Piden reforzar los sistemas jubilatorios
En la Argentina, menos de la mitad de los mayores de 65 años cobra haberes; aconsejan dar premios y créditos a los aportantes
La Nación
Viernes 24 de marzo de 2006
En la Argentina, el 76% de la población de 70 o más años recibe algún ingreso por pensión o jubilación, en tanto que esa tasa baja a menos del 50% cuando se observa el segmento de 65 a 69 años, y al 25% cuando se trata de quienes tienen entre 60 a 64 años. La cobertura del régimen previsional resulta así inferior a la de países latinoamericanos como Brasil, Chile y Uruguay, aunque bastante superior a la de Colombia, Ecuador, México, Paraguay o Perú.
Con esa situación actual, sumada en algunos casos a un proceso de envejecimiento que en unos años exigirá más erogaciones, la región tiene el desafío de ampliar la cobertura de sus sistemas previsionales, y de garantizar la sustentabilidad financiera para enfrentar los pagos.
Los datos y las recomendaciones surgen de un informe sobre "La protección social de cara al futuro", presentado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), durante las sesiones de ese organismo de Naciones Unidas, que se desarrollan esta semana en Montevideo, Uruguay.
En su capítulo referido a las jubilaciones, el trabajo se focaliza en la deficiente cobertura y sostiene que las políticas deben orientarse a consolidar un esquema de pensiones no contributivas, a la vez que deberían darse incentivos para fomentar los aportes. El estudio avanza sobre la propuesta de pagos no contributivos y estima que, si se entregara a todos los mayores de 65 años que están bajo la línea de pobreza un ingreso equivalente al valor de la canasta básica, en el caso de la Argentina la población mayor que es pobre bajaría del 25 al 7 por ciento. Vale aclarar que la conformación de la canasta básica que determina el límite entre la situación de no pobreza y de pobreza no contempla en particular la situación especial de gasto de personas de edad avanzada.
Por otra parte, más allá de la entrega de subsidios sociales en algunos casos, el régimen argentino flexibilizó recientemente las condiciones de acceso a las jubilaciones, al dar la posibilidad de pagar deudas con el sistema -según aportes a valores históricos- y gestionar al mismo tiempo el cobro del beneficio. Este tema -no mencionado en el estudio de la Cepal- acercaría a muchos la posibilidad de una jubilación, aunque con un esquema de financiamiento que podría no ser sustentable, si se generara un ingreso masivo de beneficiarios.
Los expertos en protección social advierten sobre las dificultades para instrumentar incentivos tendientes a lograr un mayor índice de aportes de los trabajadores. Ni siquiera -sostiene la Cepal- la mayor relación entre los aportes y los beneficios futuros ayudan para ese fin, y ese hecho es atribuido a dos motivos: por un lado, a la elevada informalidad (un problema enraizado en el mercado laboral e impositivo más que en el previsional) y, por otra parte, a que los haberes jubilatorios son observados como incentivos de largo plazo, no muy eficientes cuando los ingresos para cubrir las necesidades del momento no son abundantes.
Frente a esa realidad, algunas propuestas enunciadas para incentivar el pago de aportes son: la entrega de premios a la constancia de aportes abonados y el incremento progresivo del haber mínimo en función del número de años aportados. Además, se aconseja prever un aporte del Estado a las cuentas individuales si el trabajador aporta lo suyo; permitir que el aportante pida préstamos con cargo a su propio beneficio futuro, y el desvío de parte de los ahorros a una cuenta especial para financiar viviendas.
Según destaca el informe, "contrariamente a lo que se anticipaba", la incorporación de regímenes de capitalización en algunos países -como la Argentina con las AFJP- "no se tradujo en mayores niveles" de pago de las contribuciones. De todas formas, se destaca la participación de un esquema de capitalización en un régimen previsional de varios pilares.
Por otra parte, se advierte que las administradoras privadas que manejan los fondos previsionales no compiten entre sí por precio (comisiones) y rentabilidad, dos elementos que deberían determinar la elección de los afiliados por una u otra firma. Relacionado con ese tema, el trabajo apunta que, en la región, "se ha observado una creciente concentración" del sector.
Por Silvia Stang
De la Redacción de LA NACION
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