Los castellanos y leoneses presentan el gen APOE-2, marcador de la longevidad, en un porcentaje un 1% mayor que el resto de los españoles. El conocimiento de las particularidades genómicas del individuo permite prevenir y tratar de manera temprana el 80% de las enfermedades.
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Redacción - 11/11/2005
Haber nacido en alguna de las 9 provincias de Castilla y León parece ser una garantía de supervivencia. No por su clima o sus gastronomía, sino por algo mucho más antiguo y pequeño: los genes de sus gentes, y más concretamente al llamado APOE-2. Así, al menos lo aseguró Ramón Cacabelos, presidente de la Sociedad Española de Medicina Genómica, durante la conferencia “Medicina genómica: retos del futuro” que ofreció recientemente en Soria: “Los castellanoleoneses tienen más probabilidades de tener una vida longeva porque la prevalencia del gen APOE-2, principal marcador de la longevidad, es entre ellos un 1% mayor que en el resto de España".
El doctor Cacabelos, también comentó durante su exposición algunos datos del primer estudio genético realizado en España sobre factores de riesgo de patologías cerebrovasculares y demencia senil. De acuerdo con estos datos, los castellano-leoneses tienen también un menor riesgo de padecer demencia, pues presentan el gen APOE-4 –el principal marcador del Alzheimer- en un porcentaje un 1% menor al resto de la población. Como ha destacado el doctor Cacabelos, “así, tienen una ventaja genética del 2% respecto a los nacidos en el resto de las comunidades autónomas”.
El gen APOE-4, una alerta para el Alzheimer
Según explicó este experto en enfermedades neurodegenerativas, “el gen APOE-4 puede determinar hasta un 100% de posibilidades de desarrollar Alzheimer si el progenitor también ha sufrido la enfermedad”. Este gen, además, puede resultar letal antes de los 70 años.
“Los genotipos APOE-2 y APOE-4 son los menos frecuentes del gen APOE (apolipoproteína), que provoca las demencias neurodegenerativas. Estas particularidades en los genes son el resultado de una evolución histórica de mil años que han derivado en una diferenciación del 1%, lo que en genética es una importantísima diferencia”, ha subrayado Cacabelos.
Como destacó Cacabelos, “más del 80% de las enfermedades de los adultos se relacionan con disfunciones en los genes”. De hecho, contiuó, hoy en día se pueden identificar más de 1.000 genes responsables de patologías comunes (cáncer, diabetes, accidentes cardiovasculares), “por lo que la realización de tests genéticos entre la población permitiría detectar el riesgo de desarrollar estas dolencias, favoreciendo así su prevención y tratamiento temprano".
Cacabelos ha avanzado que estas pruebas genéticas “serán, en un plazo de 10 años, tan comunes y asequibles como cualquier otra prueba diagnóstica”. El conocimiento del genoma de cada individuo permitiría, además, el desarrollo de fármacos individualizados, lo que aumentaría su eficacia y reduciría los efectos secundarios.