Gerontologia - Universidad Maimónides

Octubre 11, 2005

La educación superior mantiene la memoria fuerte en la vejez

La educación universitaria no sólo avanza su carrera, sino que también podría ayudar a mantener el cerebro activo más adelante en la vida, según ha demostrado la investigación.

FUENTES: Cheryl Grady, Ph.D., senior scientist, Rotman Research Institute at the Baycrest Centre for Geriatric Care, University of Toronto; Gary Small, M.D., director, UCLA Center on Aging, Parlow-Solomon professor on aging, and professor, psychiatry & biobehavioral sciences, UCLA Neuropsychiatric Institute; March 2005

Publicado por Mayores en Movimiento
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Ahora, un nuevo estudio proporciona pistas sobre cómo la educación superior protege a las personas de los declives en el intelecto relacionados con la edad.

Investigaciones de la Universidad de Toronto encontraron que los años añadidos de educación están asociados con un incremento en la actividad de los lóbulos frontales del cerebro.

El estudio sugiere que la corteza frontal es usada por los adultos mayores (especialmente en los que tienen educación superior) como una red alternativa que podría ayudar a la memoria y otras tareas intelectuales a medida que envejecen.

La investigación aparece en la edición de marzo de Neuropsychology. http://www.apa.org/releases/education_aging.html

"Lo que otros han encontrado es que la educación, en sí misma, parece ser algo beneficiosa, en cuanto a que con la edad disminuye los efectos [del declive cognitivo] y es protectora de la función cognitiva", afirmó la coinvestigadora Cheryl Grady, científica principal en el Instituto de Investigación Rotman del Centro Baycrest de Atención Geriátrica de la Universidad de Toronto.

"Lo que demostramos que es novedoso es que el efecto de la educación en los adultos mayores está asociado con la actividad del lóbulo frontal. Aquellos adultos mayores que tienen más educación tienen más actividad en el lóbulo frontal", apuntó. "La utilización de los lóbulos frontales está asociada con un mejor rendimiento en las pruebas cognitivas en los adultos mayores".

En su estudio, el equipo de Toronto revisó la relación entre la educación y la actividad cerebral en dos grupos de edades diferentes: 14 adultos entre los 18 y 30 años de edad que tenían entre 11 y 20 años de educación; y 19 adultos de 65 o más años de edad con entre ocho y 21 años de educación.

Cada participante tomó parte en varias pruebas de memoria mientras los investigadores observaban sus cerebros mediante el uso de imágenes por resonancia magnética funcional (fMRI, por sus siglas en inglés). Estas imágenes de fMRI en tiempo real permitieron a los investigadores ver cuáles redes neurales se activaban cuando los participantes recurrían a sus memorias para responder a las preguntas.

Entonces, los investigadores compararon la actividad cerebral con los años de educación.

Los hallazgos: Los adultos más jóvenes y más viejos tenían patrones opuestos de actividad en los lóbulos frontales y en los lóbulos temporales mediales del cerebro (los lóbulos frontales se localizan detrás de la frente; los lóbulos temporales mediales están en los lados de la cabeza).

Los investigadores encontraron que entre los adultos jóvenes, mientras más alta su educación, menos usaban sus lóbulos frontales. Sin embargo, lo opuesto fue verdad entre los participantes de mayor edad: Los mayores con más educación mostraron un uso incrementado de los lóbulos frontales, según los investigadores.

Eso llevó al equipo de Grady a especular que los adultos mayores, especialmente si tienen mucha educación, usan la corteza frontal como una red alternativa para aumentar la memoria y otras habilidades cognitivas.

El por qué la educación superior lleva a más actividad en los lóbulos frontales no se sabe a ciencia cierta, apuntó Grady, y tampoco está claro si hay alguna manera de aumentar este tipo de función cerebral en personas que no tienen diplomas universitarios. "En realidad no sabemos cómo enseñar a las personas a aumentar la actividad del lóbulo frontal", apuntó.

Sin embargo, aquellos sin educación superior podrían tratar de aumentar la memoria con estrategias comprobadas, tales como la capacitación de memoria y mantenerse física y mentalmente activos, aconsejó Grady.

Otro experto dijo que el estudio se hace eco de algunos de sus propios hallazgos.

"Este estudio es consistente con nuestra propia investigación que indica que la capacitación mental puede llevar a una mayor eficiencia cognitiva", afirmó el Dr. Gary Small, director del Centro del Envejecimiento de la UCLA y autor del libro The Memory Bible (La Biblia de la memoria). "Los hallazgos sugieren aún más que las áreas más útiles del cerebro para la memoria parecen variar, de acuerdo tanto a la edad como a los logros educativos", apuntó.

Y Small tienen palabras de aliento para los adultos mayores que no recibieron educación superior.

"Las personas no deben sentir que es demasiado tarde [para preservar la memoria] si no fueron a la universidad", dijo. "Las pruebas sugieren que cualquier tipo de actividad mental ayuda". Su investigación ha demostrado que la memoria puede mejorar aún cuando las personas están en sus 70 y 80.

En su libro, Small presenta varios consejos para preservar y mejorar la memoria, incluyendo hacer "aeróbicos mentales" (permanecer mentalmente activo), permanecer físicamente activo, y llevar una "dieta sana para el cerebro", enfatizando alimentos tales como frutas y vegetales ricos en antioxidantes y alimentos con ácidos grasos omega-3 (tales como la caballa y el salmón), que son buenos para el corazón y para el cerebro.

Neuropsychology

APApressnews
http://www.apa.org/releases/education_aging.html
HealthDay http://www.healthday.com/espanol/art524506SPAN.cfm

Publicado por Licenciatura en Gerontología el día: Octubre 11, 2005 09:58 AM