ESTUDIO DE LA UNIVERSIDAD DE CALIFORNIA
Por primera vez, identifican la zona del cerebro que acumula la memoria más antigua. El hallazgo permitirá crear métodos y drogas para enfermedades como el Alzheimer.
Clarín
08.05.2004
Un equipo de neurobiólogos de la Universidad de California identificó por primera vez la región del cerebro donde se guardan y de donde se recuperan los recuerdos más antiguos. Los resultados de la investigación fueron publicados ayer en la revista Science, donde se señala que los hallazgos sugieren nuevos métodos para el tratamiento de los trastornos de la memoria, como el mal de Alzheimer y otras demencias.
"Los científicos sabían desde hace mucho tiempo que el hipocampo procesa la memoria reciente, pero no conocían qué parte del cerebro almacena nuestros recuerdos más viejos", explicó Alcino Silva, profesor en la Escuela David Geffen de Medicina, de la Universidad de California y principal autor del trabajo. "Sabíamos, sí, que el hipocampo no almacena los recuerdos de manera permanente", precisó.
Los científicos emplearon tres estrategias. En la primera recurrieron a la ingeniería genética y crearon ratones con una forma mutante de un gen llamado kinasa II, que elimina la capacidad de mantener recuerdos antiguos. Los entrenaron para que reconocieran una jaula, y luego probaron su recuerdo de ese encierro uno, tres, dieciocho y 36 días después del entrenamiento.
Los ratones reconocieron la jaula hasta tres días después del entrenamiento. Pero ese recuerdo había desaparecido después de 18 y de 36 días. "Poseían una capacidad de recuperación de corto plazo, pero jamás desarrollaron el recuerdo de la jaula distante en el tiempo", señaló Silva.
En el segundo experimento se utilizaron tomografías con emisión de positrones (PET) para rastrear visualmente cuáles son las regiones de la corteza cerebral de un ratón normal, que se activan durante una prueba de memoria.
En ninguna zona de la corteza se registró actividad cuando se expuso al animal a la jaula después de un día de entrenamiento. Pero a los 36 días, las imágenes mostraron actividad en una región llamada córtex anterior cingulado.
"Fue fascinante ver que el anterior cingulado se activaba cuando probábamos la memoria a largo plazo de los ratones normales, pero no cuando los probábamos por recuerdos recientes —señaló Silva—. En el ratón mutante, el anterior cingulado nunca se activó en las pruebas de memoria a largo plazo".
Finalmente, los investigadores inyectaron a ratones normales una droga que desactivó transitoriamente el anterior cingulado, y descubrieron que esto no perturbaba su recuerdo de la jaula tres días después del entrenamiento, pero sí la interrumpía de 18 a 36 días después. "Esto era coherente con los dos hallazgos anteriores", comentó Silva.
Paul Frankland, profesor de fisiología en la Universidad de Toronto (Canadá) y coautor del estudio, señaló que se cree que existe "una ágil interacción entre el hipocampo y el córtex, y que el proceso de transferencia de recuerdos entre ambas regiones del cerebro tiene lugar a lo largo de varias semanas, y probablemente durante el sueño".
Silva piensa que cuando una persona tiene un recuerdo, el córtex anterior cingulado ensambla rápidamente las señales de la memoria desde diferentes sitios del cerebro.
"Si el anterior cingulado funciona mal, el recuerdo que se recupera puede ser demasiado fragmentado como para que tenga sentido para la persona —explicó—. Es como un rompecabezas al que le faltan piezas. Y esto podría ser lo que ocurre con la demencia".
"Ahora que sabemos dónde observar —agregó—, estamos un paso más cerca de desarrollar drogas que apunten a genes o procesos del cerebro que pueden estar relacionados con los trastornos de la memoria".