Sólo usted y su médico pueden saberlo
Hay un medicamento capaz de reducir el riesgo de ataques al corazón, la diabetes, la osteoporosis y el deterioro mental entre un 30% y un 60%, pero los médicos no la recetan. ¿Por qué? Se trata del alcohol.
Diciembre 30, 2004
Por Tara Parker-Pope
The Wall Street Journal
Cada vez más, los estudios científicos respaldan la idea de que ingerir una cantidad moderada de alcohol todos los días es mejor que nunca tomar licor. Esto no es válido para quienes padecen ciertas enfermedades pero, en general, los grandes estudios de muestran que beber cantidades moderadas de alcohol puede disminuir el riesgo de muerte en aproximadamente un 25% en una persona promedio en cualquier año, en comparación con los que no toman alcohol a menudo.
Las pruebas de que el alcohol es bueno para la salud siguen desatando una polémica sobre si los médicos tienen la obligación de informar a sus pacientes sobre los beneficios de ingerir alcohol.
Como el exceso de alcohol puede tener consecuencias perjudiciales (adicción, accidentes de tránsito y quizás problemas de salud fatales) la mayor parte de los doctores dicen que nunca es buena idea decirle a un paciente que no toma alcohol que empiece a consumirlo.
Aunque la mayoría de la gente bebe con prudencia, es imposible saber cuál paciente podría empezar a abusar del alcohol debido a un consumo moderado diario.
Además, incluso cantidades pequeñas de alcohol pueden elevar el riesgo de ciertas enfermedades, como el cáncer del seno y del colon. Y gran parte de las investigaciones sobre los beneficios del alcohol provienen de estudios que observan a las personas a lo largo del tiempo, en lugar de pruebas clínicas controladas que son más confiables.
De modo que si bien las pruebas son sólidas, no son concluyentes. Por ende, la Asociación Estadounidense del Cardiología no recomienda el consumo de alcohol para mejorar el estado cardiovascular, señalando que hay maneras menos arriesgadas de proteger el corazón.
Pero este problema plantea a los médicos un gran dilema. Si un doctor sabe que un medicamento puede salvar vidas, tiene la obligación médica y ética de informar al paciente, aunque el fármaco presente riesgos. ¿No se deberían aplicar las mismas reglas al alcohol?
"No me cabe la menor duda de que si tuviéramos una política que alentara a la gente a beber un poco más de alcohol, el resultado sería muy negativo", afirma Richard N. Fogoros, cardiólogo de Pittsburgh. "Pero los médicos no tratan los problemas de la sociedad, sino los de los pacientes, y para cada paciente, esta información podría ser significativamente beneficiosa".
Otra razón por la cual los médicos deberían hablar más sobre el alcohol es que los pacientes están confundidos. Si bien numerosos informes han subrayado los beneficios médicos del alcohol, otros lo han vinculado a mayores riesgos de ciertos tipos de cáncer y otros problemas.
Pocos entienden cuánta cantidad de alcohol es buena y en qué momento puede comenzar a causar daño.
En una declaración científica de 2001, la Asociación Estadounidense de Cardiología señaló que había al menos 60 investigaciones que vinculaban el consumo de alcohol a un menor riesgo de ataque al corazón. Los estudios demuestran que el consumo moderado y habitual de alcohol disminuye el riesgo de la diabetes, la osteoporosis, la demencia y los ataques cardíacos.
Pero aun en pequeñas cantidades, el alcohol puede aumentar algunos riesgos para la salud.
Una persona que toma dos vasos de licor al día tiene un 75% mayor de riesgo de contraer el cáncer bucal y un 51% mayor de riesgo de cáncer del esófago en comparación con una persona promedio que no bebe alcohol con frecuencia.
Dos vasos diarios aumentan el riesgo del cáncer del colon en un 8%. Para las mujeres, incluso pequeñas cantidades de alcohol aumentan el riesgo de cáncer del seno en 30%.
Así que uno debe tomar en cuenta su historial familiar y sus preocupaciones personales.
Una mujer proveniente de una familia que ha tenido problemas de cáncer del seno o alguien proveniente de una familia que ha tenido problemas de alcoholismo podría decidir que no le hace falta tomar alcohol. Pero alguien que no tenga esos factores de riesgo adicionales y que está preocupado por su corazón podría considerar beber todos los días cantidades leves de alcohol.
A mediados de año, la revista especializada Southern Medical Journal publicó una reseña de los estudios más importantes relacionados con el alcohol y la salud. En pocas palabras: las mayores ventajas se consiguen bebiendo entre medio vaso y un vaso al día (medio vaso o un vaso de cerveza o vino o entre 28 gramos y 35 gramos de whisky). A este ritmo, la protección del corazón es mayor, pero el riesgo de tener otros problemas relacionados con el alcohol es menor.
Los que toman un poco más (las mujeres, dos o tres vasos al día; los hombres, tres o cuatro) no cambian sus probabilidades. Sus riesgos generales son los mismos comparados con los de aquellos que nunca toman. Pero una vez que las mujeres llegan a tomar más de tres vasos y los hombres más de cuatro, tienen un mayor riesgo de tener problemas relacionados con el alcohol.