La preocupación por retrasar el envejecimiento es un tema que nos interesa a todos, o a casi todos....Algunas personas se abocan a mejorar su calidad de vida realizando actividad física, pero con eso no alcanza, también hay que aportarle a la dieta alimentos ricos en antioxidantes
Infobae
3 de julio de 2004
Pero, ¿qué son los antioxidantes? Estos son un conjunto de vitaminas, minerales y enzimas encargadas de disminuir los radicales libres encargados de acelerar los procesos de envejecimiento celular.
Esta degeneración orgánica se origina a partir del estrés, los factores ambientales (como el humo y la polución, entre otros), el consumo de cigarrillos y la mala alimentación.
Los antioxidantes ingresan al organismo a través de los alimentos que se consumen a diario, y especialmente aquellos ricos en vitamina E, vitamina C, beta-caroteno y polifenoles.
También existen cuatro enzimas que neutralizan a los radicales libres en el organismo: superóxido dismutasa, metionina reductasa, catalasa y glutation peroxidasa. El cuerpo las produce, pero, esta producción puede ser favorecida por una dieta rica en antioxidantes.
Fuentes naturales de antioxidantes
Aquellos alimentos que cuentan con vitamina E son provenientes, principalmente, de aceites vegetales –como las nueces y los cereales- y los vegetales grasos –como el choclo, maní o las aceitunas, entre otros-.
Ésta es la principal vitamina antioxidante, sobre todo porque más allá de retardar el envejecimiento, estudios recientes guardan la relación entre la mayor ingesta y el menor riesgo de contraer enfermedades cardíacas y coronarias. Incluso, la coenzima Q10, es parte integrante de este grupo y está en la caballa, salmón y sardinas.
Por su parte, la vitamina C –también de suma importancia- es un antioxidante soluble en agua que se encuentra en muchas hortalizas y frutas. Y se encuentra en comestibles como la naranja, limón, frutilla, kiwi, brócoli, pimiento, repollo y otros.
El betacaroteno es el más abundante y conocido, integran a aquellos alimentos que contienen pigmentos amarillos o rojos que se encuentran distribuidos en las plantas.
Con la vitamina A hay que tener cuidado porque su ingesta en demasía puede provocar hipervitaminosis. El betacaroteno no está recomendado a fumadores, así como diabéticos e hipotiroideos, quienes deberían evitarlo porque no convertirían el betacaroteno en Vitamina A.
Los polifenoles son potentes antioxidantes que provienen de frutas y verduras, como manzanas y cebollas, y de bebidas como té y vino.
También se encuentra el selenio que se puede obtener de la levadura de cerveza, de vegetales como el brócoli, del arroz integral y otros granos, ajo y cebolla, salmón, atún, pescados en general y lácteos.
El zinc es otro potente antioxidante y está presente en pescados, legumbres, carnes, granos integrales, levadura de cerveza, yema de huevo, hongos, girasol, sésamo, porotos de soja, almendras, nueces y avellanas.
Otros antioxidantes son el superóxido dismutasa (SOD) que se encuentra en el trigo y en los centenos integrales, plantas verdes, zapallo y crucíferas, los citroflavonoides que están en la pulpa del pomelo y la naranja, en las uvas, melón, ciruelas, rosa mosqueta y el ácido gama linoleico (GLA) que está en aceites vegetales.
Si su dieta posee todos estos alimentos usted estará más protegido contra las enfermedades, el envejecimiento y el estrés.
Además es interesante destacar que siempre será más beneficioso para el organismo que la ingesta de los antioxidantes sea natural en lugar de ser a través de suplementos vitamínicos.
Fuente: textos del Dr. Adrián Sapetti, Centro Médico Sexológico y del doctor James Scala, norteamericano, quien trabajó como nutricionista en el Consejo de Medicina Deportiva del Equipo Olímpico de Esquí de los Estados Unidos durante dos Olimpíadas de Atlanta, y ha participado en otros programas entre los que se encuentran varias expediciones al Everest.
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Un cóctel de vitaminas contra el cáncer
Los antioxidantes son protagonistas en esta carrera contra el tiempo y las enfermedades. Incluso los científicos han descubierto que los antioxidantes son capaces de contrarrestar los efectos de los radicales libres y propiedades anticancerígenas
Seis miligramos de betacaroteno (zanahorias), 120 de vitamina C (naranjas), 90 de vitamina E y 100 microgramos de selenio (verduras, cereales y pan integral), 20 miligramos de zinc (legumbres y cereales)...
Un combinado diario de todos estos nutrientes antioxidantes acaba de demostrar potentes propiedades anticancerígenas, lo que ha llevado a los expertos a volver a insistir en la necesidad de llevar una dieta rica en fruta y verdura, fuente natural de todas estas sustancias.
Los antioxidantes limpian el organismo de unas sustancias denominadas radicales libres, que tienen la capacidad de dañar los tejidos, por lo que cualquier fuente natural de antioxidantes, como son las frutas y las verduras, permite crear una barrera natural contra esta enfermedad.
De hecho, no es la primera vez que los científicos demuestran las propiedades defensivas de las vitaminas. En esta ocasión, un grupo de científicos franceses del Instituto Científico y Técnico para la Nutricion y la Alimentación, llevó a cabo sus investigaciones con 13.000 voluntarios durante un período de más de siete años.
Sus comprobaciones demostraron que las vitaminas, administradas en forma de pastilla, permitían reducir más de un tercio la incidencia del cáncer, al tiempo que minimizaba la mortalidad por esta enfermedad un 37%.
Sin embargo, sospechan que estos beneficios podrían ser incluso mayores si los antioxidantes se obtuviesen de manera natural, consumiendo alimentos verdes.
Curiosamente estos suplementos no obtuvieron los mismos efectos beneficiosos entre las mujeres, por lo que los expertos sospechan que éstas suelen tener, en general, una mejor dieta que los varones.
Sin embargo insisten en que los beneficios de una dieta sana son extensibles tanto a los hombres como a las mujeres, de todas las edades, fundamentalmente ahora que se está propagando por todo el mundo una alimentación pobre y desequilibrada.
No es la primera vez que una investigación incide en la protección que las vitaminas aportan frente al cáncer. Recientemente, el profesor Shumin Zhang, de la Universidad de Cambridge, comparó los hábitos alimenticios y el estado de salud de 80.000 enfermeras durante una media de cuatro años.
Sus investigaciones demostraron que existía un fuerte vínculo entre el consumo de vitaminas y la reducción del riesgo de padecer cáncer de mama. Y no es el único tipo de cáncer que se puede evitar; el betacaroteno, una sustancia que nuestro organismo transforma en Vitamina A, también protege contra las quemaduras solares.
Fuente: El Mundo.es
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El chocolate alarga la vida
Diversas investigaciones han indicado que el chocolate contiene sustancias químicas y tiene las mejores propiedades antioxidantes. Incluso ayudan en la prevención de enfermedades del corazón y algunos tipos de cáncer
Esto quiere decir que el chocolate amargo extraído directamente del cacao –y no el procesado con leche que normalmente se vende en los supermercados- puede proteger al corazón y a las arterias de los daños causados por la oxidación, que se podría comparar a la herrumbre que cubre a los metales con el paso del tiempo.
Los científicos, de la Universidad de Glasgow en el Reino Unido y el Instituto Nacional de Investigación sobre la Alimentación y la Nutrición de Italia, dicen que la adición de leche al chocolate puede cancelar estos efectos positivos.
Sólo el amargo
"Hay muchas investigaciones que indican que los antioxidantes en el chocolate que se obtiene del cacao tienen determinados efectos de protección contra las enfermedades cardiovasculares", le explicó a la BBC el Dr. Alan Crozier, de la Universidad de Glasgow.
"Nosotros le dimos chocolate amargo, chocolate fabricado con leche y chocolate amargo tomado con leche a un grupo de voluntarios".
"Descubrimos que, una hora después, el nivel de antioxidantes en la sangre de quienes comieron chocolate amargo había aumentado en casi un 20%".
"Pero eso no ocurrió con el chocolate fabricado con leche, ni con el chocolate amargo consumido con leche. Lo que esto indica es que los efectos potenciales de protección del chocolate se limitan al chocolate amargo", dijo.
Con moderación
El doctor Crozier cree que el problema del chocolate fabricado o consumido con leche es que las proteínas de la leche se fijan a los antioxidantes del chocolate y no permiten que se puedan absorber como en el caso del chocolate amargo.
Según los investigadores, los resultados del estudio indican que los productos lácteos podrían afectar las propiedades de otros alimentos, como las frutas, el té o el vino tinto, que también se cree que tienen efectos antioxidantes.
Los científicos advierten, sin embargo, que cualquier tipo de chocolate, incluido el amargo, se debe consumir con moderación porque contiene altos niveles de grasas saturadas, que entran al torrente sanguíneo y aumentan los niveles de colesterol, incrementando los riesgos de contraer enfermedades cardiovasculares.
Crozier aconseja no consumir más de un pequeño trozo de chocolate al día.
El chocolate, según él, es un complemento útil en una dieta balanceada, pero no debe sustituir el consumo de frutas y vegetales.
Fuente: La BBC
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Los suplementos antioxidantes al debate
Desde que se conoce sobre la acción de antioxidantes neutralizando la acción de los radicales libres y, así, colaborando a retrasar los procesos de envejecimiento y destrucción celular, es todavía discutido por los investigadores
El organismo se encarga de producir sus antioxidantes propios, pero éstos a veces resultan insuficientes para detener la reproducción de radicales libres, sobre todo ante causas desestabilizantes.
Aunque la mayoría de los científicos hablan de los beneficios de una dieta que incorpore alimentos o suplementos que los contengan, no se han puesto de acuerdo en la proporción en la que deben ser ingeridos, ya que, según algunas teorías, grandes cantidades de ellos podrían contribuir a un efecto totalmente contrario.
Existe una verdadera polémica alrededor del uso de suplementos de vitaminas antioxidantes y de beta caroteno. Las que se oponen al uso de suplementos argumentan que deben obtenerse estos elementos a partir de la dieta, no de suplementos, y que siempre está el peligro de efectos secundarios negativos, ocasionados por el consumo de grandes cantidades de ciertas sustancias.
Quienes están a favor de los suplementos argumentan que no es posible encontrar las cantidades necesarias de estos elementos a partir de una dieta normal, siendo necesarias mayores concentraciones que sólo se logran con los suplementos.
Otras controversias se plantean a la hora de considerar al ejercicio físico como causa de bienestar. Algunos investigadores sostienen que el ejercicio moderado mejora el sistema inmunológico, mientras que el ejercicio intenso y excesivo lo deprime.
Se piensa que la aceleración del proceso de oxigenación que causa el ejercicio aumenta en gran medida la producción de radicales libres, los cuales hacen que el organismo sea más propenso a infecciones y procesos de envejecimiento.
Por lo tanto, los individuos con hábitos importantes de ejercicio deberán incorporar buenas cantidades de antioxidantes.
Al parecer, un programa diario de ejercicio moderado en combinación con una dieta adecuada y la eventual ingesta de suplementos vitamínicos, siempre bajo la supervisión del especialista, sería el cuadro ideal para enfrentar el ataque de los radicales libres.
Enviado por Licenciatura en Gerontología el: Julio 3, 2004 06:43 PM