Desde mediados del siglo veinte, la Humanidad está logrando cumplir con una meta largamente soñada: el incremento de la longevidad. Aun cuando los beneficios que esta adquisición implica, sólo están en condiciones de disfrutarlos los países o sectores mejor posicionados socio-económicamente, para cualquier persona la aspiración a tener una vida más larga, es indudable.
Dra. Graciela Zarebski, Directora de la Carrera de Posgrado de Especialización en Psicogerontología y Coordinadora Académica de la Licenciatura en Gerontología Universidad Maimónides.
Pero, si esto es así, ¿por qué se suele rechazar la idea de envejecer?
Para explicar esta contradicción – querer vivir muchos años pero no desear ser viejo – el mito de la Fuente de Juvencia es suficiente: vivir muchos años, sí, ¡pero siempre joven!
El mito alude a uno de los traumas inherentes a la constitución de la subjetividad, al que Joyce Mc. Dougall incluía entre los traumas universales: la inevitabilidad del envejecimiento y de la muerte.
Estamos haciendo referencia al trabajo psíquico que todo ser humano debe realizar, con mayor o menor grado de conciencia, a lo largo de su vida: el trabajo del envejecer.
Así, Henri Pequignot, gerontólogo francés, sostiene que ¨la vejez se crea todos los días inconcientemente. Ella podría ser creada concientemente, con los ojos abiertos sobre el porvenir que viene ¨. Se tratará, entonces, de abrir los ojos al porvenir, a fin de que el curso de nuestra vida responda a un diseño a ser armado y creado cotidianamente.
Esta es una de las tareas – colaborar con la toma de conciencia en este trabajo de elaboración anticipada – que encaramos quienes nos desempeñamos en el campo de la Psicogerontología. Es la parte preventiva del quehacer de psicólogos, terapistas ocupacionales, psicogeriatras, musicoterapeutas y hasta psicopedagogos (denominados geragogos en esta tarea), disciplinas que se ocupan de diversos aspectos que hacen a la salud mental en el envejecimiento.
La tarea preventiva se asienta en el conocimiento de los factores de riesgo de un envejecer patológico a nivel emocional y mental, así como de los factores protectores o resilientes que permiten alcanzar un envejecer normal.
Este conocimiento, que es un logro reciente en nuestro desarrollo científico, nos permite detectar los desvíos que llevan a desenlaces problemáticos que inciden en el desencadenamiento de las patologías prevalentes en la vejez y que nos llevan a intervenir desde diversos ámbitos, en asistencia y rehabilitación.
Desde el paradigma de la complejidad, entendemos que el ser humano en su envejecer, es un objeto de estudio complejo, al cual sólo un abordaje interdisciplinario puede intentar explicar y atender.
El campo de la Psicogerontología es, por lo tanto, según este paradigma, un campo muy amplio que comprende el estudio y abordaje interdisciplinario de la salud mental del ser humano que envejece, desde la tarea preventiva, asistencial y de rehabilitación y con una visión compartida, asentada en el logro de la continuidad identitaria y la evitación del derrumbe, quiebres o caídas, que los diversos ¨ temas ¨ del envejecer podrían favorecer.
Como última y de más reciente desarrollo entre las áreas de la Gerontología, en la cual se venía sosteniendo confundida dentro de la Biogerontología y de la Gerontología Social, la Psicogerontología, como área diferenciada, representa hoy un nudo de convergencia de diversos desarrollos actuales en la salud mental: desde el psicoanálisis a la teoría cognitiva, pasando por el enfoque de las neurociencias, con los avances psiconeuroinmunoendócrinos, constituyendo, el logro de las interrelaciones, un desafío cotidiano en nuestros afanes investigativos.
Sin embargo, este no es el panorama que prevalece hoy en día en el estudio de la salud mental en el envejecer.
Seguramente en coincidencia con lo que sucede en todo el campo ´ psi ´, podemos encontrar, por un lado, eventos científicos y producciones acerca del Psicoanálisis de la vejez, separados de los concernientes a los trastornos cognitivos y de los referidos a las patologías y sus abordajes farmacológicos, por otro, con lo cual la ciencia sigue perdiendo la oportunidad de entender al sujeto que envejece en su complejidad.
Desde este pensamiento, en la Universidad Maimónides, en su área de Gerontología, venimos desarrollando la Carrera de Especialización en Psicogerontología y este año nos hemos propuesto indagar acerca del desarrollo alcanzado por este campo de conocimiento en Iberoamérica, para lo cual estamos organizando, conjuntamente con la Revista Virtual Tiempo de Psicogerontología, el Primer Congreso Iberoamericano de Psicogerontología para noviembre del 2005.
Con este fin, en octubre del 2004, en el marco de las Jornadas Universitarias de Gerontología que realizaremos con entrada libre y gratuita en nuestra Universidad del 27 al 30 de ese mes (27/10: Biogerontología, 28/10: Gerontología Social, 30/10: Actividades Comunitarias con Adultos Mayores), realizaremos una Pre-Jornada, el viernes 29 de octubre, que se constituirá en Pre-Jornada del Congreso del 2005.
Ese día concurrirán expertos de diversos países de Iberoamérica, quienes junto con representantes del quehacer psicogerontológico de diversas disciplinas de nuestro medio, expondrán y nos ayudarán a pensar acerca del desarrollo y obstáculos de este campo de trabajo. Integraremos también al debate las respuestas que nos envíen todos los profesionales interesados en responder a un cuestionario elaborado por la Comisión Científica, que aquí adjuntamos, mediante el cual podrán hacer oír sus ideas ese día y que quedarán como testimonio en el libro y CD que editaremos como registro del quehacer de las Jornadas.
Consideramos que este será un modo de contribuir al avance, enriquecimiento y profundización de un tema que nos concierne a todos: nuestro mejor envejecer.