El queratocono es la principal causa de trasplante de cornea en el país. Entre el 7 y 11 de noviembre, los especialistas se reunirán en el Hospital de Clínicas para debatir sobre nuevos tratamientos contra una patología que afecta a uno de cada 1800 argentinos.
Mariana Nisebe. De la Redacción de Clarín.com
mnisebe@claringlobal.com.ar
Sábado | 05.11.2005
La principal causa del trasplante de córnea es el queratocono, una enfermedad que produce una disminución de la agudeza visual, como consecuencia de la deformación y el adelgazamiento de la córnea, la capa más superficial del ojo, que tiende a adoptar la forma de un cono (de ahí el nombre de la enfermedad). En la Argentina, una de cada 1800 personas la padecen y, si bien los primeros síntomas se manifiestan al comienzo de la pubertad, su desarrollo se produce progresivamente entre los 19 y los 35 años. Entre el 7 y 11 de noviembre , la División de Oftalmología del Hospital de Clínicas "José de San Martín" será escenario de la “Semana del queratocono”, donde se atenderá en forma libre y gratuita a pacientes con síntomas de la afección. La idea es comentar las nuevas opciones de tratamientos que permiten evitar gran parte de los trasplantes de córneas.
Ahora bien, ¿cuáles son los síntomas? Fundamentalmente, la visión turbia o deformada y la fotofobia. Además, “hay que estar atento al astigmatismo alto, lo que se nota claramente cuando el paciente necesita cambiar frecuentemente de lentes”, explica Carlos Argento, jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital de Clínicas y ex presidente de la Sociedad Argentina de Oftalmología. Lo mismo sucede con la miopía que crece rápidamente y la frotación excesiva de los ojos. Y, a pesar de que las causas son todavía desconocidas, una de las teorías más difundidas dice que tiene un origen genético . El 7% de los pacientes tiene un familiar con la misma alteración y, según los especialistas, no hay diferencias importantes entre la población femenina y masculina. En cambio, el porcentaje sube (llega al 20%) en pacientes con síndrome de Down. “En el 80% de los casos la afección es bilateral (ambos ojos), pero no significa que sea al mismo tiempo. En general, muestra grados diferentes de evolución en cada ojo; y es probable que no empiece al mismo tiempo”, agrega el especialista.
Esta patología presenta diferentes grados de desarrollo, lo que plantea diversas alternativas terapéuticas. Como la manifestación más evidente es la miopía y el astigmatismo, en los grados más bajos se la combate con la utilización de anteojos o lentes de contacto blandas. Cuando la enfermedad muestra un mayor avance, esto es, cuando la córnea se halla más dañada y el cono más evidenciado, se suele tratar con lentes de contacto rígidas. “En los grados avanzados se puede afectar mucho la calidad de vida , porque el paciente puede llegar a no ver”, destaca Argento. Llegado a este punto, el paciente ya no tolera los lentes de contacto y la única alternativa que se conocía hasta hace pocos años era el trasplante de córnea. “Entre el 20 y el 25% de los pacientes necesitan trasplante, según las estadísticas actuales; pero con los tratamientos nuevos se puede disminuir ese porcentaje”, aclara el especialista del Hospital de Clínicas.
Con respecto a los riesgos, enfatiza que “la cirugía moderna de trasplante tiene muy buenos resultados. El 80 por ciento de los injertos tienen éxito. Más cuando se trasplantan las capas superficiales de la córnea (queratoplastia laminar). Pero aún en esta técnica pueden existir complicaciones como infecciones, rechazo, astigmatismo irregular residual, etc”. A lo que hay que sumarle inconvenientes tales como la espera para conseguir un donante –hay más de 3000 personas anotadas en el INCUCAI –, dato que se mantiene estable dado que se realiza un promedio de 300 operaciones por año. La idea de la campaña es tratar de bajar el número de pacientes que necesitan ser transplantados, mediante la prevención y nuevos tratamientos .
Actualmente existen diferentes alternativas que permiten, en muchos casos, evitar el trasplante de córnea o retrasarlo . Una de ellas es la colocación de anillos intracorneales (una intervención de 15 minutos con anestesia local), que se colocan sobre la córnea para devolverle a ésta su forma original y, así corregir la visión. Al ser de acrílico, los anillos no son rechazados por el ojo y en caso de inconvenientes, se pueden quitar sin problemas. Además de los anillos intracorneales, existen otras opciones de nuevos tratamientos, como son el cross linking y el injerto parcial . El primero, explica Argento, “es un método por el cual mediante la combinación de la luz ultravioleta y la vitamina B2, se logra fortalecer la córnea al provocar uniones entre las fibras de colágeno de la misma”. Y el injerto parcial, por su parte, es una técnica por la cual se trasplantan sólo las capas exteriores de la córnea, que son las que suelen estar dañadas, y con ello baja la probabilidad de rechazo.
Estas dos últimas alternativas de tratamiento son las que se informarán a los pacientes durante la “Semana del queratocono”. Quienes acudan al Hospital de Clínicas podrán asistir a exámenes y estudios de alta complejidad a través de los cuales se les podrá ofrecer un diagnóstico individual y una devolución personalizada. El 10 de noviembre, se realizarán varias intervenciones a pacientes a los que ya se les ha diagnosticado esta patología. El oftalmólogo brasileño León Grupenmacher – quien fue especialmente invitado para la ocasión y que ya ha colocado más de 2000 anillos intracorneales– participará de las operaciones. Como siempre se destaca, lo importante es la prevención y en este caso, “la forma es evitar que los pacientes se froten los ojos y eventualmente, si es diagnosticada a tiempo, algunos de los tratamientos pueden retrasar la evolución” concluye Argento.