Aún en épocas de mayor apertura, el tema sigue siendo poco conversado; el psicogerontólogo Leopoldo Salvarezza y la psicóloga especialista en geriatría Nora Pochtar explicaron a LA NACION LINE cómo viven sus relaciones los adultos mayores
Reportaje al psicogerontólogo, Leopoldo Alvarezza
Reportaje a la psicológa, Nora Pochtar
7 de Mayo de 2004
Clara no estaba acostumbrada a las demostraciones de cariño en el ambiente familiar. Sobre todo de los mayores, que se revelaban siempre respetuosamente cordiales. No obstante, cuando sorprendió a sus abuelos en un beso de romance hollywoodense, descubrió que fuera de la mirada pública ellos, ya entrados en canas, disfrutaban plenamente del contacto físico, tanto como en su juventud.
Los matices de la sexualidad de los adultos mayores no suelen ser expuestos públicamente, a pesar de que se vivan años de apertura en este terreno. "En la sociedad existe una resistencia a hablar sobre las prácticas de los adultos mayores. No se le tolera demasiado la expresión del deseo sexual y mucho menos la búsqueda de su satisfacción. Un viejo que aparece como deseante sexualmente es visto como un viejo verde o una vieja loca", comentó a LA NACION LINE el psicogerontólogo Leopoldo Salvarezza.
El especialista sostuvo que lo que interviene en la formación de estos conceptos es la desconsideración social que hay hacia la vejez en toda su expresión. "Los seres humanos quieren vivir para siempre pero no quieren ser viejos. La vejez es algo que está mal visto, que tiene mala prensa. Las cosas que aparecen en la vejez son rechazadas, desconsideradas, colocadas en el margen. Se tiende a pensar que los viejos son los otros. Y esto lleva a la imposibilidad de darnos cuenta que los viejos son lo que nosotros vamos a ser", explicó.
Pero el tópico no sólo no encuentra cabida en el temario público sino que muchas veces se restringe en el ámbito mismo de la pareja. "Quienes tienen hoy más de 60 años pertenecen a una generación donde toda la temática que tiene que ver con la sexualidad era más bien una cosa oculta", argumentó la psicóloga Nora Pochtar.
"Cuando yo empecé a trabajar en este tema había algo que me horrorizaba. Cuando se le preguntaba a muchas mujeres viejas por su sexualidad, daban un respuesta que era escalofriante: ‘Ah no, por suerte ya no más’, decían. Estudiando el fenómeno se vio que lo que incidía mayormente en esto era un aspecto social de desconsideración hacia la mujer, que estaba incluida como un objeto dentro de la relación sexual y no como un sujeto activo y participante. A partir de la aparición de la píldora en los ´60, esto ha cambiado notoriamente, pero todavía no hemos podido ver la expresión, porque no tenemos la generaciones viejas correspondientes", señaló Salvarezza. Se espera que los ancianos y ancianas del mañana dialoguen de estos temas con mayor naturalidad y vivan su sexualidad sin tabúes.
Deseo para toda la vida
La idea de los padres manteniendo relaciones sexuales resulta lo suficientemente impactante al consciente humano como para querer desterrar esas imágenes automáticamente y esconderlas en algún lugar recóndito del inconsciente. El caso se acrecienta cuando el contacto sexual involucra a los padres de los progenitores, y la idea de representar mentalmente esa situación se torna casi imposible. Una evidencia más de que en el inconsciente colectivo el sexo deja de ser terreno de todos los seres humanos por igual y queda reducido a los años mozos .
Los profesionales que estudian la vejez sostienen que no hay concepción más falaz que suponer que el sexo es privativo de la juventud. "La inclinación hacia el sexo está siempre porque es una necesidad no sólo biológica, sino emocional y afectiva. El sexo es un aspecto importante en la vida de una persona, independientemente de la edad", expresó Pochtar.
Pero, ¿cómo se van modificando los encuentros sexuales a través del tiempo? "Lo que se mantiene es el deseo, lo que varía es como satisfacerlo", declaró Salvarezza. No obstante, todo depende de la historia de los actores que intervienen en la relación y de la impronta que le otorga cada pareja.
Según Pochtar, es probable que con el paso de los años mejore la calidad de los encuentros, aunque la frecuencia sea más espaciada. Muchas veces se vencen los prejuicios y superan lo que ellos mismos veían mal. "En el momento en que los hijos se van de casa, o cuando se jubilan, se produce un cambio, porque se comienza a compartir la vida cotidiana de una manera diferente. Hay gente que vuelve a empezar o a aprender. Hay mayor tiempo para la comprensión y el conocimiento del otro, aunque haya sido su pareja de toda la vida. El disfrute depende de cada uno, de las situaciones que se pueden vivir de una manera diferente teniendo en cuenta la experiencia de vida".
La pastillita milagrosa
Los signos del tiempo en el propio cuerpo y el deterioro físico provocado por algunas enfermedades atentan contra las relaciones de los ancianos porque afecta directamente a la autoestima, y el deseo sexual puede sufrir modificaciones. A la vez, una persona que puede mantener una buena relación afectiva y estar contenido tiene menos riesgos de padecer las dolencias a las que son más proclives por la edad.
Uno de los miedos más comunes de los hombres que comienzan a transitar la tercera etapa de la vida es la incapacidad para provocar o mantener una erección, pero con la aparición del Viagra, todos esos fantasmas quedaron en el pasado. "El problema que tenían los viejos hasta la llegada de estas nuevas drogas era qué hacer con su sexualidad cuando la genitalidad perdía la primacía en la relación hombre-mujer. La mayoría de los hombres que tenían trastornos eréctiles la pasaba mal y se retiraba de la actividad sexual. No podía acomodarse a una nueva forma de convivencia y esto traía trastornos serios de la relación de pareja, porque como entre ellos no se hablaba, el conflicto no se solucionaba", apuntó Salvarezza.
El especialista consideró que el Viagra es uno de los grandes inventos del siglo XX porque modificó el ejercicio de la sexualidad en una cantidad enorme de personas que pensaban que ya no tenían más acceso a la genitalidad y pudo revitalizar el funcionamiento sexual de la pareja.
De la misma manera, en épocas anteriores muchas sociedades consideraban que la vida sexual activa de la mujer se acaba con la menopausia; en la actualidad, se sabe que esto tiene poca importancia e incluso en muchos casos se manifiesta lo contrario: librarse de la amenaza de un embarazo no deseado provoca una mayor predisposición al ejercicio de la genitalidad con la pareja.
Lo importante, según comentaron los especialistas, es reconocer que la sexualidad es algo que existe desde que el ser humano nace hasta que muere y, a pesar de las modificaciones que va teniendo a lo largo del tiempo, la necesidad de estar con el otro es algo que puede darse placenteramente en cualquier momento de la vida y es el mejor antídoto contra la soledad.
Constanza Longarte
Especial para LA NACION LINE
clongarte@lanacion.com.ar
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Enviado por Licenciatura en Gerontología el: Mayo 8, 2004 07:07 AMhola soy agustina giuliani de Reconquista,Santa fe
Argentina,le cuento que estoy haciendo una monografia sobre la SEXUALIDAD EN LA TERCERA EDAD, y me gustaria si podrian mandarme algun tipo de informacion adecuada al tema,soy estudiante de Educacion especial, de un instituto que esta ubicado en la localidad de avellaneda, desde ya les agradeceria su amabilidad ya que es un tema que hoy en dia no es posible encontrar con facilidad...
saludos atentamente, Agustina.G.
hola soy liliana Contin de Posadas Misiones, Argentina,les cuento que estoy realizando una tesina sobre la "Sexualidad en la Tercera Edad", me gustaria si es posible que me manden informacion adecuada a este tema. Desde ya muy agradecida.Saludos muy Atentamente: Liliana Contin
Enviado por: Liliana el: Octubre 10, 2004 04:03 PM