En estos momentos hay unos 12.000 afiliados del PAMI en lista de espera para operarse de cataratas. La cifra por invertir para la instrumentación es, según los cálculos del organismo, de alrededor de 10 millones de pesos, que saldrán de su actual presupuesto y de la respectiva partida prevista para la confección del presupuesto 2005 del instituto, y por cada práctica se pagarán entre 800 y 1000 pesos, según la región del país que corresponda.
La Nación
Editorial
Lunes 6 de Diciembre de 2004
Las cirugías comenzarán a realizarse no bien el PAMI acredite a los profesionales que se inscriban en un registro abierto para este Programa Nacional de Emergencia de Cirugía de Cataratas, con el cual la directora ejecutiva del instituto, licenciada Graciela Ocaña, aspira a satisfacer en sólo cuatro meses una demanda que lleva ya dos años de demora.
La situación de indefensión en la que viven los jubilados argentinos es harto conocida como para extenderse demasiado aquí, pero el tema de la cirugía de cataratas es lo suficientemente grave como para destacar el hecho de que se ponga en marcha este plan que contempla, además, la convocatoria a cirujanos con capacidad para proveer, junto con sus servicios, el quirófano, los insumos y las lentes intraoculares necesarias, junto con la evaluación preoperatoria.
Según explicó Ocaña, desde la declaración de la emergencia sanitaria, en abril de 2002, y la confección del Programa Médico Obligatorio de Emergencia (PMOE), la cobertura oftalmológica había quedado excluida durante un año de las prestaciones, excepto para los casos de urgencia. Los sistemas que, a partir de 2003, buscaron normalizar de alguna manera el servicio no tuvieron demasiado éxito: por ejemplo, si un prestador poseía 5000 cápitas de PAMI, debía operar a un mínimo de cinco pacientes por mes. Como consecuencia, "este sistema no sirvió para satisfacer la demanda contenida de cirugías de cataratas y el número de afiliados en espera creció hasta los 12.000", señaló también la titular de la obra social de los jubilados.
Si se tiene en cuenta que, según cifras de la Organización Mundial de la Salud, de los 50 millones de personas ciegas que hay en el mundo se observa como causa principal una alta incidencia de las cataratas en la tercera edad -el cuadro aparece generalmente a partir de los 65 años-, se comprende perfectamente que de esos 12.000 casos en espera que registra actualmente el PAMI todos deberían haber sido considerados en su momento "de urgencia". Los especialistas señalan que muchas veces los pacientes, ante el tiempo que hay que esperar para ser atendido, se conforman con ver poco y, finalmente, cuando acuden otra vez a la consulta ya es tarde porque están prácticamente ciegos, y su calidad de vida, innecesariamente deteriorada.
El anuncio de la titular del PAMI incluyó también otra buena noticia: en estos días se está regularizando la entrega de audífonos, porque en lista de espera había 23.000 asociados que aguardaban su aparato; la demanda se debió a "la falta de prestación".
Es de esperar que, en tanto estos anuncios se concreten rápidamente en la práctica, esto signifique por fin el comienzo de un verdadero cambio en una institución que alguna vez, y muchos años atrás, fue motivo de orgullo para los jubilados argentinos y para la sociedad a la que pertenecen.
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Enviado por Licenciatura en Gerontología el: Diciembre 6, 2004 07:47 AM