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Julio 26, 2004
La mayoría de las personas no están preparadas para reconocer si sufren un ataque cardíaco

La mitad de las personas reconocen sólo 3 de los 11 síntomas de un ataque cardíaco. Distinguir estas “alarmas” es un paso fundamental para sobrevivir. Incluso, la mayoría de los ataques les ocurren a personas que no saben que tienen una enfermedad cardiaca.

Mariana Nisebe De la Redacción de Clarín.com
26.07.2004


En un ataque cardíaco (infarto del miocardio) un área del corazón muere o se lesiona permanentemente debido a una provisión inadecuada de oxígeno. El sector dañado pierde permanentemente la capacidad de contracción y el resto del músculo necesita compensar esa pérdida. Es difícil estimar con exactitud qué tan común es el ataque cardíaco, ya que muchos pacientes mueren antes de buscar asistencia médica. “Las enfermedades cardiovasculares representan aproximadamente el 40 por ciento de todas las muertes en nuestro país” le dijo a Clarín.com el doctor Roberto Peidro, Director del Centro de Vida y Jefe de Prevención y Rehabilitación Cardiovascular de la Fundación Favaloro.

Frecuentemente, las personas que sufren un ataque cardíaco tardan en pedir la ayuda que podría salvarles la vida pues no reconocen los síntomas ni se percatan de lo que les está sucediendo. “Es común que personas que tienen síntomas de dolor esperen un rato en casa para ver si se les pasa. A veces comienzan con el dolor en la calle o en el trabajo y van a sus casas para estar más tranquilos; cuando lo necesario en esos momentos es concurrir en forma rápida a un centro asistencial”, explicó Peidro. Según un estudio del Sanatorio Real, de la ciudad escocesa de Glasgow, “sólo una de cada cinco personas que sufren un ataque cardíaco por primera vez se percata de la gravedad del cuadro”.

Por eso, la clave está en reconocer ciertas “alarmas”. Uno de los “síntomas fundamentales es el dolor en el pecho, opresivo, con frecuente irradiación al brazo izquierdo, mandíbula, espalda o boca del estómago. Puede acompañarse de sudoración fría y palidez. Puede aparecer en reposo o durante un esfuerzo. Otros síntomas a tener en cuenta son la falta de aire y las palpitaciones” destacó el Director del Centro de Vida y Jefe de Prevención y Rehabilitación Cardiovascular de la Fundación Favaloro. Según el estudio escocés, casi todos los pacientes sintieron dolor en el pecho, pero como el dolor que se experimenta varía entre persona y persona y puede simplemente ser una sensación de hormigueo; “pensaron que para tratarse de un ataque debían sufrir también un colapso o la pérdida del conocimiento” y no le prestaron la suficiente atención.

Esta investigación reveló que de 300 personas que sobrevivieron a un ataque cardíaco, el 25 por ciento solicitó ayuda dentro de la primera hora de sentir el malestar, 60 por ciento lo hizo hasta cuatro horas después y 12 por ciento demoró un día entero. "La mayoría de los participantes en este estudio no tenían antecedentes cardíacos, no se percataron de que los síntomas indicaban problemas coronarios y no los consideraron graves". De hecho, según otro estudio aparecido en la Revista Archives of Internal Medicine, muchos estadounidenses, por ejemplo, no conocen los signos de alarma comunes de un ataque cardíaco. El 57 por ciento dijo correctamente el dolor en el pecho como síntoma más importante, pero muy pocos dijeron otros síntomas que pueden aparecer tales como: opresión, tirantez o pesadez en el pecho que también pueden indicar un ataque cardíaco. En promedio, la gente mencionó solo 3 de los 11 síntomas que se pueden presentar.

Un ataque cardíaco puede llevar a la muerte súbita (en el caso de desencadenarse una arritmia grave como la fibrilación ventricular o por falla súbita para contraerse cuando la arteria obstruida es muy grande y lleva mucha sangre al corazón). “También puede provocar un infarto de miocardio de mayor o menor tamaño y, según la magnitud, dejar grandes o pequeñas secuelas”, agregó el doctor Peidro. Además, algo que preocupa mucho a los especialistas, es que personas con factores de riesgo de enfermedad cardíaca sepan tan poco como aquellas que no los tienen. Entre los factores de riesgo figuran: la edad (mayor de 45 para hombres y 55 para mujeres), la diabetes, el colesterol alto, hipertensión arterial, la historia familiar, el tabaquismo, sedentarismo y la obesidad.

Para prevenirse es necesario conocer los propios factores de riesgo y ocuparse de controlarlos. Las pautas alimenticias y los programas de ejercicio físico han demostrado científicamente que reducen la probabilidad de una enfermedad y ataque cardíacos. También existen tratamientos farmacológicos que deben ser aplicados en muchas circunstancias por el médico para controlar los factores de riesgo y prevenir la enfermedad. “Es importante el control periódico con el cardiólogo para conocer el estado cardiovascular actual y estratificar los riesgos”, concluyó el doctor Peidro. Incluso, las personas que no tienen factores de riesgo deben conocer los signos de alarma porque más de la mitad de todos los ataques les ocurren a personas que no saben que tienen una enfermedad cardiaca.

Enviado por Licenciatura en Gerontología el: Julio 26, 2004 08:45 PM
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