Si la actividad física puede ayudar a mantener el cuerpo más joven, ¿tienen los ejercicios mentales un efecto similar en su cerebro?
Por Robert J. Davis
The Wall Street Journal
October 21, 2004
Cada vez más libros, videos, clases y servicios de Internet promueven tipos específicos de "ejercicios aeróbicos mentales" que, en su opinión, pueden mejorar la memoria, agudizar la capacidad de pensar y aplazar o evitar la demencia a medida que la edad avanza.
Muchos programas que mejoran la capacidad de pensar se concentran en trucos para mejorar la memoria y la concentración. Según los estudios, prestar más atención, asociar palabras y nombres con imágenes visuales, repetir información en voz alta y analizar información en fragmentos puede ser eficiente. Un reciente estudio del Journal of the American Medical Association, entre personas de 65 años o más, descubrió que el 26% de los sondeados mejoró su rendimiento en exámenes de memoria luego de 10 sesiones. Asimismo, un 87% pudo procesar información más rápidamente y un 74% mostró una mayor habilidad para resolver problemas después de haberse sometido a un adiestramiento en esas áreas.
Pero muchos expertos distinguen entre el entrenamiento a corto plazo para mejorar la memoria o la habilidad para razonar y las actividades mentales constantes que estimulan el cerebro. Agregan que estas últimas son las más importantes a la hora de desacelerar el declive cognitivo general y, tal vez, impedir la demencia.
Algunos programas promueven los rompecabezas y los juegos que ponen a prueba las capacidades verbales, matemáticas, visuales o espaciales. Otros, como los ejercicios "neuróbicos" creados por Lawrence Katz, escritor y científico que enseña en Duke University, ofrecen nuevas formas de hacer actividades rutinarias, como escribir con la mano que no domina a fin de estimular el cerebro.
Un reciente estudio de 800 religiosos católicos de 65 años o más halló que una variedad de actividades intelectualmente estimulantes, como leer, jugar juegos e ir a museos, fue asociada con menores riesgos de contraer el mal de Alzheimer. Asimismo, un estudio con mayores de 75 años, publicado el año pasado en el New England Journal de Medicine, concluyó que quienes leen a menudo, juegan juegos de mesa, tocan instrumentos o bailan tienen un menor riesgo de demencia. Aunque estos estudios no prueban la existencia de una relación causa-efecto, sugieren que una actividad intelectualmente estimulante puede ser beneficiosa para el cerebro.
Si seguir un programa formal lo ayuda a motivarse, no hay nada de malo en ello. En realidad, algunos expertos creen que las clases ofrecen un estímulo intelectual adicional gracias a la interacción con otros. Pero las clases cerebrales, páginas Web y libros no mantendrán necesariamente a su mente activa.
Seleccione las actividades que disfrutará y hágalas regularmente, especialmente las que están relacionadas con algo que desconoce, como aprender un nuevo idioma.
Intente llevar adelante las tareas rutinarias de otras maneras. Y no se olvide de la importancia de mantenerse en buen estado físico, siguiendo un régimen sano y controlando su estrés, lo cual podrá ayudar tanto a su mente como a su cuerpo.