Gerontología - Universidad Maimónides

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Los estereotipos sobre la Enfermedad Mental impiden la integración social de los pacientes

La marginación a la que se les somente se refleja sobre todo en el ámbito laboral

Por primera vez en España, un estudio analiza las actitudes de rechazo y discrimanción social que sufren las personas con enfermedad mental grave y crónica. Lo resultados demuestran que su marginación se produce más por esa estigmatización social que por los propios síntomas de su enfermedad. Con este estudio se pretende concienciar a la sociedad de que la enfermedad mental es una patología más.


· S. Barcenilla - 30/03/2006
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“Yo pienso que la principal barrera es la incomprensión. Esta es una enfermedad como otra cualquiera”. Esa es la opinión anónima de una persona que padece enfermedad mental grave y crónica, y una creencia que no todos comparten, y mucho menos la sociedad. Y es que, estos pacientes sufren, además de las discapacidades y dificultades de integración derivadas directamente de la enfermedad, las consecuencias del prejuicio social que existe hacia las enfermedades mentales y quienes las padecen, lo cual determina y amplifica, en muchos casos, las dificultades de integración social y laboral de estas personas. Vicente Contreras, Presidente de la Federación Madrileña de Asociaciones ProSalud Mental (FEMASAM), va más allá y asegura que “estigma es igual a discriminación, pérdida de autoestima, desesperanza y una baja calidad de vida”.

Así lo ha demostrado el estudio “Estigma Social y enfermedad mental”, el primero en España que aborda el estigma social de la enfermedad mental desde una amplia perspectiva, y que ha sido realizado por un grupo de expertos de la Universidad Complutense de Madrid. El objetivo de este trabajo es concienciar a la sociedad sobre una situación con la que hay que acabar a través de la información y concienciación social.

En la Comunidad de Madrid son 16.000 los casos diagnosticados de enfermedad mental grave y crónica, lo que supone un 0,3% de la población madrileña. Aunque muchos expertos opinan que esto cambiará de aquí a unos años, ya que, según estudios de carácter internacional, uno de cada cuatro españoles padecerá enfermedad mental.

Resultados del estudio

Sobre la estigmatización de la enfermedad mental el estudio pone de relieve que los estereotipos más frecuentes son: peligrosidad y relación con actos violentos, responsabilidad, ya sea sobre el padecimiento de la enfermedad o por no haber sido capaz de ponerle remedio mediante tratamiento, incompetencia e incapacidad para tareas básicas de la vida, impredecibilidad de su carácter y sus reacciones y la falta de control. El estereotipo de peligrosidad es el más frecuente entre la sociedad, la cual a su vez, y en un 39% siente pena por los enfermos, y un 56% confunde enfermedad mental con Retraso Mental. Este rechazo social implica una calidad de vida nefasta para los pacientes, que asumen ese estigma social como verdadero, y eso limitan sus relaciones sociales a otras personas con su mismo problema, por lo que se crea una especie de gueto que perpetua el auto-aislamiento social.

Esta discriminación repercute también en el ámbito laboral, que se refleja en que un 44% de los pacientes ha tenido experiencias de discriminación. Y en cuanto a la familia, que en su mayoría tampoco entienden la enfermedad y comparten los prejuicios sociales, normalmente sobreprotegen a sus familiares afectados y en muchas ocasiones ocultan la enfermedad.

En cuanto al tratamiento de los medios de esta enfermedad, lejos de dar una información imprecisa, si que ayudan a constatar este estigma al utilizar términos relacionados con la enfermedad mental de forma negativa.

Propuestas resolutorias

En cuanto a las soluciones propuestas por los expertos que se dieron cita en la presentación del estudio, entre los que encontraba la Consejera de Familia y Asuntos Sociales, Beatriz Elorriaga, se descartó la del internamiento en centros hospitalarios, y se propuso, como única alternativa posible y de forma contundente, fomentar técnicas de integración, para lo cual, en primer lugar es imprescindible acabar con la estigmatización. Y esto último sólo se consigue a través de la información, educación y concienciación social. Y es que, en definitiva, no consiste en tratar una enfermedad que tienen tratamientos cada vez más avanzados, sino en cambiar la percepción de una enfermedad que lleva anclada en la sociedad desde el siglo XVII.

Elorriaga, por su parte aplaudió esta iniciativa que se encuentra dentro del “Plan de Atención Social a las Personas con Enfermedad Mental Grave y Crónica 2003-2007”.

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