Gerontología - Universidad Maimónides

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Prevención, chequeos y controles médicos, según pasan los años

VIDA COTIDIANA : DECADA POR DECADA, LOS PASOS NECESARIOS PARA CONSERVAR LA BUENA SALUD

Vivimos más, pero nos enfermamos antes, dicen los médicos. Infartos, diabetes, alto colesterol, alergias, accidentes cerebrovasculares y otros males pueden prevenirse. Los cuidados deben empezar en la infancia.

Valeria Román.
vroman@clarin.com
Domingo | 29.01.2006

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Cada década de la vida de una persona viene con sus sorpresas interesantes, pero incluye quiebres en la salud. Los desórdenes, desde los infartos cerebrales hasta los trastornos de tiroides, pueden ahora prevenirse mejor. Se pueden evitar, demorar o atenuar para minimizar sus consecuencias, si se les presta atención.
"Ahora sabemos que cuando atendemos a una persona de más de 30 años ya estamos llegando tarde —sostiene Branco Mautner, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Favaloro—. Para trabajar en serio en prevención, hay que apuntar a los chicos de 6 a 12 años y enseñarles a prestar atención a su colesterol y su presión arterial, a practicar ejercicio regularmente, a no consumir cigarrillos y a comer sin muchos azúcares ni sal".
Por supuesto que el control médico empieza desde el nacimiento, con un chequeo una vez por mes durante el primer año de vida, para detectar soplos cardíacos, luxación de caderas o problemas de desarrollo, según la secretaría general de la Sociedad Argentina de Pediatría, Nélida Valdata. A partir del primer año, los controles se hacen cada tres meses. Y ahora se pone más énfasis en la prevención de accidentes. A los tradicionales consejos, como vacunarlos según el calendario oficial, darles más frutas y verduras y menos gaseosas y hamburguesas, se suma la lectura de libros desde bebés. "Hay que leerles todos los días un ratito, hasta que la atención de los chicos aguante", señala.
El ambiente hogareño debe ser agradable: según Analía Villalba, de la carrera de neumonología de la Facultad de Medicina de la UBA, las casas deben ventilarse y es mejor que no se fume ni se usen aerosoles cuando están los chicos, para evitar broncoespasmos, asma y alergias.
Los chequeos clínicos una vez por año deberían ser habituales, si no hay antecedentes de alguna enfermedad específica en familiares o en el mismo chico que hagan que las visitas sean más seguidas. En cada década, hay un mayor riesgo de ciertos trastornos, como por ejemplo los de la glándula tiroides en la adolescencia: hipotiroidismo (con síntomas de cansancio, piel seca o caída del pelo) o nódulos tiroides, según María Isabel Sabate, endocrinóloga del Hospital Austral.
También asoman los trastornos de fobia social (que se confunde con timidez) o más adelante pueden aparecer los desórdenes obsesivo—compulsivos o los ataques de pánico, dice Alfredo Cía, de la Asociación Argentina de Trastornos de Ansiedad.
Después de los 30, algunos chequeos se deben hacer más seguido. El control de los niveles de glucosa debe hacerse una vez por año. "Ahora, tratamos de detectar a los prediabéticos", que tienen una glucemia por encima de 100, según León Litwak, del Hospital Italiano. Al bajar de peso, caminar 4 kilómetros 4 veces por semana, y seguir dieta sin excesos de tortas, frituras, achuras, se puede reducir el riesgo de desarrollar diabetes".
A partir de los 40, el chequeo anual del corazón debería ser bien completo. Porque sus
males tienen su prevalencia a partir de los 50, aunque hay gente más joven con infartos. La hipertensión está en la mira como factor de riesgo y debe controlarse desde temprano. Uno de cada dos mayores de 60 años la padece. Si se trata, los riesgos de un ataque cerebral bajan en un 40 por ciento y el de demencias, como el mal de Alzheimer, en un 50 por ciento, según el cardiólogo Guillermo Fábregues.
En los 40, las mujeres se deben hacer una mamografía cada dos años si no hubo antecedente de cáncer de mama y a los 50, se la harán anualmente, indica Adriana Vilariño, del Hospital de Clínicas de la UBA. Después de la menopausia, la densitometría detectar osteoporosis. En varones, según el doctor Eduardo Mormandi, el análisis de la testosterona advierte la andropausia. A los 50, el chequeo colorrectal está indicado para todos.
Es difícil seguir tantos consejos y chequeos, pero vale la pena hacerlo. "Siempre pensamos que los males les ocurrirán a los demás —dice Branco Mautner—, aunque lo cierto es que hoy nos morimos más tarde y nos enfermamos mucho más temprano".

La ansiedad, otro enemigo


Una de cada cuatro personas enfrenta algún trastorno de ansiedad. En el rubro, entran distintos tipos de desórdenes que explotan con síntomas que se repiten, como las palpitaciones, la sensación de ahogo, la irritabilidad o la transpiración excesiva de las manos, entre otros.
A partir de mañana lunes, la Asociación Argentina de Trastornos de Ansiedad (www.ansiedad-aata.org) hará una campaña para informar y concientizar a la población sobre el ataque de pánico y los trastornos de ansiedad generalizada, el trastorno obsesivo-compulsivo, la fobia social y el trastorno producido por estrés post-traumático.
La idea de la campaña es que los pacientes puedan identificar los desórdenes (o al menos sus síntomas) desde sus inicios, para evitar que el trabajo terapéutico tenga que ser más intenso y extendido en el tiempo.
Darán información, según dijo el presidente de la Asociación, el psiquiatra Alfredo Cía, desde mañana y durante quince días, en el teléfono gratuito 0800-555-800. En este teléfono, se podrá consultar por los centros de asistencia gratuita con psicoterapeutas que hacen diagnósticos de los trastornos.
También los jueves 2, 9 y 16 de febrero especialistas en los trastornos de ansiedad darán charlas específicas y gratuitas para el público en general en el Hotel Bauen Suite, Av. Corrientes 1856, Capital Federal.


Sanitos
Alberto Amato
aamato@clarin.com

En los primeros años de vida somos pura potencia. En la adolescencia y los veinte nos sentimos inmortales. Entre los treinta y los cuarenta ya sabemos que no somos inmortales. De los cuarenta para adelante empezamos a pagar los platos rotos de las décadas anteriores. Y después, sólo le pedimos a Dios que la salud no nos sea indiferente. Lo peor de la vejez no son los años, es el deterioro. ¿Quién no daría años de su vida por evitarlo? Los médicos dicen que se puede. Que hay que empezar temprano y cuidar el cuerpo como lo que es: el estuche que nos contiene. Como dice el poeta, la vida no es ni mala, ni buena: es única.