Gerontología - Universidad Maimónides

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Los suplementos vitamínicos, una vez más en tela de juicio

suplementos_vitaminicos.jpgVarios trabajos cuestionan la validez de los comprimidos de vitaminas y minerales para prevenir patologías como la osteoporosis o los tumores de colon y próstata

ALEJANDRA RODRÍGUEZ
El Mundo Salud
18 de Febrero de 2006, número 651

Los suplementos de calcio y vitamina D han recibido un 'doble' 'palo' debido a la publicación de dos trabajos (acompañados de sendos editoriales) en la última edición de la revista 'The New England Journal of Medicine'. La primera investigación ha encontrado algunas fisuras en la teoría, aceptada hasta el momento como cierta, de que estos comprimidos frenan la aparición de la osteoporosis (desmineralización de los huesos) en mujeres posmenopáusicas y que, en consecuencia, contribuyen a reducir el número de fracturas.

La segunda ha desmentido la relación de estos productos con la prevención del cáncer colorrectal; una idea que se había barajado en función de trabajos previos que habían encontrado que el calcio evitaba la aparición de pólipos adenomatosos (lesiones precursoras de los tumores) en esta zona del tracto digestivo.

SALUD ÓSEA

La conclusión del primer trabajo ha dejado sorprendidos a los propios autores, ya que éste fue concebido para corroborar que la unión de calcio y vitamina D ejercían un fuerte efecto protector frente a la osteoporosis y la rotura de los huesos, tal y como han apuntado investigaciones anteriores.

Sin embargo, después de realizar un seguimiento de más de 36.000 féminas de entre 50 y 79 años, divididas en dos grupos que tomaron, respectivamente, un placebo y un complejo de 1.000 mg de calcio y 400 Unidades Internacionales de vitamina D (necesaria para fijar el mineral), han tenido que admitir que estos productos elevan muy poco la densidad ósea de la cadera y que, además, no repercuten significativamente en la reducción de la incidencia de fracturas en las mujeres estudiadas. Es más, las participantes que tomaron los suplementos nutricionales vieron incrementado su riesgo de desarrollar cálculos renales en un 17%. Tanto los responsables del trabajo como el autor del editorial que se publica junto a él, un especialista del Hospital General de Massachusetts (Boston, EEUU), se resisten a aceptar estos resultados sin más.

Así, argumentan que el hecho de que buena parte de las integrantes de la muestra estuvieran tomando medicación específica para la osteoporosis, así como terapia hormonal sustitutoria (ambas frenan la descalcificación de los huesos) puede haber condicionado los resultados.

Por otra parte, sostienen que las dosis que se han empleado son, casi con toda probabilidad, insuficientes para que el esqueleto de las féminas sea más fuerte y que el plazo estudiado es quizá demasiado corto.

Así, concluyen apuntando que, si bien el resultado que se ha alcanzado no apoya la idea de recetar este tipo de complementos a todas las mujeres, éstos sí podrían ejercer un gran beneficio a ciertos subgrupos; concretamente a las que presentan deficiencias de vitamina D, a las que no siguen una dieta equilibrada y rica en alimentos con calcio y a las posmenopáusicas de mayor edad.

PÓLIPOS

Varias investigaciones han relacionado la ingesta de estos suplementos nutricionales con la prevención de los pólipos adenomatosos, un tipo de lesión precancerosa que suele extirparse en cuanto se detecta por su tendencia a malignizarse y a reaparecer. Siguiendo este razonamiento, se había barajado la posibilidad de que también ejercieran un papel beneficioso en cuanto a la reducción del cáncer colorrectal.

Pues bien, un trabajo paralelo al anterior (se ha utilizado la misma muestra, perteneciente a un seguimiento epidemiológico de gran envergadura que se está llevando a cabo en EEUU para estudiar aspectos relacionados con la salud femenina) no ha encontrado ningún beneficio en el calcio y en la vitamina D en este sentido.

No obstante, el editorialista de este otro trabajo cree que es necesario hacer un seguimiento a más largo plazo, puesto que siete años (duración del mismo) son pocos para evaluar la aparición de un tumor que, como el colorrectal, tarda entre 10 y 20 años en dar la cara


Los antioxidantes tampoco previenen el cáncer prostático


El 'Journal of the National Cancer Institute' también echa por tierra el papel de los antioxidantes (vitamina E y C, así como betacarotenos) en la prevención del cáncer de próstata. Según parece, salvo en los fumadores o en los que han dejado el pitillo muy recientemente, estos elementos no contribuyen a evitar este tumor. Por el contrario, las dosis altas de vitamina E y betacaroteno sí parecen tener un papel protector en este aspecto. Sin embargo, dado que otros trabajos han demostrado que los betacarotenos elevan considerablemente el riesgo de cáncer de pulmón en los fumadores (precisamente los que se ven beneficiados en cuanto al tumor prostático), parece absurdo generalizar la recomendación de ingerir estos comprimidos con carácter preventivo.