Gerontología - Universidad Maimónides

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Tras un Accidente Cerebro Vascular puede producirse pérdida de masa ósea

perdida_osea.jpgEl consumo de calcio, el sexo y la movilidad influyen en la pérdida de masa ósea

La pérdida de masa ósea es un fenómeno prácticamente universal en el envejecimiento, y asociado a fracturas tras traumatismos. La inmovilidad y las lesiones neurológicas se han valorado como factores de riesgo. Un estudio realizado sobre personas que habían sufrido Accidentes Cerebro Vasculares (ACVA) concluye que el sexo es otro factor que influye en la pérdida de masa ósea ya que son las mujeres las que más la sufren.

· Jorge Manzarbeitia - 17/04/2006
websalud.com

La mortalidad derivada de un Accidente Cerebro Vascular (ACVA) se ha conseguido reducir gracias a los cuidados continuados lo que tiene importantes consecuencias sobre la estructura músculo esquelético, ya que por efectos tróficos producidos por la falta de uso se pierde masa ósea.

Tras sufrir un ACVA, la inestabilidad de movimientos puede provocar caídas y si a eso se le añade una pérdida de ósea el resultado es un incremento en el riesgo de fracturas de huesos.

Un equipo de Traumatólogos de un hospital británico, han realizado una investigación sobre la masa ósea de pacientes a las 52 semanas de haber sufrido un infarto cerebral. Además de este parámetro, registraban mediante escalas el riesgo de caídas, la situación funcional física, es decir la capacidad de hacer determinadas tareas de la vida cotidiana, en 52 pacientes.

Del total de personas observadas, 27 eran mujeres y 25 hombres, siendo evaluados con las técnicas indicadas a las 8 y 52 semanas, con el fin de conocer si un factor como el sexo influía en la pérdida ósea, además de tener en cuenta otros factores como la movilidad física o el consumo de calcio. Para ello se compararon los resultados con otro grupo de población similar en todo, excepto en que no habían sufrido un ACVA.

Esta similitud se tuvo en cuenta sobre todo en que, tanto personas que habían sufrido ACVA como aquellas que no, iniciaran el tratamiento con una cantidad de hueso parecida para posteriormente poder comparar las pérdidas. De este modo, los resultados concluyeron que el grupo que sí había sufrido ACVA tenía una pérdida ósea significativa, más notable en las mujeres, que el grupo que no había sufrido este tipo de accidente.

Las personas más deterioradas físicamente, niveles de consumo de calcio bajo, mujeres, y riesgo elevado de caídas poseían, a su vez, más pérdida ósea lo que las convertía en grupo de alto riesgo ante la posibilidad de fracturarse algún hueso. Esta pérdida ósea se midió en varias zonas corporales siguiendo el mismo patrón en todas ellas.

Los investigadores concluyeron que las personas supervivientes a un ACVA con bajas puntuaciones en la escala de Tinnetti están en especial riesgo de sufrir pérdida de masa ósea y fracturas óseas, por lo que deben recibir un tratamiento profiláctico agresivo frente a la pérdida de hueso y caídas.