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Septiembre 14, 2004
Serán reforzados los planes sociales

Admiten problemas para bajar la pobreza

En un contexto de exhortaciones a combatir la pobreza por parte de personalidades e instituciones incuestionables, en el gobierno de Néstor Kirchner admiten que no se encontró aún una salida para acelerar la lenta solución de los problemas sociales más urgentes, más allá de la infinidad de programas que se anuncian y se ponen en marcha.

La Nación
Lunes 13 de setiembre de 2004

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Los planes de asistencia, capacitación y creación de trabajo genuino no son de efecto inmediato. Y la Casa Rosada tiene demorada la definición política de otras ideas.

Kirchner y sus ministros dicen que la recuperación económica está creando nuevos puestos de trabajo, pero que ahora urge "crear nuevos trabajadores": la exclusión social barrió con la calificación laboral.

De hecho, el viceministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, anunció una "segunda etapa" y admitió ante LA NACION: "El Gobierno cree que el principal problema social a futuro está en la franja de un millón de jóvenes de 18 a 25 años que no trabajan ni estudian".

En esa misma situación hay, además, 1,6 millones de entre 15 y 29 años, en tanto que 1,2 millones de adultos mayores de 65 años no cobran jubilación ni pensión.

La asistencia a esos sectores excluidos llega en forma insuficiente y una mayoría de ellos no ingresó en el plan Jefes y Jefas de Hogar por no cumplir los requisitos. No obstante, Arroyo aseguró: "Se logró atender a toda la población indigente de la Argentina".

"Hace dos meses comenzamos una segunda etapa de política social para profundizar los proyectos y hacerlos más sustentables", agregó el segundo de la ministra Alicia Kirchner.
"Los empresarios tienen razón cuando dicen que hay que hacer nuevos torneros o matriceros y capacitar gente en aquello que necesita la producción, en oficios y en alta tecnología", completó Arroyo.

Planes reflotados

Los ministerios de Educación, Trabajo y Economía reflotaron programas de recuperación de escuelas de oficios, institutos técnicos y talleres de capacitación en sindicatos como los sectores metalúrgico, metalmecánico, plástico y construcción.

El de Desarrollo Social aplica planes de creación de cooperativas y de calificación laboral. El rumbo es positivo. Pero la escala es insuficiente para atender un universo de 4 millones de desocupados y de 15 millones de excluidos, admiten en el propio Gobierno.

Los aumentos de salarios y jubilaciones y las medidas redistributivas no alivian en modo directo a la franja de excluidos del sistema. En tanto, dentro la administración siguen circulando proyectos de recalificación laboral.

Desde hace un año se evalúa en el Ministerio de Defensa si incorporar o no a 25.000 jóvenes a las Fuerzas Armadas para enseñarles oficios, darles trabajo e ingreso. No hay aún definición hasta el momento.

También en la propia Casa Rosada se analiza un plan de grandes obras públicas organizadas por el Estado en cooperativas, que serviría para recalificar en forma masiva a trabajadores excluidos del sistema; estimular una remigración al interior, y recuperar recursos naturales y económicos.
Kirchner busca soluciones a ello y admite en reserva que hay problemas. Lo reveló hace diez días cuando se reunió en la Casa Rosada con la Conferencia Episcopal Argentina, que preside monseñor Eduardo Mirás.

"Muchas empresas quieren emplear gente y no encuentran mano de obra calificada", se lamentó. "¡Miren cómo la crisis del neoliberalismo arrasó con todos los oficios!", concluyó Kirchner.
El vicepresidente del Episcopado, monseñor Jorge Bergoglio, le propuso: "Presidente, pongámonos a trabajar juntos en recrear las viejas escuelas de oficios". Kirchner asintió.

Tras ese encuentro, en el X Congreso Eucarístico Nacional que se cerró el domingo último la Iglesia exhortó a toda la clase política y a la sociedad civil a combatir la pobreza. Al día siguiente, el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Enrique Iglesias, señaló que la profundización de la pobreza en América latina amenaza a las democracias.

Según Arroyo, el 46% de la población argentina es pobre (familias de cuatro personas que perciben menos de $ 725 por mes), el 16% es indigente (menos de $ 329) y el 13% tiene necesidades básicas insatisfechas.

Arroyo indicó que el plan de seguridad alimentaria como el Hambre más Urgente, impulsado por LA NACION y varias ONG, llega a 6 millones de personas. El Plan Manos a la Obra, que capacita a desocupados y financia cooperativas, beneficia a 250 mil personas y el Plan Familias, de asistencia directa (remedios, chapas y otras ayudas), atiende a 150 mil necesitados.

Pero todo esto no cambia drásticamente la realidad de un universo de 4 millones de desocupados y 15 millones de pobres; 3 millones de desocupados estructurales, excluidos del sistema; 2,2 millones que reciben un plan jefes y jefas de $ 150 mensuales y de 800 mil que no reciben ingreso alguno.

Por ello, Arroyo explicó que la segunda etapa consistirá en:
* Aumentar la calidad de la ayuda alimentaria para transferir los fondos a las familias para que éstas dejen los comedores públicos y regresen a la comida hogareña.
* Vincular las cooperativas futuras del Plan Manos a la Obra a cadenas de valor en industrias radicadas en centros urbanos. Dejar de lado la producción primaria de los actuales emprendimientos agropecuarios: no formar más panaderías, carpinterías y huertas y privilegiar manufacturas más complejas vinculadas con saberes y características de las regiones. Los sectores productivos estratégicos son: vitivinícola, madera, agroalimentario, textil, calzado, turismo, metalmecánico y artesanías.

"El año próximo queremos llegar a 500 mil beneficiarios del plan Manos a la Obra", adelantó Arroyo. Pero en el terreno abundan dificultades prácticas para crear tantas cooperativas: trámites engorrosos, pobre funcionamiento de centros consultivos y gestores inescrupulosos, enumeran en despachos oficiales.

* El Plan Familias será completado con el Plan Incluir, igual al Manos a la Obra pero para jóvenes de 18 a 25 años. "Apuntamos a incluir 100 mil jóvenes en el plazo de un año y 500 mil en 2007", dijo Arroyo.

Otra vez, la solución es acotada: se alcanzaría en 2005 sólo al 10% del universo de un millón de jovenes en esa situación, que con el crecimiento vegetativo aumentan año a año.
Por Mariano Obarrio
De la Redacción de LA NACION

Retrasos
* El viceministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, admitió que se registran retrasos en la ejecución del Plan Adultos Mayor Más, que distribuye $ 150 entre personas de más de 70 años sin ingreso. Según informes del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), la subejecución alcanzaría a fin de año a $ 500 millones. Arroyo afirmó que las dificultades operativas que generaron un cuello de botella -requisitos difíciles de demostrar y pocos centros de atención para tanta demanda- tienden a desaparecer y a fin de año se normalizará la situación.

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Enviado por Licenciatura en Gerontología el: Septiembre 14, 2004 10:44 PM