y dependencia en edades avanzadas como son las enfermedades crónico-degenerativas, entre las que podemos encontrar enfermedades como la de Alzheimer.
La prevalencia de la enfermedad de Alzheimer se duplica cada cinco años a partir de los 65 años hasta los 85. Esta prevalencia es variable, desde el 1% al 2 % a los 60 años hasta alrededor del 30% más allá de 85.
Los estudios de incidencia son mucho más escasos. Sin embargo, la incidencia del síndrome demencial se ha calculado en el 1% anual para la población de mayor de 65 años.
De acuerdo a datos de especialistas se calcula que más del 20% de la población europea superará los 60 años, este incremento actual y futuro de la población anciana conllevará un aumento de las demencias.
Argentina no es una excepción y para una población mayor de 65 años, la prevalencia estimada de pacientes con enfermedad de Alzheimer oscila entre 350 y 400 mil pacientes.
Aunque esta enfermedad se caracteriza por un deterioro progresivo de las funciones intelectuales, la evolución del cuadro es muy variable.
Mientras que en unos casos se produce una evolución muy rápida (menos de un año), en otros el deterioro de las funciones intelectuales se prolonga más de 15 años.
Durante el tiempo en que trascurre la enfermedad los pacientes sufren síntomas cognitivos y conductuales. Estos producen la dependencia del individuo y sobrecarga familiar.
En el paciente anciano, los síntomas de diferentes enfermedades pueden presentarse de forma silenciosa y son más frecuentes las manifestaciones atípicas de las enfermedades.
En los pacientes con demencia esto sucede con mayor frecuencia. Por esto, ante todo cambio brusco en el estado de un paciente con demente se debe de buscar una causa externa a la demencia ya que un proceso agudo de cualquier índole (neumonía, infarto del miocardio, infección urinaria, entre otros), puede manifestarse como un cuadro confusional o una disminución de su situación funcional.
En las fases avanzadas de la demencia los pacientes presentan otras enfermedades que tienen una alta incidencia y prevalencia en los pacientes de tercera edad, como son las infecciones respiratorias y urinarias, las ulceras por decúbito, los efectos de la polifarmacia, las alteraciones del sueño, la desnutrición, el estreñimiento y la incontinencia.
Probablemente una de las situaciones clínicas no cognitivas más frecuentes y complejas son las consultas motivadas por los trastornos emocionales y de conducta que se presentan en personas mayores con enfermedad de Alzheimer.
Aquellos que cuidan a los enfermos, fundamentalmente los familiares, pueden verse sobrepasados en muchos casos por ancianos que presentan, de forma aparentemente sorpresiva, estallidos emocionales desproporcionados que desbordan la dinámica del grupo, bien por exigencias constantes de atención, o por otros motivos diferentes. Estas situaciones generan en muchos casos sentimientos de culpa o por el contrario irritabilidad en algunos miembros del medio que rodea al paciente.
La presentación de los trastornos psicológicos y conductuales depende del momento de evolución de la demencia. La depresión se suele presentar al principio de la enfermedad mientras que el delirio y las alucinaciones se observan en etapas evolutivas más tardías.
Por estas razones el manejo de los pacientes con demencia requiere una serie de estrategias desde el punto de vista médico, psicológico, funcional y social. Además de la intervención farmacológica se deben de identificar con una valoración geriátrica integral las situaciones médicas, psiquiátricas, funcionales o sociales mediante una valoración geriátrica integral y ser debidamente tratadas. Proporcionar a los cuidadores y familiares de los pacientes educación, apoyo, y consejos prácticos es un componente esencial en el manejo del paciente con demencia.
Así como la población vive cada vez más por un tema de mejora en la salud (nuevos fármacos y vacunas), también se registra un creciente fenómeno por el cual se presentan menos nacimientos (el tema de la anticoncepción posibilitó que las parejas decidan el tamaño de su familia). Como consecuencia de estos dos hechos, el envejecimiento poblacional va en alza. Este proceso trae aparejados dos problemas importantes. Uno es el tema previsional (disminución de la relación activos - jubilados) y el otro son las enfermedades relacionadas con la edad entre las que se encuentran en lugar destacado las demencias (de las cuales la más frecuente es la enfermedad de Alzheimer). La Argentina encaró hace unos meses-junto a otros 24 países del mundo- un estudio epidemiológico multicéntrico sobre esa enfermedad. U24 habló con el especialista Dr Raúl Arizaga, médico neurólogo, investigador principal del estudio en Argentina.
“Algunos dicen que es una enfermedad que antes no existía. Pero esto no es así. Lo que pasa es que antes no se llegaba a la edad para desarrollar este tipo de enfermedades”, el Dr. Raúl Arizaga médico especialista en demencias y trastornos cognitivos, está a cargo de ese departamento en Neuraxis – Fundación Neurológica y es integrante del Centro de Trastornos Cognitivos del Hospital Ramos Mejía y del Centro de Trastornos de Memoria del Hospital Santojanni.
En efecto, la aceleración de la prevalencia de la enfermedad se dio con el surgimiento vacunas y antibióticos, que facilitaron la prolongación de la vida junto con la mejora en la tecnología de alimentos y el acceso a agua potable y redes cloacales.
Es así como las enfermedades relacionadas a la edad surgieron cuando aumento la edad. Y entre ellas se encuentra la demencia. Esta enfermedad es la cuarta causa de años perdidos por discapacidad en los países en desarrollo. Y solamente es superada por el accidente cerebrovascular, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y las enfermedades cardíacas.
“No hay datos en Argentina sobre prevalencia de demencia . Esto me motivó a empezar a trabajar en el relevamiento de individuos con trastornos cognitivos y demencia para poder determinar cuál es su real impacto. En general la epidemiología es asociada con enfermedades infecciosas como el cólera, o la gripe. Pero esto es estudiar la prevalencia de enfermedades que son crónicas y no transmisibles”, agrega el especialista.
* Estudios locales
En efecto, junto a su equipo de trabajo, el Dr. Raúl Arizaga comenzó por el año 1998 a realizar los primeros relevamientos. Y fue en 2002 y en la ciudad de Cañuelas donde se encaró el primer estudio epidemiológico poblacional de demencias en Argentina.
En un primer estudio piloto, alumnos de escuelas secundarias de Cañuelas fueron adiestrados y relevaron una serie de factores de riesgo y realizaron una serie de cuestionarios que involucraban también a la depresión (sucede que muchas veces se puede confundir un cuadro de demencia con uno depresivo). También se tomó un test corto de detección de deterioro cognitivo (mini mental). Esos estudios se encararon en Cañuelas por ser una ciudad representativa de Argentina por su composición sociodemográfica. Viven en Cañuelas cerca de 4.000 personas mayores de 65 años.
Actualmente y por iniciativa de Martin Prince, un reconocido psiquiatra del Instituto de Psiquiatría Kings College de Londres que propuso durante una conferencia en India un proyecto denominado 10/66 (porque según él a aquellos lugares donde vive el 66% de individuos con demencia del mundo, solamente está destinado un 10% de los recursos para estudio) se está realizando un estudio epidemiológico de demencias en 25 países en desarrollo.
“Ya se hizo un estudio piloto en Capital Federal y en Cañuelas. Y ahora en el resto de los países simultáneamente ya se están empezando a realizar los estudios poblacionales. Venezuela, Cuba, Brasil, República Dominica, México, Perú y la Argentina ya han iniciado el relevamiento (el resto de los países comenzará a medida que se obtengan fondos para llevar a cabo el proyecto)”.
“En la Argentina, si se asume una prevalencia de demencia semejante a la de Estados Unidos y Europa: existirían entre 300 y 400.000 pacientes mayores de 65 años con demencia. Pero indudablemente no están todos detectados. Lo que nosotros sabemos es que se venden en la argentina mensualmente 25.000 tratamientos dedicados a demencia. Lo que se está intentando ahora con este estudio epidemiológico es determinar es la prevalencia del deterioro cognitivo y la demencia, como así también las diferentes causas de ésta", agrega.
Datos de países desarrollados muestran como las causas más frecuentes la enfermedad de Alzheimer, seguida en prevalencia por la demencia vascular (lo que antiguamente se denominaba arterioesclerosis cerebral), la demencia frontotemporal y otras. Lo que se trata es de dimensionar el problema y discriminar sus causas”, agrega.
De acuerdo al especialista, se prevé que el relevamiento de Argentina finalizará en junio de 2006.