Cada vez más tarde, dicen los expertos
Cuando en el Festival de Ciencias de la Asociación Británica para el Avance de la Ciencia, que acaba de finalizar en Dublín, se dijo que la vejez había mudado su comienzo a los 80 años, algunos asistentes sintieron alivio y otros no ocultaron su asombro.
La Nación Ciencia/Salud
Domingo 18 de setiembre de 2005
“La nueva edad adulta oscila entre los 50 y los 80 años, un período mayor que el de la juventud, antes de que se instale la vejez propiamente dicha”, sentenció el profesor Ian Robertson, decano de investigación del Instituto de Neurociencias del Trinity College, durante su presentación sobre cómo mantener en forma el cerebro después de los 50.
Así, Robertson daba una respuesta a una pregunta que aún desvela a los científicos: ¿a qué edad comienza la vejez? “Es una gran pregunta cuya respuesta todavía no comprendemos”, dijo a LA NACION, vía correo electrónico, el doctor Pankaj Kapahi, profesor asistente del Instituto Buck de Investigación del Envejecimiento, de los Estados Unidos.
Desde su laboratorio en la ciudad de Novato, California, el investigador aseguró que aún la ciencia no cuenta con indicadores fiables de la vejez. “¿Comienza, acaso, desde que nacemos o después de la adultez? –se preguntó–. El envejecimiento es quizás el proceso más multifactorial y diverso que existe, en el que cada célula envejece de manera diferente. Por eso resulta difícil llegar a una conclusión sobre cuándo comienza la vejez."
Con el paso de los años, la expectativa de vida aumenta: sólo en el siglo pasado, creció más que en dos mil años. Un repaso por la historia de la vejez demuestra que mientras que un habitante de la antigua Roma no superaba el promedio de 20 a 22 años de vida, un ciudadano europeo de 1900 podía vivir hasta los 50. Hoy, según cifras de la Organización de las Naciones Unidas, un bebe tiene una expectativa de vida de 81 años si nace en Japón o de 74 si el destino elige a la Argentina.
Sin embargo, como aseguró a LA NACION el doctor Juan Hitzig, experto argentino en Biogerontología y miembro de la Academia de Medicina Antienvejecimiento de los Estados Unidos, "las personas estamos programadas para vivir entre 100 y 120 años". Pero, según los expertos consultados, la edad en la que comienza la vejez aún es incierta, no así aquella en la que comienza el proceso de envejecimiento.
"Al nacer se pone en marcha el reloj biológico, en el que la vejez está genéticamente determinada y es la pérdida progresiva de la capacidad de autorregeneración que tienen las células", explicó el doctor Pablo Argibay, director del Instituto de Ciencias Básicas y Medicina Experimental del Hospital Italiano.
El envejecimiento, que para el especialista comienza desde el momento en que nacemos, posee mecanismos genéticos que impiden que las células se renueven ilimitadamente. "El sistema está preparado para que uno viva determinada edad por default, sin grandes cambios degenerativos en el organismo -consideró Argibay-. Aunque el programa genético está determinado por la biología y el ambiente del individuo, hay formas de adelantar o retrasar el envejecimiento."
Lo primero se logra con los malos hábitos de vida: fumar, no variar la alimentación, no hacer actividad física, no compensar el estrés, acumular sustancias tóxicas. Lo segundo, en cambio, con un estilo de vida saludable que no sólo incluya ejercicio físico regular, sobre todo a partir de los 50, para prevenir problemas óseos, sino también actividad intelectual.
"El ejercicio aumenta la producción de sustancias químicas que alientan el desarrollo de las neuronas y de nuevas conexiones entre ellas. También promueve el crecimiento de vasos sanguíneos, que nutren a las estructuras existentes", afirmó Robertson.
Entre esas estructuras está la ósea, que a partir de los 35 comienza a envejecer. "Hasta los 30-35 años hay formación ósea. Después comienza una disminución lenta que en la mujer se acelera con la menopausia. En los hombres esto es más lento", explicó el doctor León Schurman, que con más de 70 años es jefe de Metabolismo Fosfocálcico del Servicio de Endocrinología del Hospital Francés. "La vejez empieza cuando uno quiere -desafió-. Si no, míreme: tengo 75 y me siento joven."
O, como confiesa el gastroenterólogo Juan Gregorio, que a los 85 atiende dos consultorios y hace gimnasia y aparatos dos veces por semana: "Mi secreto contra la vejez es mantener la memoria activa, lo que va contra el envejecimiento".
Para el especialista, el aparato digestivo no envejece. Lo que el paso de los años cambia es la motilidad del colon. "Esto es lo que produce constipación o incontinencia urinaria, tanto en hombres como en mujeres", indicó Gregorio, que fue discípulo del premio Nobel Bernardo Houssay.
"En sentido biológico, el envejecimiento es celular y no hay una edad establecida. Para mí, la vejez comienza cuando una persona pierde interés por el entorno y se aísla porque terminaron sus motivaciones en la vida. Esto es frecuente cuando uno se jubila o cuando se queda sin trabajo. Se puede ser viejo a los 60 o a los 40..."
Para la psicóloga Marta Méndez, coordinadora del Programa de Salud Mental en Adultos Mayores del gobierno porteño, intentar ponerle una edad al inicio de la vejez no es recomendable. "Tenemos que ser cuidadosos cuando hablamos de una edad de la vejez porque ese dictamen puede dar forma y producir el fenómeno paradójico de producir algo que aún no estaba instalado -indicó-. En la nueva vejez que la época está produciendo, se es mucho más fuerte psíquicamente que lo que muchos profesionales creen, lo que permite que los «viejos» puedan enfrentar los cambios y sus consecuencias."
¿Desde los 65 o los 50?
Tradicionalmente, la vejez se estableció a los 65, aunque no por motivos biológicos, sino de política laboral. Fue Alemania el primer país que estableció un programa de jubilación que sentenció que a los 65 años decae el nivel de rendimiento físico, psicológico y emocional de la persona.
Sin embargo, los expertos señalan hoy los 50 años como el punto de inflexión gerontológico. A partir de esa edad se define la calidad de vida de las siguientes décadas, en las que los músculos se debilitan, los movimientos son más lentos, el equilibrio se altera, la audición disminuye y la visión es cada vez más dificultosa. En la Argentina, por ejemplo, sólo una de cada cuatro mujeres conserva su esqueleto dentro de parámetros normales después de los 50.
Pero, en general, son los olvidos y los problemas para leer los primeros síntomas de los años. El envejecimiento de la visión aparece entre los 40 y los 50, cuando hay que acercar el diario para leerlo. Esto ocurre porque el cristalino se vuelve menos flexible y no puede enfocar correctamente los objetos ni procesar adecuadamente la luz. En promedio, a los 60 se necesita tres veces más luz que a los 20 para leer el mismo texto.
La memoria, en cambio, comienza a dar síntomas a los 40, cuando los olvidos empiezan a preocupar. "Uno ve cada vez con mayor asiduidad que después de pasados los 40 ya no se acuerda, al salir del cine, quién es el primer actor de la película o dónde guardó algo o si tenía una cita. Es una preocupación frecuente en personas sanas", comentó el neuropsicólogo Angel Goldfarb, del Servicio de Psiquiatría del Hospital Francés.
Cuando los problemas con la memoria no se deben a la depresión, el cansancio o el estrés, se recomienda seguir un programa de estimulación de la memoria. Y lo más importante es tener "una muy buena agenda" para descargar toda información redundante.
"La principal barrera para aquellos que transitan la llamada nueva edad adulta [entre los 50 y los 80] es el deterioro de las funciones cerebrales", afirmó el doctor Robertson en Dublín. Según prometió, la ejercitación y la estimulación cognitiva a partir de los 60 permiten rejuvenecer la mente unos 14 años.
"Para los mayores de 50, el ejercicio es una droga milagrosa que los vuelve más ágiles mentalmente, menos olvidadizos y que demora la pérdida de precisión en las tareas que ocurriría de otra manera", señaló el experto.
En lo que todos los expertos consultados coincidieron es en recomendar que se empiece a los 50 con las consultas de prevención, que incluyan los controles para determinar si la salud ósea, cardiovascular o cerebral es la adecuada para la edad o si ya hay signos de envejecimiento acelerado, así como un reordenamiento de la alimentación, que incluya frutas, verduras y cereales integrales.
Por Fabiola Czubaj
De la Redacción de LA NACION
Comer menos, vivir más
El doctor Pankaj Kapahi, del Instituto Buck de Investigación del Envejecimiento, de Estados Unidos, investiga cómo la alimentación influye en el envejecimiento. Afirma que la ciencia está demostrando que "en la mayoría de las especies, desde el hongo de la levadura hasta los seres humanos (se están haciendo estudios en primates), consumir demasiada comida contribuye con una muerte temprana".
Es que, es conocido, la obesidad aparece en la lista de factores de riesgo de una gran cantidad de enfermedades crónicas. "La restricción alimentaria reduce no sólo la velocidad del envejecimiento, sino también la aparición del cáncer y las enfermedades neurodegenerativas y cardiovasculares en roedores, que también muestran una disminución en la memoria", comentó Kapahi a LA NACION.
La explicación de este fenómeno, según el investigador, es que durante los tiempos de reducción de nutrientes disponibles en el ambiente, los animales cambian su fisiología para subsistir. "Cambian la inversión de energía de la reproducción al mantenimiento somático, lo que le permite vivir más y resistir el estrés -aseguró a partir de los resultados de sus investigaciones-. Los animales que comen más se reproducen más, pero mueren más temprano y viceversa."
-¿Cómo podemos restringir la alimentación para aumentar la longevidad?
-Una buena idea sería no seguir comiendo hasta sentirse llenos...
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