Es genético y podría reemplazar al PSA, que induce a practicar biopsias innecesarias.
Dr. Simon Atkins. THE GUARDIAN.
Clarín
Viernes | 04.11.2005
Un estudio publicado por la Sociedad de Beneficencia del Cáncer de Próstata en Gran Bretaña muestra que miles de británicos que padecen esta enfermedad no están recibiendo los cuidados, el apoyo o la información necesarios sobre qué es lo que les va a ocurrir. Y lo que les ocurre, de hecho, puede llegar a ser bastante desagradable.
En primer lugar, se los somete a un tacto y luego a un análisis de sangre a la búsqueda del antígeno específico de la próstata (PSA según sus siglas en inglés). Si estos análisis detectan anormalidades, el próximo paso es una biopsia, para la que se extraen muestras de la glándula para su análisis. Si se detecta cáncer, se procede a una cirugía y a sesiones de quimioterapia y de rayos.
Este estudio descubrió que a uno de cada cinco hombres con este mal se los informó sobre la enfermedad de forma muy poco delicada —por teléfono en algunos casos y hasta por carta en otros—. Más de un tercio no pudo tener acceso, ni siquiera, a una enfermera especializada para poder charlar sobre su diagnóstico y el 43% no recibió información básica sobre la enfermedad, su tratamiento y sus efectos colaterales. Si se tiene en cuenta que entre sus efectos colaterales figuran la impotencia y la incontinencia, es bastante injusto.
De todos modos, las últimas noticias sobre lo más novedoso en el tratamiento para esta enfermedad no son del todo malas.
Ayer, durante la conferencia anual de la Sociedad de Beneficencia del Cáncer de Próstata que tuvo lugar en Londres, el profesor Roger Kirby, un destacado especialista en cáncer de próstata, informó sobre algunos de los nuevos tratamientos para el mal. En primer lugar, se ideó un nuevo análisis genético, el denominado UPM3, que reemplazará al polémico PSA, cuya falta de precisión hace que se realicen muchas biopsias innecesarias. Este nuevo análisis se realiza con una muestra de orina, simplemente, evitando la necesidad de una biopsia.
Otro análisis genético nuevo, al que se le están dando los últimos toques, es el que detecta la existencia del gen E2F3, que permitirá tener una idea sobre la agresividad del cáncer.
En la actualidad, nadie puede estar muy seguro sobre cuáles son los tumores que se propagarán con rapidez y que exigirán acciones inmediatas y cuáles solamente deben ser observados. Este nuevo análisis permitirá responder la pregunta permitiendo que miles de personas eviten una innecesaria extirpación de la próstata.
También hay buenas noticias para los hombres con la enfermedad en estado avanzado. Una prueba de siete años que siguió de cerca los efectos de la inyección de hormonas Casodex vio que esta logra reducir el riesgo de avance del mal en un 60% en tanto que estudios con medicamentos como el Zometa mostraron que puede evitar que la enfermedad se propague a los huesos durante cinco meses.
Y esto no es todo. El profesor Kirby asegura que ya existen cerca de 100 enfoques más de tipo molecular en gestación para el tratamiento y diagnóstico, que analizan genes individuales, causantes de cáncer. De todos modos, muchos de estos avances estarían a una década o más de concretarse.
Si se tiene en cuenta que en el Reino Unido hay por lo menos un ciudadano por hora que muere de este mal, es preciso hacer todo lo posible para mejorar los tratamientos. El diagnóstico precoz es vital. Por ello es que todos los varones debieran someterse a chequeos lo antes posible.
TRADUCCION: Silvia S. Simonetti
Un robot para las cirugías
La cirugía para el cáncer de próstata podría convertirse en algo del pasado gracias a la creación de un método robotizado para operar. El robot en cuestión cuenta con tres brazos que son guiados por un cirujano por control remoto.
La intervención se realiza a través de cinco pequeños agujeros, eliminando la necesidad de una incisión grande. La amplificación aportada por el robot permite que la próstata se opere con mayor cuidado, con menos pérdida de sangre y no afectando nervios.