La depresión es muy frecuente en nuestros días, pero no es fácil detectarla, tanto para el que la padece como para su familia y allegados.
Dr. SCHAPIRA, Marcelo Carlos
Contra el sentido común que imagina a la depresión, como estar tirado en la cama llorando, esta enfermedad se manifiesta de diversas maneras. La más frencuente en estos días es una depresión menor, que no es jutamente, la más fácil de detectar. Ésta, quizás, sea la principal causa de... Pero hay otras.
Diversos impedimentos
- Nadie quiere ser tildado de "depresivo", ni que "lo manden a un psiquiatra" (porque esto, muchas veces, se lo asocia con la locura).
- Resulta frecuente que se rechace recibir medicación antidepresiva, porque implica aceptar la enfermedad. Y además, porque su efecto positivo no es tan inmediato (pues hay que esperar unos días) y producen algunos efectos colaterales.
- Es común haber vivido situaciones dolorosas o cuestiones difíciles de resolver. Y suelen confundirse con el trastorno: "doctor" nos dicen "¿cómo quiere que esté bien si tengo problemas de plata, con mis familiares, etc.?".
A veces, puede existir un desencadenante particular, pero cuando pasa el tiempo y la persona no se vuelve a sentir bien (o presenta otros síntomas), quizás se esté ante un cuadro depresivo encubierto
¿Cómo reconocer los síntomas que pueden sugerir un cuadro de depresión?
Las manifestaciones no son llamativas ni muy intensas y tienden a persistir en el tiempo, es decir, hacerse crónicas. La persona convive con ellas y las toma como "normales".
Lo más frecuente es que exprese dolores o malestares de escasa intensidad que van cambiando de localización (un día le cae mal comida, al otro día, le duele la cintura, los hombros). Se comunica con su familia de forma insistente y llama la atención. Se concentra en cada una de estas dolencias de forma aislada, se queja continuamente y consulta por ellas al médico.
Otro síntoma es el de mostrarse desinteresada por aquellas actividades que realizaba usualmente y le resultaban placenteras. Entonces ya no quiere al cine ni reunirse con amigos, porque prefiere quedarse en casa.
Siempre tiene alguna excusa para no salir.
A su vez, existen otros tipos de manifestaciones: como que la persona comience a decir que se olvida de las cosas, le cuesta escuchar o mantener la atención. También esté ansiosa, intranquila o con temores exagerados. O que tenga transtornos del dormir o del comer, abruptos.
Medicamentos y estrategias
Hay una enorme posibilidad de mejorar esta enfermedad con tratamientos, pero para eso, es preciso consultar al médico para seleccionar cuál es el más conveniente.
Es importante pensar que si se tiene un familiar con depresión, seguramente, éste tendrá poca voluntad para iniciar cualquier tipo de tratamiento o llevar a cabo las sugerencias de sus allegados. Esto puede deberse a una consecuencia natural de su enfermedad, por eso los buenas intenciones y consejos no bastan (y hasta pueden ser frustrantes).
En contraste con este panorama, cuando se realiza un diagnóstico y se inicia un tratamiento médico, es posible alcanzar una mejoría importante.Y en este proceso, la participación de la familia es más que valiosa.
Gentileza: Leda M Oliveri
Lista: mayoresenmovimiento@gruposyahoo.com.ar