Gerontologia - Universidad Maimónides

Noviembre 05, 2005

La actividad física podría prevenir el Alzheimer

Es bien sabido que realizar actividad física puede ayudar a prevenir y controlar la hipertensión arterial, la diabetes y la enfermedad cardíaca. Ahora, nuevos estudios sugieren que aquellos que se ejercitan en la mediana edad tienen muchas menos posibilidades de desarrollar Alzheimer y otras demencias vinculadas con la edad.

La Nación Salud
Sábado 5 de noviembre de 2005

Investigadores del Instituto Karolinska monitorearon durante casi 35 años los hábitos de ejercicio de 1500 personas mayores de 69 años. Con sorpresa descubrieron que aquellos que habían realizado actividad física en su tiempo libre por lo menos dos veces a la semana en la mitad de la vida tenían un 50% menos de posibilidades de desarrollar demencia y un 60% menos de desarrollar la enfermedad de Alzheimer, comparados con las personas sedentarias.
"Si un individuo adopta un estilo de vida activo en la juventud y la mitad de su vida, esto puede incrementar sus probabilidades de disfrutar tanto física como cognitivamente en años posteriores", aseguró la doctora Miia Kivipelto, investigadora del Centro de Investigación del Envejecimiento del Instituto Karolinska y autora principal del estudio.
"Esto es importante y coincide con lo que advertimos durante los últimos cinco años -afirmó el doctor Ian Robertson, director del Trinity College Institute of Neurosciences de Dublín-. No debería asombrarnos que el cerebro se beneficie con el ejercicio igual que el resto de nuestro cuerpo, e incluso más."
Robertson agregó que se trata del primer estudio que demostró una asociación específica entre el ejercicio y la prevención del Alzheimer. Pero, en un sentido más general, otros estudios ya han sugerido que la dieta, las actividades mentales y el ejercicio físico pueden prevenir el deterioro cognitivo asociado con el envejecimiento.
En uno de esos trabajos, personas de más de 60 años que fueron obligadas a realizar ejercicios regularmente durante seis meses mostraron haber mejorado la función mental, así como también un aumento de la cantidad de materia gris, lo que se relaciona con una mayor capacidad de procesos de pensamiento más elaborados.
Mecanismos por develar
El estudio trata primeramente de los beneficios del ejercicio a largo plazo sobre el cerebro y los investigadores no pudieron especificar el mecanismo exacto. Notaron sí que la demencia comienza con cambios neurológicos silenciosos, que se pueden apreciar con microscopio años antes de que aparezcan señales externas y por lo tanto era lógico que el ejercicio antes del diagnóstico tuviera efecto.
Para Robertson, la circulación sanguínea mejorada por el ejercicio favorece el incremento de las conexiones nerviosas y hace que el cerebro sea más resistente, y que los pacientes tengan menos posibilidad de mostrar signos tempranos de deterioro cerebral. Pero investigaciones recientes en ratones genéticamente modificados para que desarrollen Alzheimer plantean una explicación bioquímica.
En un estudio cuyos resultados fueron publicados en The Journal of Neuroscience, a un grupo de ratones se les puso en sus jaulas aparatos para correr, lo que les dio la oportunidad de ejercitarse. En una serie de desafíos de inteligencia a los que debieron responder más tarde, los ratones que se ejercitaron mostraron una mejor capacidad para aprender cómo entrar y salir de pruebas con laberintos, y las realizaron dos veces más rápido que los que no hicieron ninguna actividad física.
Más aún, cuando estos ratones murieron y se realizó la autopsia, los cerebros de los activos mostraron menos depósitos de proteína beta amiloidea. Estos depósitos son característicos de la enfermedad de Alzheimer (tanto en los roedores como en el hombre).
En el mencionado estudio sueco, 1449 personas cuyos hábitos de vida habían sido evaluados cada cinco años desde 1972 fueron finalmente examinadas en 1998. En ese momento, 117 habían desarrollado demencia y 76 Alzheimer.
Al estudiar una gran cantidad de factores de riesgo potenciales -como el tabaquismo, la hipertensión arterial y el consumo de alcohol-, los investigadores determinaron que el hábito de realizar ejercicio físico parece ofrecer por sí mismo una fuerte protección contra las demencias asociadas con la edad.

Por Elisabeth Rosenthal
De The New York Times

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Publicado por Licenciatura en Gerontología el día: Noviembre 5, 2005 08:12 AM